La otra conciliación: las trabajadoras de Asturias que se enfrentan al reto de cuidar a sus mayores
ASTURIAS
Las mujeres protagonizan la mayor parte de los cuidados en la región más envejecida de España; «Es fundamental establecer medidas que favorezcan que no recaiga siempre sobre ellas», sostiene Mercedes García, de UGT
08 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Cada vez más trabajadores asturianos viven atrapados en una doble realidad: mantener su empleo mientras cuidan de familiares mayores dependientes. La gran mayoría son mujeres. Esta otra conciliación se ha convertido en uno de los grandes retos sociales del Principado, donde más de 13.000 personas reciben ayuda económica pública para atender a familiares dependientes en el hogar. Asturias es la comunidad autónoma más envejecida de España. Presenta un índice de envejecimiento del 257,2% —257 mayores de 64 años por cada 100 menores de 16 años—, que representa más del doble la media nacional.
Por otra parte está el fenómeno llamado «generación sándwich», personas que cuidan simultáneamente a sus hijos menores y a sus padres mayores, que está llamado a intensificarse año tras año, ya que la edad media a la que las madres tienen a su primer hijo ha pasado de 25,25 años en 1975 a 31,5 en 2023, y se ha duplicado el número de madres primerizas con más de 40 años, mientras que la esperanza de vida sigue en aumento, y según las previsiones, la población mayor de 80 años aumentará un 47,5% en los próximos 15 años.
Se calcula que en torno al 70% de las personas que cuidan a sus familiares en Asturias son mujeres con una edad media de entre 64 y 66 años. Las mujeres dedican 6 horas semanales más que los hombres a estas tareas de cuidado, y casi ninguna de ellas tiene actividad laboral fuera del hogar, lo que siempre acaba por ser un lastre no solo en calidad de vida y salud sino también en el aspecto económico.
La secretaria de políticas sociales de UGT, Mercedes García Martínez, sostiene que «hay que continuar luchando para que la persona trabajadora tenga una mayor seguridad tanto en el ámbito laboral como económico para poder colaborar en el cuidado de las personas mayores; mayoritariamente son las mujeres las que siempre cuidan, y es fundamental establecer medidas que favorezcan que no recaiga siempre sobre ellas». Propone «medidas correctoras para que la responsabilidad sea compartida por hombres y mujeres, y también pedagogía, educación y compromiso a nivel social» para avanzar hacia la corresponsabilidad.
Por otra parte, Mercedes García Martínez considera «muy importante intervenir en la protección de las personas mayores en el ámbito rural». Si Asturias es una región envejecida, en las zonas rurales la concentración de personas mayores es superior en porcentaje a la de las ciudades. Por eso, en opinión de la representante sindical, «es donde hay que hacer una mayor intervención para que no tengan que abandonar su lugar habitual de vivienda», porque en esos lugares «suelen ser hombres o mujeres de más de 75 u 80 años, que tienen menos posibilidades de transporte y de equipamientos públicos para darles calidad de vida».
Lo cierto es que el sistema asturiano de atención a la dependencia dedica muchos recursos al cuidado de las personas mayores, pero no están tanto encaminados a la conciliación como a compensar el hecho de que quien ejerce los cuidados tiene muchas veces que renunciar a una profesión remunerada. La principales demandas de los sindicatos y asociaciones hablan de la necesidad de profesionalizar y reconocer socialmente esta labor. Su propuesta es otorgar al cuidador principal derechos laborales y salariales equivalentes a un trabajo a tiempo completo y, entre otras cosas, el acceso a prestaciones por desempleo tras el fallecimiento del familiar del dependiente. Es, también, una forma de evitar que las prestaciones familiares puedan derivar en empleo sumergido y desprofesionalizado.
Las ayudas más relevantes para los cuidados en el hogar son la Prestación Económica para Cuidados en el Medio Familiar, con cuantías que oscilan entre 180 y los 455,40 euros al mes, y la Prestación Económica Vinculada al Servicio, que se dirige a casos donde no es posible acceder a servicios públicos, con importes de entre 313,50 y 747,25 euros.
Asturias tiene en marcha, para intentar mejorar los cuidados a las personas mayores, la estrategia CuidAs, un modelo destinado a los cuidados de larga duración en el que se implican las personas mayores, sus familias y los profesionales, cuyo objetivo es, precisamente, garantizar que la mayoría pueda permanecer en su hogar el mayor tiempo posible.
Para lograrlo, se ha puesto en marcha la Red CuidAs, que agrupa ya a más de 500 centros, organizaciones y profesionales. También está el Centro de Competencia para la Economía del Cuidado de Larga Duración y el Envejecimiento Activo (CECOEC), creado junto a las Cámaras de Comercio para impulsar la economía del cuidado y el envejecimiento activo, con apoyo de fondos europeos. Entre las iniciativas más innovadoras figuran las unidades de convivencia, residencias con un ambiente hogareño para grupos reducidos, además de proyectos como el catálogo de buenas prácticas o la teleasistencia avanzada.
El caso es que los cuidados tendrán una importancia cada vez mayor en la sociedad asturiana, y que tanto las personas mayores como sus cuidadoras necesitarán cada vez más apoyo. Unas y otras necesitan buscar el mayor bienestar posible y aliviar una carga que, en muchos casos, puede ser tanto fuente de agotamiento físico y mental como generador de problemas económicos severos.