El «Iwo Jima» de los fuegos de Asturias

ASTURIAS

Los bomberos en la cumbre tras haber logrado detener el fuego que amenazaba Ibias
Los bomberos en la cumbre tras haber logrado detener el fuego que amenazaba Ibias Brif Tineo

Los incendios que cruzaron la frontera desde León se prolongaron durante semanas y se combinaron con focos provocados

06 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

En una Asturias en la que se estaban rompiendo los registros históricos de altas temperaturas, con fuegos que se prolongaron varias semanas y que contaban su extensión por kilómetros a lo largo de la frontera entre el Principado y León, en un momento el fuego que había entrado desde Anllares del Sil amenazó la población de Ibias y para contenerlo hubo que desplegar una línea de batalla, casi literalmente no hay otra posibilidad que recurrir a metáforas bélicas, los bomberos acometieron el fuego por frentes hasta hacerlo retroceder y conquistada la cima, las brigadas victoriosas se hicieron una foto: «Fue como Iwo Jima», dice el consejero Alejandro Calvo que recuerda aquellas jornadas como «un trabajo de movilización de maquinaria pesada, de bulldozers, de trabajar durante toda la noche, y a nosotros siempre nos preocupaba no sólo la seguridad de los pueblos, que era la prioridad absoluta, sino también poder tener a los trabajadores con un descanso que les permitiese garantizar seguridad».

El responsable del departamento de emergencias relató como el 4 de agostos, antes de que llegara la ola de calor extremo, ya habían tenido un fuego en Boal, dentro de los parámetros habituales de los incendios estivales «pero ya nos dio un poco de guerra» y esa virulencia es la que, por prevención, llevó al Principado a activar el foco de emergencia y cuando los fuegos de León cruzaron la frontera muchos de los medios estaban desplegados, pero las llamas que estaban por venir tenían una dimensión desconocida.

No se trata de que el calentamiento global encienda fuegos, lo que hace es que el combustible de los bosques y las condiciones meteorológicas faciliten una propagación a escalas gigantesca, enormes en el plano espacial pero también en el temporal. Cuando los fuegos cruzan al Principado hacia Cangas del Narcea y cercan Genestoso, cuando hay incendios que entran por Picos de Europa en el oriente, son llamas de varios kilómetros y que llevan ardiendo días. La activación de la emergencia en Asturias puso en el aire dos helicópteros del Principado (el tercero queda para rescates) y más adelante recurriendo ayuda se contó con medios del ministerio, la Guardia Civil y las brigadas de Tineo.

Sin poder contar con la lluvia la lucha ya era dura de por sí, pero llegaron a verse en situaciones en que el fuego a Genestoso se extendía por 10 kilómetros, se atajaba un frente y llegaba otro por una lateral amenazando de nuevo a la población. Fue cuando se hicieron desalojos que Calvo califica en todo caso de «preventivos» para la población más mayor y los niños. 

Pero el paso de las horas y la persistencia de las temperaturas altas hizo ver a los responsables de emergencias que los medios no serían suficientes y que era preciso pedir ayuda al Estado. «Afortunadamente aquí no hay ninguna politización», recalca Calvo quien agradeció todos los medios aportados por la Administración central y que resaltó además que mantiene buenas y estrechas relaciones con su homólogo en Castilla y León --también este verano fue cuando por primera vez se lanzó una alerta en Picos de Europa coordinada por las tres autonomías que gestionan el parque-- y que la disposición fue plena por ambos ejecutivos regionales pero hubo momentos en los que la coordinación tuvo sus dificultades por las diferentes organizaciones: «en Asturias tenemos un servicio público que no tiene ningún interés económico nada más que el que ayudar, que te permite tener dispositivos con jefes de zona territorializados, con un jefe de extinción en cada incendio, con unos recursos que ahora vimos que en otras comunidades pues no tienen».

Calvo recurre el hilo de publicaciones en la red social X del servicio de emergencias de Asturias para poder recorrer la extensa cronología de 15 días de Asturias con la cordillera en llamas, con algunos fuegos que fueron además intencionados y el temor principal de que los incendios pudieran llegar a la población.

 En el caso del fuego que entró desde Anllares del Sil, el que llegó a amenazar Ibias, hubo un momento en que se encontraron con un incendios provocado en la zona, que se propagó a la velocidad del rayo y que hizo pasar apuros a las brigadas «en medio de un eucaliptal, para hacer daño». Relata el consejero, «un incendio provocado que también se está investigando, que obligó a la evacuación de cinco pueblos, dos de ellos de manera forzosa y que en el caso de Villamayor puso un grave peligro a la gente».

También en Cobos, en el área de Cangas del Narcea donde el fuego amenazó por días Genestoso, se trató probablemente de un incendio provocado que se sumó a los fuegos llegados de León. «En primavera, a veces en otoño, hay incendios provocados por prácticas antiguas relacionadas con los pastos y se van de mano, los que se dieron ahora son pura delincuencia; y se hacen por razones vinculadas a las razones que pueden mover a que alguien cometa cualquier delito, ¿no? Que a veces puede ser revanchas personales o directamente esa voluntad de llamar la atención a través de hacer daño, ¿no? Bueno, es difícil entenderlo»; señala Calvo.

Cuando se pudo contener el fuego en Asturias medios estatales fueron a otras comunidades, y con todos los permisos pertinentes, remarca Calvo, se adentraron hasta una decena de kilómetros en León para extinguir el fuego que había llegado al Principado.

El consejero elogió el esfuerzo increíble de quienes apagaron los incendios y la paciencia de los habitantes de pueblos que vieron como las llamas rodeaban sus casas durante muchos días. También apeló a garantizar los medios de extinción público y analizar el «complejo debate» sobre lo desmedido de su calibre desde ahora: un polvorín en el que se suma la despoblación de zonas rurales, las dificultades que eso añade al mantenimiento de forestal «con terrenos públicos y terrenos privados, que es complejo y hay que hablarlo en serio» y el impacto terrible del calor, un calor inédito en Asturias que podía llegar a superar los 40 grados.