El mito del «infierno fiscal» en Asturias se tambalea: el Principado gana empresas a Madrid

Sergio Muñoz Solís
Sergio M. Solís REDACCIÓN

ASTURIAS

F. Sotomonte

Un informe sobre traslados de sedes sociales revela que entre enero y agosto de 2025 la región registró un saldo positivo, con 64 compañías procedentes de la capital

06 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Asturias arrastra desde hace años la etiqueta de ser un «infierno fiscal» para la actividad económica. Sin embargo, los datos más recientes sobre movimientos empresariales en España invitan a matizar —cuando no a desmontar por completo— esa idea. Entre enero y agosto de 2025, el Principado registró un saldo positivo en traslados de sedes sociales, y lo hizo con un dato llamativo: 64 compañías decidieron mudarse desde la Comunidad de Madrid a territorio asturiano.

El informe que recoge estos movimientos, elaborado a partir de las comunicaciones oficiales en el Registro Mercantil, confirma una tendencia que va a contracorriente de los tópicos. Frente a la narrativa extendida de que la fiscalidad asturiana ahuyenta proyectos y penaliza la actividad económica, lo cierto es que cada vez más empresas apuestan por fijar aquí su domicilio social. Y lo hacen, en muchos casos, viniendo desde la región que durante años ha presumido de ser la más atractiva para atraer actividad empresarial: Madrid.

Desde la Consejería de Hacienda del Principado subrayan un matiz fundamental que rara vez aparece en el debate público: la fiscalidad empresarial en España es única. Los grandes impuestos que gravan la actividad económica, como el Impuesto de Sociedades o el IVA, son de competencia estatal. Dicho de otro modo, una empresa paga lo mismo por tributar sus beneficios en Oviedo que en la Castellana. Ese detalle, recuerdan, es clave para entender por qué no tiene sentido hablar de un «infierno fiscal» para empresas en términos autonómicos. Ni Asturias, ni ninguna otra comunidad, puede fijar rebajas o recargos en la tributación que afecta a las sociedades mercantiles. Se trata de un principio constitucional y las comunidades autónomas no tienen capacidad para legislar ventajas fiscales específicas para empresas, ni tampoco para crear impuestos sobre la actividad económica que rompan la unidad del mercado.

El mantra de que las compañías abandonan Asturias por motivos fiscales no resiste el contraste con los datos. Y el informe de traslados entre territorios durante 2025 es una prueba más: las 64 empresas que han elegido el Principado frente a Madrid lo han hecho a igualdad de fiscalidad. Si la fiscalidad no explica estos traslados, ¿qué factores pesan realmente? Las motivaciones varían según el tipo de compañía. En algunos casos, la decisión responde a estrategias de reubicación territorial para acercarse a sectores concretos o aprovechar redes locales de proveedores. En otros, a razones logísticas o de costes operativos ligados al suelo, los alquileres o las condiciones laborales. También influyen la calidad de vida y el coste de establecimiento para los equipos que acompañan a la empresa.

Desde Hacienda insisten en que la prueba de que el factor fiscal no es determinante se encuentra en la propia experiencia comparada. Comunidades como Castilla y León o Andalucía han aplicado rebajas en la fiscalidad personal —en el tramo autonómico del IRPF o en el Impuesto de Sucesiones—, sin lograr frenar la salida de empresas hacia Madrid en los últimos años. La relación entre fiscalidad personal y movimientos empresariales es, en la práctica, inexistente.

El discurso del «infierno fiscal« ha calado en parte del debate político y mediático asturiano, sobre todo durante la última década. Pero el saldo positivo en traslados empresariales durante 2025 cuestiona de raíz ese relato. Asturias no solo no pierde, sino que gana peso relativo frente a Madrid, epicentro habitual de llegada de sociedades desde toda España. El informe no aclara qué tipo de empresas son las que más apuestan por el Principado, ni si trasladan únicamente su sede social o también equipos y centros de actividad. Pero el simple hecho de que un número significativo de compañías opte por mudarse desde la capital a una región con menor densidad empresarial evidencia que los factores de decisión son mucho más complejos que un simple titular fiscal.

Asturias no puede ofrecer rebajas fiscales a las empresas, como tampoco puede hacerlo ninguna comunidad, pero sí puede influir en otros elementos que resultan decisivos: infraestructuras, innovación, costes de implantación, calidad de vida para trabajadores o la existencia de ecosistemas sectoriales sólidos. Los números de 2025 empiezan a mostrar que, pese a los tópicos, Asturias no es un «infierno fiscal», sino un territorio capaz de atraer y retener proyectos empresariales. El reto, a partir de ahora, será analizar qué sectores están detrás de este movimiento y cómo consolidar esa tendencia para que el Principado se convierta en un lugar de oportunidades.