Así es la vida de Federico, el asturiano de 93 años que vive en el bosque sin electricidad: «Me quitan el agua para llenar piscinas»
ASTURIAS
El canal de YouTube hilux_aventura ha publicado un vídeo en el que se puede observar cómo es la vida rural de un hombre en un pueblo abandonado en el Principado
02 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.En una sociedad cada vez más globalizada, en la que las personas pueden ponerse en contacto en segundos a pesar de que las separen miles de kilómetros, Federico es una excepción que llama poderosamente la atención por ir a contracorriente de un mundo que cada vez obliga más a estar conectado y al día con la tecnología.
Federico es un asturiano de 93 años que vive en un lugar recóndito del Principado, en el interior de un bosque rodeado de naturaleza y animales, que son quienes más le hacen compañía en su rutina diaria. Su historia ha sido difundida por el canal de YouTube hilux_aventura, que publicó un reportaje de más de una hora en el que se puede observar el modo de vida de este hombre y cómo transcurre un día normal en su existencia tan atípica.
Durante el vídeo, este superviviente de la Guerra Civil hace especial hincapié en cómo ha cambiado el estilo de vida en los últimos años y cómo esto está afectando a las zonas más rurales del Principado. En una de las escenas se puede ver a Federico recordando cómo era su vida durante la etapa bélica que asoló España entre 1936 y 1939.
En una de estas conversaciones, el asturiano llega a asegurar que «valía más la pena» que hubiesen matado a uno de sus vecinos un año antes que la posterior tortura que sufrió cuando fue capturado al año siguiente. Sobre el conflicto, Federico aseguró que «fue muy malo para todos» y afirma que lo peor de todo es «destacarse» en él. «Quien quiera una escalera, que vaya y la coja», asevera el anciano.
Durante este reportaje también hay espacio para la reflexión y, cuando Federico es preguntado sobre qué cree que hay al final de la vida, él explica que visualiza un «más allá, algo superior» al ser humano. Tampoco descarta la reencarnación y, junto a su interlocutor, bromea con que igual en la próxima vida les toca ser una vaca o un burro. No obstante, lanza un pensamiento final: «Lo que hay es que portarse bien y después que sea lo que venga. Al fin y al cabo, aquí estamos cuatro días, la vida es muy corta», apunta.
Por último, en una de las escenas finales, se ve a Federico recogiendo agua de un riachuelo, del que dice que hace años podía bañarse en él e incluso había truchas, pero que ahora está prácticamente seco. Ante esta situación, el nonagenario se muestra muy indignado: «Están malgastando agua. Tienen tres o cuatro piscinas y están regando con un agua que no les pertenece. Esto hay que pararlo», sentencia.