El Principado presenta dos geografías diferenciadas: concejos rurales con las rentas más bajas y núcleos urbanos que concentran el mayor número de prestaciones sociales
31 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Asturias tiene una realidad social compleja, marcada por la desigualdad territorial, que se ve bien reflejada en el mapa de los beneficiarios del Ingreso Mínimo Vital (IMV), concentrado en las áreas urbanas y con una mayor incidencia en los municipios con un pasado industrial en declive.
En el ámbito español, Asturias ocupa el tercer puesto en la cuantía media del IMV, con 591,62 euros mensuales por hogar, solo superada por el País Vasco y la Comunidad de Madrid. La región dispone de 15.918 prestaciones activas que benefician a más de 37.000 personas y una inversión mensual que supera los 10,3 millones de euros. Mantiene, además, un Salario Social Básico propio con 12.040 titulares activos.
Las rentas del medio rural son las más bajas. Los municipios más empobrecidos están ubicados en las alas, y tienen muchas cosas en común: una población reducida y envejecida, actividades agrarias en declive y una ubicación alejada de los polos industriales y de servicios que generan la mayor parte del empleo en Asturias. Onís encabeza la lista con una renta media anual de 10.403 euros (867 al mes). Le siguen Peñamellera Baja, Cabranes, Santa Eulalia de Oscos y Ribadedeva. A pesar de ello, el IMV tiene muy poca incidencia en todos estos concejos.
Gijón encabeza el Ingreso Mínimo Vital en términos absolutos con 4.532 prestaciones activas. Esto no significa que sea la ciudad más empobrecida, sino refleja la coexistencia de sectores vulnerables con otros generadores de riqueza. El peso poblacional de la “Y” asturiana se nota en la recepción del IMV, ya que los tres municipios más poblados son también los que reciben más prestaciones: Oviedo ocupa el segundo lugar con 3.725 y Avilés el tercero, con 1.596.
En las cuencas mineras del Nalón y el Caudal se observan importantes concentraciones del IMV. Tras las tres grandes ciudades, los concejos con más prestaciones activas son Langreo (1.088) y Mieres (1.000). A continuación, se sitúan Siero (764), San Martín del Rey Aurelio (530), Castrillón (276) y Laviana (214).
Es importante diferenciar entre el número absoluto de prestaciones y la tasa relativa, que mide las prestaciones en proporción al número de habitantes, y que quizá da una mejor referencia de la incidencia de la pobreza en cada municipio. Con este baremo, San Martín del Rey Aurelio aparece como el municipio más afectado, con 344 prestaciones por cada 10.000 habitantes, seguido de Ribera de Arriba, con 356; Bimenes, con 237; Langreo, con 284; Mieres, con 277; Cabranes, con 228, y Avilés, con 212.
Tanto Gijón como Oviedo, a pesar de concentrar el mayor volumen de prestaciones, están muy lejos de estos concejos donde el peso relativo es mucho mayor. Ambas ciudades tienen 169 prestaciones por cada 10.000 habitantes, lo que hace que ocupen un lugar mucho más abajo en la tabla.
Respecto al IMV hay otra cuestión que puede hacer que no refleje del todo la situación de algunos municipios. En determinadas zonas rurales existen barreras informativas, culturales o administrativas que hacen que mucha gente que podría ser beneficiaria de la prestación ni siquiera la solicite, con lo cual esa situación de necesidad queda fuera de las estadísticas.
Según datos de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en España (EAPN, por sus siglas en inglés), el 43,7% de las personas que viven en zonas con alta pobreza severa no solicitan el IMV por desconocimiento y un 33,6% cree que no cumple los requisitos. En el mismo sentido, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) estima que el 55% de quienes tienen derecho al IMV no lo perciben,
Esta situación se acentúa más en la zona rural, que además funciona con agricultura de subsistencia o trabajos estacionales, que proporcionan una base económica que, aunque precaria, reduce la presión sobre las prestaciones formales. Además, en Asturias, el Salario Social Básico permite que familias vulnerables opten por esta ayuda autonómica en lugar del IMV estatal.
Así las cosas, parece que hay tres zonas diferenciadas en cuanto a recursos de las personas más desfavorecidas: Por una parte, el área metropolitana central concentra la mayoría de la población de Asturias, así como la mayor actividad económica ? que, no obstante, se distribuye de forma desigual, con barrios prósperos y bolsas de pobreza ? donde está radicado el mayor número de beneficiarios del IMV.
Por otra, están las cuencas mineras, encabezadas por los concejos de Mieres, Langreo y San Martín del Rey Aurelio, que combinan rentas medias moderadas con bolsas de pobreza provocadas por el declive de la actividad industrial.
Y, finalmente, están las periferias rurales que presentan rentas medias más bajas y una penetración menor del IMV, si bien en términos relativos hay alguna excepción, municipios donde tiene bastante peso. El mejor ejemplo es Quirós, donde solo hay activas 22 prestaciones que en términos relativos alcanzan los 190 por cada 10.000 habitantes, una cifra superior a la de Oviedo y Gijón.
Ante esta situación, el mapa del IMV en Asturias podría servir como un diagnóstico de la situación económica y social para plantear, a partir de él, las políticas adecuadas a las necesidades de cada territorio. Por ejemplo, en las zonas rurales, priorizar la información, simplificar los trámites y ofrecer acompañamiento personalizado, y en las urbanas y semiurbanas fomentar la inserción laboral, la formación profesional y la diversificación económica.