La sarna es la enfermedad profesional más frecuente en la sanidad y servicios sociales asturianos
ASTURIAS
El último informe del Instituto Asturiano de Prevención de Riesgos Laborales recoge 261 enfermedades profesionales entre 2018 y 2023, de las que 221 se dieron en mujeres
25 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Asturias registró 261 enfermedades profesionales (EEPP) en el sector sanitario y de servicios sociales entre 2018 y 2023. La abrumadora mayoría corresponde a mujeres (221) frente a 40 casos en hombres; y, además, la que se dio con mayor frecuencia es fue la sarna sin contar los casos de coronavirus, que salen de la lista. Así lo refleja el último informe del Instituto Asturiano de Prevención de Riesgos Laborales que analiza en detalle las enfermedades profesionales en ambos sectores. El informe que subraya, además, un salto en 2023: las notificaciones crecieron un 57% en mujeres y un 133% en hombres respecto a 2022.
Por ramas de actividad, el patrón es nítido y con sesgo de género: en mujeres, la asistencia en establecimientos residenciales acumuló el 53% de todas las EEPP; en hombres, casi la mitad de los diagnósticos (48%) se concentró en las actividades sanitarias. En cuanto a la gravedad administrativa de los procesos, la proporción de casos con baja médica en mujeres varía según actividad: 54% en sanidad, 47% en residencias y solo 12% en servicios sociales sin alojamiento. Entre los hombres, la pauta fue 74%, 41% y 50%, respectivamente.
La gran protagonista del periodo es la sarna (escabiosis). El informe la identifica como la enfermedad profesional más frecuente, «principalmente» vinculada a los servicios sociales sin alojamiento. En el total 2018-2023, la escabiosis supuso el 37% de las EEPP declaradas en mujeres y el 38% en hombres. Es decir, más de un tercio de todas las enfermedades profesionales notificadas en los sectores sanitarios en Asturias en esos seis años fueron episodios de sarna de origen laboral, con especial peso en la red de atención social sin alojamiento.
En cuanto a la sarna, su peso relativo no es casual si se atiende a dónde se concentra. El propio documento enlaza esa prevalencia en el grupo de los servicios sociales sin alojamiento —por ejemplo, atención domiciliaria o centros de día—, entornos donde el contacto estrecho y continuado con personas usuarias hace más probable la transmisión de agentes parasitarios. Esa centralidad de la sarna convive con otros diagnósticos, aunque en menor escala. El documento cita también en mujeres la dermatitis, la tuberculosis y mononeuropatías de extremidad superior; en hombres, aparecen otras neoplasias de piel, entesopatías y también mononeuropatías. Pero ninguno de estos grupos alcanza el protagonismo de la escabiosis.
Si miramos la «causa» desde la clasificación de agentes, los biológicos son el motor principal de las EEPP, con diferencias según la rama y el sexo. En mujeres, los agentes biológicos explican el 36% de las EEPP en sanidad, el 68% en residencias y el 69% en servicios sociales sin alojamiento. En hombres, los porcentajes son 47%, 59% y 50%, respectivamente. El informe añade algunos matices: en 2023 se diagnosticaron cuatro EEPP por agentes químicos en actividades sanitarias en mujeres (alcoholes y fenoles, aldehídos y éteres, un caso cada uno salvo alcoholes/fenoles con dos), mientras que en residencias se observó en 2022 un pico de patologías por agentes físicos debido a parálisis de nervios por presión en mujeres.
El recorrido anual de las EEPP permite dimensionar el repunte de 2023. Desglosado por sexo, las mujeres notificaron 25 casos en 2018, 36 en 2019, 15 en 2020, 42 en 2021, 40 en 2022 y 63 en 2023; los hombres, 2, 7, 5, 6, 6 y 14 en esos mismos años. En conjunto, el total por año asciende a 27 (2018), 43 (2019), 20 (2020), 48 (2021), 46 (2022) y 77 (2023), que suman las 261 enfermedades profesionales del periodo. El informe también recuerda cómo trata la COVID-19: los procesos asociados al SARS-CoV-2 se gestionan en el apartado de patologías no traumáticas, no en el cómputo de EEPP.