Venancio Martínez, pediatra: «Es muy difícil que a un niño le presentes la tradición sidrera y le digas que no debe consumirla»

ASTURIAS

Cultura sidrera en Asturias
Cultura sidrera en Asturias Eloy Alonso | EFE

El profesional alerta de que la exposición temprana puede favorecer el consumo crónico de alcohol

15 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El pediatra Venancio Martínez Suárez, del Centro de Salud El Llano de Gijón, ha expresado su firme oposición a la propuesta de incluir la cultura sidrera asturiana en el currículo escolar. Según su criterio, «la aproximación amable del niño a cualquier bebida alcohólica, en este caso la sidra, tiene consecuencias en la vida posterior y favorece el inicio del niño en el consumo habitual y crónico de alcohol», explicó.

Martínez añadió que «del entusiasmo por la consideración de la sidra como patrimonio inmaterial de la humanidad, se pasó a intentar, o se quiere pasar, a introducir a los niños en el mundo de la sidra, y como consecuencia en el consumo de sidra». Al ser preguntado sobre la normalización del consumo de alcohol en edades tempranas, respondió: «No tengo ninguna duda de que es así. Lo único que se le va a transmitir es la idea de que la cultura de la sidra, y por lo tanto la sidra, es algo bueno y algo de todos».

El pediatra explicó que los niños «absorben todo como una esponja», y que los estímulos que reciben son asimilados como positivos. Señaló que esto ocurre también con el consumo de tabaco y otros hábitos: «Las palabras conmueven y el ejemplo arrastra. Los hijos de padres lectores leen con más frecuencia que los hijos de padres no lectores y que no tienen libros en casa», señaló Martínez haciendo referencia a un antiguo dicho en pedagogía.

Venancio Martínez relató que tras abrir el debate con una carta publicada en un periódico, recibió llamadas de muchos maestros, quienes estaban «totalmente de acuerdo en la posición mía y en la posición de los pediatras». Según los docentes, la mayor preocupación es «la introducción al niño en el consumo de bebidas alcohólicas», además de que tendrían que formarse para impartir esta materia e incluirla en el currículo escolar.

El pediatra destacó que es «muy difícil que a un niño le presentes la tradición sidrera y que le digas que lo que le estás presentando es malo, o no debe de consumirlo hasta que tenga 18 años». Recordó que existe legislación vigente sobre el consumo de alcohol en menores y que tanto el Gobierno regional como el nacional tienen posicionamientos claros. En marzo de este año, el Gobierno nacional aprobó un real decreto para proteger al niño de la exposición y consumo de bebidas alcohólicas, mientras que el Principado, desde 2015, entrega materiales de formación a padres y pediatras para identificar a niños que consumen alcohol mediante preguntas directas, como si los padres consumen alcohol en presencia de los menores.

Martínez añadió que «el estímulo que tienen los niños para consumir alcohol y para iniciarse en el alcoholismo en edades posteriores es grande en la sociedad en la que vivimos», mencionando la publicidad, los anuncios, y el ejemplo de los padres en bares y reuniones. Recalcó que no hay un control suficiente en muchos lugares y que «la ley es muy dura, las sanciones son muy fuertes, pero no sé de nadie que haya sido sancionado.Hay una responsabilidad grande».

El pediatra también denunció la situación en eventos como las fiestas de Prau, donde ha observado a niños de 13 y 14 años consumiendo alcohol en grupo: «Hasta el 80% de los niños que beben habitualmente alcohol se inician en este tipo de reuniones. En el botellón de calle y en las fiestas de Prau».

Al ser cuestionado sobre si sería posible enseñar la tradición sidrera desde una visión cultural sin riesgo de vincularla al consumo, el pedriatra insistió: «Es muy difícil que a un niño le presentes la tradición sidrera y que le digas que lo que le estás presentando es malo. Si al niño se le expone a ciertos estímulos, los acepta y los digiere él por su cuenta, sin que exista después un control ni unos límites a lo que se le ha ofrecido».

También afirmó que «el conocimiento de la cultura sidrera es bueno pero no es bueno en la infancia. Puede tener consecuencias que estropeen la vida del niño y que estropeen a las familias. Y que repercuta sobre la comunidad y sobre el sistema sanitario de forma clara. Por lo tanto, le recomendaría que lo pensasen más y que no diesen ese paso porque es un error».

Venancio Martínez recalcó que «los políticos no deben de ignorar la opinión y el posicionamiento de los pediatras, que no se va a quedar en lo que está», y denunció la crítica en redes sociales que equipara defender Asturias con favorecer la cultura sidrera en las escuelas, sin atender a los riesgos para los menores: «Asturias, claro que hay que defenderla, pero sobre todo primero hay que conocerla. Hay que conocer su historia y conocer la situación en la que estamos. Y el alcoholismo es un problema muy serio en la infancia».