Concepción Saavedra, consejera de Salud de Asturias: «Las listas de espera son una de nuestras mayores preocupaciones porque un día es angustioso para mucha gente»

Nel Oliveira
Nel Oliveira OVIEDO

ASTURIAS

La consejera de Salud del Principado de Asturias, Concepción Saavedra
La consejera de Salud del Principado de Asturias, Concepción Saavedra Héctor Herrería

«Nuestra mayor debilidad es que tenemos que coordinarnos mejor; podemos sacar muchísimo más potencial y ser mucho más eficientes con lo que tenemos»

24 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Concepción Saavedra Rielo (Lugo, 1967) es la consejera de Salud del Principado de Asturias. Tras haber superado una enfermedad que la mantuvo apartada del cargo durante meses el pasado año, afronta ahora el reto de reducir las listas de espera, mejorar la gestión administrativa del sistema sanitario y garantizar la llegada de nuevos profesionales en un contexto de competencia con la sanidad privada y otras comunidades autónomas.

—Lo primero de todo. ¿Cómo se encuentra después de su enfermedad?

—Pues ahora mismo me encuentro muy bien, la verdad que sí. Ha sido, digamos, una llamada de atención. Hemos tenido suerte porque a fin de cuentas cada vez el cáncer es más frecuente, pero también hay más formas de hacer un diagnóstico precoz y por lo tanto de tener un tratamiento y una supervivencia mayor. En mi caso particular, ya pasé por el proceso con una confianza total en el sistema sanitario público y en los profesionales que me atendieron. Ahora mismo digamos que estoy con revisiones, como mucha gente en Asturias que tiene que hacer una ITV cada cierto tiempo para ver que todo va bien.

—¿Desde que ocupa el cargo en qué ha mejorado la sanidad asturiana?

—Tenemos más profesionales, más médicos, más enfermeras y menos esperas. Tenemos también un pacto por la salud mental con un recorrido de qué es lo que queremos en ese sentido, Además, también estamos trabajando en lo que es la accesibilidad, la equidad y ser mucho más eficientes con lo que ya estamos haciendo en el mapa sanitario.

—¿Cuáles son los objetivos en lo que resta de legislatura?

—Lo que me marco es lo que ya hemos definido. Soy muy clara. Cuando llegamos al principio de la legislatura planteamos cuál era el camino y cuáles eran nuestras prioridades. Planteamos que era la atención primaria, la salud mental y disminuir los tiempos de demora, mejorar la lista de espera. Para todo ello nos hemos marcado la reorganización del sistema sanitario para intentar ser más eficientes, trabajar mejor y dar una mejor asistencia. Queremos que la atención primaria sea más accesible, que ya lo es, pero que tenga una accesibilidad 100%. Me refiero a que tenga un número de profesionales adecuados, un equipamiento adecuado y ya estamos trabajando con la transformación digital. En cuanto a las listas de espera, está mejorando, no a lo mejor al ritmo que nosotros querríamos porque nosotros queremos todavía que vaya más rápido, pero sí se está haciendo un esfuerzo y esperamos que en esta legislatura llegue a una situación adecuada. En cuanto a la salud mental creo que también se está avanzando, hemos hecho un pacto por la salud mental con más de 100 organizaciones y ahora estamos trabajando en la ley de la salud mental.

—¿En qué se diferencia la sanidad pública asturiana de la del resto de comunidades?

—Yo creo que se diferencia en que nosotros tenemos una defensa clara del sistema sanitario público y también de que tenemos un sistema sanitario público muy robusto, con una distribución territorial y de estructura muy amplia. Llegamos a cualquier lugar de Asturias. Si hablamos de la red pública serían 13 hospitales y más de 200 centros de salud y consultorios en una comunidad de un millón de habitantes. Tenemos una red muy potente, moderna y muy innovadora.

—¿Cuál diría que es el mayor fuerte del sistema y la mayor debilidad?

—Siempre digo que el mejor recurso que tenemos como sistema sanitario público son nuestros profesionales, eso es verdad. Sin los profesionales nosotros no podríamos hacer nada. Además son profesionales comprometidos que quieran hacer cosas nuevas y que llegan al máximo de sus capacidades y competencias. ¿Nuestras debilidades? Que tenemos que coordinarnos mejor. Podemos sacar muchísimo más potencial y ser mucho más eficientes con lo que tenemos. Somos muy grandes en cuanto a estructura y a veces es difícil la coordinación o llegar a todas partes. Creo que eso es lo que tenemos que mejorar, ser más eficientes.

—Las áreas sanitarias pasarán de ocho a tres. ¿Cuándo entrará el cambio en vigor y en qué mejorará a la sanidad asturiana?

—Yo espero que al principio del año que viene. Mi idea es que sea en enero pero bueno, digamos que a principios de 2026. Tenemos que hacer una estructura nueva, tanto del Servicio de Salud como de la Consejería para responder a lo que hemos puesto en marcha. Tenemos todavía que sacar también el decreto de difícil cobertura, que queremos que sea al mismo tiempo para también facilitar que las zonas más periféricas urbanas tengan una serie de incentivación y queremos llegar a unos acuerdos con los profesionales para que también tengan claro cómo se va a funcionar. ¿En qué va a mejorar? La parte asistencial es algo que va a continuar en Asturias, todo lo que tenemos va a seguir funcionando igual. El paciente cuando se levante al día siguiente va a ir a su mismo centro de salud o a su mismo hospital de referencia. Lo que sí creemos que podemos cambiar la forma de gestionar, o sea, cómo nos organizamos nosotros como sistema sanitario. En la parte administrativa podemos ser mucho más eficientes para el paciente, tener mejor coordinación, más seguridad, ser más ágiles, con menos burocracia y podemos trabajar mejor. Y luego mejoraremos también la parte de los profesionales, porque la idea también es que al tener áreas más grandes los profesionales jóvenes que terminan puedan sentirse más atraídos con las zonas más periféricas porque no van a perder el contacto, digamos, con el servicio base. Van a seguir teniendo contacto con la última tecnología, con la última intervención quirúrgica y, por lo tanto, podemos hacer que se sientan más atraídos por esas zonas más comarcales. Vamos a poder formar más profesionales también a ser áreas más grandes y luego lo que está claro, como dije antes, vamos a centralizar todo lo que no es asistencial: tema de compras, suministros, farmacia o servicios para ser más eficientes.

—¿Estará garantizada la cobertura en todos los concejos, sobre todo los más rurales?

—Sí, lo que estamos haciendo precisamente, sobre todo, es para potenciar las zonas que tenemos más rurales, precisamente esas zonas comarcales. Con esta reorganización queremos aumentar los servicios y prestaciones que se den en dichos hospitales, queremos atraer más profesionales a esas zonas comarcales, por lo tanto, en cierta manera esta reorganización se está haciendo para mejorar y potenciar esos hospitales comarcales. Por lo tanto, ya repito que a nivel asistencial no va a haber ningún cambio, van a seguir abiertos todos los centros de salud, por supuesto, y todos los hospitales de Asturias. Entendemos que eso es lo que nos identifica como sistema sanitario público. Lo que va a cambiar es cómo nosotros, como Administración, nos organizamos, pero no en sí mismo la parte asistencial.

—Comentaba que tenían que sacar aún el decreto de difícil cobertura. Usted dijo en abril que se iba a aprobar después del verano. Sin embargo, habrá un periodo en el que esté en vigor con ocho áreas y luego con tres.

—El decreto de difícil cobertura y el cambio de áreas son independientes, pero sí tienen relación en cuanto que yo creo que tienen que ir al mismo tiempo para incentivar esas zonas más periféricas o comarcales. El decreto está siguiendo su trámite y la idea es que esté antes de que finalice el año. Lo que define ese decreto es qué puestos dentro de la organización nos es difícil cubrir. Aquellos que no podemos cubrir ni con una OPE, ni con un concurso. Y aparte está relacionado con dónde están situados, la dispersión geográfica. Sobre eso, esos puestos se van a incentivar con una parte económica, pero también con una mayor flexibilidad o con que ese tiempo trabajado ahí les cuente más que si trabajaran en otro sitio más urbano. Una vez que salga el decreto, haremos una resolución por parte de la consejería de qué zonas son esas de difícil cobertura. Se definirán y empezarán a funcionar también el año que viene al mismo tiempo.

—Comentaba también que una de las mejoras con el cambio de áreas será la reducción de burocracia. ¿Cómo?

—Va a disminuir la estructura directiva, aumentar todo lo que es la estructura intermedia de coordinación y de gestión dentro de la organización y eso supone que habrá menos barreras, menos barreras burocráticas. En vez de ocho áreas hay tres y, por lo tanto, todo lo que esté englobado dentro de ese mismo área se va a organizar de la misma manera, con los mismos procedimientos, los mismos protocolos y no será necesaria, por ejemplo, una petición. Dentro de un centro de salud o una zona rural no necesitará, como ahora, hacer una petición a su hospital de referencia y él hacerlo a otro hospital, sino que directamente funcionarán como un todo, como un único. Y eso va a mejorar, por ejemplo, el acceso. Y evitar demoras por tiempos, digamos, administrativos.

—¿Se unificarán también los sistemas informáticos internos? Ahora no son los mismos en todos los hospitales de la comunidad.

—Sí, claro. Vamos a ir trabajando en una modificación en la cual los sistemas de información se vayan unificando también entre las diferentes áreas sanitarias. A nivel hospitalario, porque a nivel de primaria ya todo tiene un único sistema de información en Asturias. Y a nivel hospitalario tenemos el mismo sistema de información, que es el Selene, pero sí es verdad que luego hay un Selene en cada uno de los hospitales. Vamos a trabajar para que se pueda trabajar en conjunto.

—Esta misma semana han salido nuevos datos sobre las listas de espera. Conseguir una cita con el médico de cabecera en Asturias ronda más o menos, dependiendo del centro de salud, unos cuatro días. Una cita con un especialista ronda los 88 días y para operarse hay que esperar 83 días. Lo cierto es que las listas están disminuyendo, pero siguen siendo esperas que preocupan a la población.

—Bueno, y nos preocupa también a nosotros. Yo creo que desde que llegué a la consejería es una de las preocupaciones mayores, porque un día de espera es un día de angustia para mucha gente. Yo ahí me identifico mucho en esa situación, como todos. Tengo que decir que se está trabajando, primero captando profesionales, que es algo muy importante, y potenciando los recursos en todas las estructuras. Por otro lado, se está optimizando al máximo todo lo que son los quirófanos y consultas de mañana, los propios servicios. Se está trabajando en programas especiales de tarde, tanto quirúrgicos como de consultas y de pruebas. Se está aumentando la capacidad de resolución de atención primaria y se han comprado cinco millones de equipamiento para que ellos también puedan realizar determinadas pruebas. Se está trabajando en organización y coordinación, y protocolos también entre primaria y hospitalaria. Se están poniendo más consultas de alta resolución, que son consultas en las cuales tú vas y te hacen no solo la cita en sí, sino también las pruebas que tengan que hacerte para que sea una única consulta, que es más fácil, digamos, para mejorar los tiempos. Se está trabajando también con toda la red hospitalaria pública y también con los privados porque necesitamos todos los recursos para hacer la máxima actividad posible. Con todo esto estamos consiguiendo descender la lista de espera quirúrgica. Hemos bajado un 30% los pacientes de más de 180 días. En pruebas ahora mismo ha bajado tanto los pacientes como la demora, que está por debajo de 60 días. Y luego en consultas es donde sí ha bajado, pero todavía no hemos alcanzado lo que queremos, igual que en la quirúrgica. Es algo que lleva un tiempo. La tendencia es positiva, pero no nos conformamos. Tenemos que seguir.

—¿Cuál sería su ideal?

—Mi ideal es garantizar los tiempos de acceso. Cuando hay una lista de espera siempre hay una demora. Somos los que somos y además en Asturias somos una población muy envejecida, con muchas necesidades de asistencia. La lista de espera ha existido y existirá siempre en un sistema sanitario. Pero tiene que existir primero, como ocurre ahora, Lo urgente, preferente o no demorable no está en lista de espera y no puede estar en lista de espera. Y del resto tenemos que garantizar unos tiempos, unos tiempos de actuación, que para eso también tenemos un decreto en Asturias que los garantiza.

—Comenta que una de las medidas para reducir las listas es la de captar profesionales. Sin embargo, todavía muchos optan por irse fuera, ya sea a otras comunidades o al extranjero. ¿Qué se está haciendo para frenar esa fuga?

—Es verdad que hay gente que sale de Asturias, pero también hay gente que llega. Y nosotros tenemos un saldo positivo. Mirando el saldo de efectivos desde que empezamos, desde el 2023 que empezamos la legislatura tengo que decir que hay 955 profesionales más. Empezamos la legislatura con 20.595 efectivos trabajando en el Sespa y ahora tenemos 21.550.

—¿Y de qué tipo de profesionales hablamos?

—En facultativos especialistas de área, tenemos 164 más; en médicos de familia, 35 más; y en enfermería, 225 más. Quiero decir, en el resto de categorías también hemos ido ampliando. Yo entiendo que somos atractivos. ¿Qué hemos hecho? Pues, tenemos una oficina de captación en el Servicio de Salud que intenta explicar a los profesionales cómo funciona Asturias y cómo estamos trabajando. Hemos mejorado con las organizaciones sindicales las condiciones laborales durante estos dos años, pero tenemos que seguir avanzando. Tenemos que seguimos hablando y negociando con las organizaciones sindicales para llegar a acuerdos que los profesionales se sienten trabajando en un entorno seguro, pero también con unas buenas condiciones. Estamos estabilizando, que yo creo que es algo que también la plantilla necesita, que es que tengan un puesto de trabajo fijo y se ha hecho un proceso de estabilización con más de 4.700 plazas y ahora vamos con una OPE con unas convocatorias de 2.031 plazas. Queremos conseguir que la gente tenga un trabajo estable también dentro de la organización. Creo que también eso atrae a muchos profesionales y, bueno, estamos intentando, como digo, mejorar la estabilidad, la seguridad y las condiciones laborales de los profesionales para que tengan un entorno adecuado para trabajar.

—Precisamente sobre las condiciones laborales de los profesionales le puedo decir que las enfermeras asturianas, por ejemplo, son las sextas peores pagadas de España en atención primaria, con un salario medio de 2.029 euros brutos mensuales. En hospitalaria son las quintas peores pagadas en España con 2.190 euros brutos mensuales. En el caso de los médicos que empiezan son los octavos peores pagados de España, con un salario medio de 2.970 euros al mes. ¿Hay intención de que haya subidas significativas para estos colectivos?

—Hemos hecho una rueda de reuniones con organizaciones sindicales ahora entre julio y agosto porque realmente yo creo que sí, que tenemos que seguir avanzando en esas condiciones, tanto a nivel de lo que serían los profesionales en formación, que vamos a ver qué medidas podemos alcanzar con ellos también para ser atractivos, como también en el resto de profesionales. Por lo tanto, ya se ha hecho una ronda con ellos, hemos visto cuáles son las prioridades también por parte de los trabajadores de las organizaciones sindicales, y la idea es que en estos presupuestos que vienen, precisamente preparando el presupuesto, ver un poco cuáles medidas se pueden poner en marcha.

—¿Habrá una subida entonces?

—Hablamos de mejorar esas condiciones, sí, por supuesto.

La consejera de Salud del Principado de Asturias, Concepción Saavedra
La consejera de Salud del Principado de Asturias, Concepción Saavedra Héctor Herrería

—Los médicos que compatibilizan la sanidad pública con la privada pasarán de perder unos 1.026 euros mensuales de su sueldo de la pública a unos 391 euros. 

—No lo sé todavía porque se está negociando. Pero sobre 400 euros, sí.

—Hablamos de que dejarán de perder unos 600 euros mensuales. ¿En qué va a afectar a la calidad de la sanidad pública?

—Nosotros seguimos defendiendo que tiene que haber exclusividad en el sistema sanitario público asturiano. Eso lo demuestra nuestra ley de salud, donde dice que hay exclusividad de los directivos y el decreto de mandos intermedios, que dice que todos esos mandos intermedios también tienen que tener exclusividad. Somos de las pocas comunidades que tiene ese planteamiento. Y también porque creemos que los profesionales son profesionales muy cualificados, que tenemos que conseguir que solamente estén en el sistema sanitario público. Pero es cierto que ha habido una serie de cambios a nuestro alrededor. Nosotros mantenemos esa exclusividad y somos la comunidad donde más diferencia hay en cuanto a esa pérdida retributiva si trabajas en la privada con 1.000 euros. Por detrás está, creo que Navarra, pero las demás casi están sin ello. Entonces, ¿eso qué hace? Que muchos profesionales vengan a Asturias o no. Por eso un poco el planteamiento es mantener la exclusividad pero quizá acercarnos un poco más al resto, ser todavía la comunidad que más diferencia esa exclusividad, pero intentar acercarnos un poco más para poder ser competitivos.

—¿Cree que un médico que trabaje en la sanidad pública y en la privada al mismo tiempo puede hacerlo sin que exista un conflicto de intereses?

—Es que tiene que hacerlo sin que exista un conflicto de intereses. O sea, eso está claro. Nosotros lo que pretendemos es potenciar el sistema sanitario público y lo que queremos es que nuestros profesionales, como así es, estén dentro del sistema sanitario público. Somos la comunidad donde menos profesionales compatibilizan con la privada. Solamente en este caso en Asturias sobre unos 190 profesionales médicos. Por lo tanto, entiendo que nuestra tendencia y lo que queremos es seguir potenciando el sistema sanitario público para que nuestros profesionales solo trabajen y puedan trabajar en el sistema sanitario público.

—¿Y cree que la mejor medida para que eso ocurra es que los médicos que compatibilicen la privada con la pública ganen 600 euros al mes más que ahora?

—No, es mejorar lo que estamos haciendo con ellos, pero al mismo tiempo también hay que ser realistas. O sea, hay profesionales que queremos atraer. Nosotros tenemos que competir con otras comunidades en cuanto a lo que son las condiciones laborales. Por lo tanto, vamos a seguir con nuestra identidad, que es la exclusividad. Somos de las pocas comunidades que la mantiene. Y como te digo, es obligatoria en directivos y en mandos intermedios. Pero aún así creemos que es importante también que no suponga esa diferencia tan grande con respecto a otras comunidades.

—Hablando sobre la sanidad privada, le quiero preguntar por la llegada del Grupo Quirón a Gijón. ¿Cómo encaja este movimiento en la sanidad asturiana?

—Bueno, yo creo que tengo que preocuparme de que el sistema sanitario público funcione y que sea uno de los mejores sistemas sanitarios públicos y que responda a las expectativas de la población para que pueda ser una atención equitativa. Después de eso, sobre que una empresa privada llegue a Asturias tampoco puedo hacer mucho más. Dado cómo funciona Asturias y dado cómo ha funcionado hasta ahora, donde la sanidad privada tiene muy poco papel en Asturias, creo que el Grupo Quirón, si llega, como mucho, probablemente hará más competencia al resto de la sanidad privada que a la sanidad pública.

-—Recordaba antes lo envejecida que está la población asturiana. Esa edad se traduce en una demanda creciente a nivel sanitario. ¿Está el actual sistema preparado para albergar ese aumento?

—Sí. Nosotros, todo lo que estamos haciendo está relacionado con dar esa respuesta a la población. De todas maneras, yo creo que también una parte importante es que hay que reorientar el sistema sanitario. Siempre estamos hablando de enfermedad, de tratamientos, de equipamiento, que es algo muy importante, porque nosotros tenemos que tener la última tecnología y las últimas terapias para responder, pero mucho más importante es ir hacia lo que sería lo que yo llamo una Asturias saludable. Es hablar de prevención y promoción de la salud, de hábitos de vida saludable y de pensar en no enfermar. Eso es fundamental, tanto en la gente joven, o sea, el futuro que tenemos en el sistema sanitario, pero también para nuestra gente más mayor, donde creo que podemos incluso trabajar en lo que es el autocuidado, el conseguir que la gente se encuentre más saludable, más sana y también, por lo tanto, más activa y con mejor respuesta, y que será lo mejor para sostener al sistema sanitario público.

—Sobre las obras de ampliación del Hospital de Cabueñes. ¿Qué garantías hay de que no se sigan acumulando problemas después de la rescisión del contrato?

—Eso es muy difícil de garantizar. O sea, garantizar que no va a haber ningún problema en un trámite administrativo complejo como es este que estamos haciendo, pues es difícil. Estamos intentando darle la mayor garantía y la mayor seguridad a lo que estamos haciendo. Entonces, hemos hecho un encargo a Tragsatec para ese proyecto, que ahora a principios de septiembre tendremos ya los candidatos para esa redacción de proyecto. Hemos hecho una inversión con un presupuesto de 2 millones para intentar que sea algo atractivo también para los que concurren. Y luego vamos a seguir trabajando en esa misma línea para conseguir, una vez licitadas las obras, que en el 2026 podamos decir que vuelva a empezar otra vez el Hospital de Cabueñes, la ampliación, porque el Hospital de Cabueñes está ahí.

—En cuanto al pacto por la salud mental recientemente firmado. ¿En qué se traduce para los pacientes?

—Tenemos un plan por la salud mental hasta el 2030 que habla de recursos, que eso es importante, muy importante, profesionales, infraestructuras, y de todas las medidas que vamos a hacer. Y ahora con este pacto por la salud mental, que han firmado más de 100 entidades en Asturias, lo que queremos es visibilizar, sensibilizar y concienciar a la población sobre que para solucionar los problemas de salud mental que ahora están aumentando en la población tenemos que actuar todas y todos. El sistema sanitario, por supuesto, es importante que haya profesionales y que haya recursos para la atención de esos pacientes, pero en lo que es un problema social, como es ese malestar emocional que ahora mismo hay en Asturias, tiene que haber una solución social de todas y todos. Y hemos conseguido que asociaciones, familiares, pacientes, profesionales, cámaras de comercio, empresas, sindicatos, ayuntamientos y grupos políticos hayan firmado ese pacto por la salud mental, que lo que dice es que esos valores que están en ese pacto se van a poner en marcha en sus propios organismos.

—¿Es optimista respecto a que Oviedo sea la futura sede de la Agencia de Salud Pública?

—Tengo ese defecto. Es verdad, soy muy optimista. Creo que hay que ser optimista y siempre hay que dar un gran esfuerzo y trabajar para conseguir las cosas. En este caso también sé que hay que ser prudentes porque es complicado, se van a presentar, entiendo yo, muchas otras comunidades, cada una contando también sus virtudes. ¿Yo qué puedo decir de Asturias? Pues que Asturias es un referente a nivel nacional. Primero, somos la comunidad que más inversión hace en salud. Segundo, también, como dije antes, tenemos una estructura sanitaria muy potente que no ocurre igual en muchas otras comunidades. En cuanto a salud pública, hemos sido un referente, viniendo profesionales de fuera de Asturias, incluso de Asturias, a rotar con nosotros para conocer todo lo que hacemos de salud comunitaria, del Observatorio de la Salud o de los determinantes en salud. Durante la crisis sanitaria por la COVID-19, demostramos con la respuesta asturiana que somos capaces de enfrentarnos a una situación muy complicada y, sobre todo, que somos capaces de anticiparnos y de hacer procedimientos y protocolos ágiles para responder a las situaciones. Y con todo eso, y además ahora con una mejor comunicación, con una ciudad como Oviedo, que tiene el HUCA, el Instituto de Investigación Sanitaria, el Instituto de Silicosis, la Universidad de Oviedo... Con todo eso, creo que somos un buen candidato y vamos a trabajar para conseguir que también lo piensen otros.

—¿Con qué proyecto que ponga en marcha le gustaría que le recordasen?

—Bueno, eso es muy difícil de decir porque eso lo tendrán que decir otros. Quiero decir, yo lo que quiero conseguir es que tengamos un muy buen sistema sanitario público, que sea equitativo, que permita que cualquier persona viva donde viva en Asturias reciba las mismas prestaciones, los mismos servicios, la misma accesibilidad y dejar un sistema sanitario público mejor de cuando llegué. Con menos esperas, con más profesionales, con más proyectos encima de la mesa, porque también tenemos todo lo que es la transformación digital, todos los proyectos que en el 2026 verán la luz en cuanto a fondos europeos. Conseguir decir que nuestro sistema sanitario público sigue siendo uno de los mejores.

—Ya por último. ¿Cómo es su día a día? A qué hora se levanta, qué come, qué le gusta hacer en su tiempo libre...

—Pues mira, yo soy bastante como un robot. Me levanto siempre a las 7.00 y ya voy corriendo porque soy más de nocturna que diurna y me cuesta mucho levantarme. Tengo como un protocolo de que tengo que levantarme enseguida porque sino yo sigo en la cama. Intento desayunar algo sano. Ahora, como después de todo lo que he vivido, pues siempre estoy intentando tener una alimentación saludable. Y a partir de ahí ya empiezi a trabajar. El día no tiene horario, en el sentido de que aparte de todo lo que tienes programado, pues durante el día tienes muchas otras cosas que van surgiendo en el día a día, como digo yo, desde el servicio de salud o desde cualquier organización, porque la salud tiene relación con todo, entonces en cierta manera estamos metidos en casi todo lo que ocurre en Asturias. Y luego, aparte de eso, procuro ahora también hacer ejercicio siempre que puedo. O sea, ejercicio para mí es caminar, entonces procuro caminar siempre que puedo, si puede ser todos los días, aunque sea una hora, o si no, por supuesto, el fin de semana me dedico a eso. Yo aprendí ahora que es muy importante dedicarse tiempo a sí misma y desde luego priorizar las cosas y relativizar mucho. Me gusta mucho leer, lo que pasa es que tengo muy poco tiempo, porque cuando tengo tiempo para leer tengo que leer cosas también del trabajo muchas veces. Entonces, cuando tengo algún día libre o algunos días libres, sí leo mucho, que es algo increíble.