«La doble R»: ¿Quién es el ministro que intentó alterar el diario de sesiones del Congreso?
ASTURIAS
La taquígrafa más veterana ha contando las anécdotas de 50 años en la cámara
14 oct 2025 . Actualizado a las 12:01 h.Historia viva de los entresijos de la democracia en España, la invitada de la pasada jornada en el programa La Revuelta, Ana Rivero, que fue taquígrafa en el Congreso de los Diputados durante medio siglo, dejó asombrados tanto a Broncano como a los espectadores con un reguero de anécdotas muy jugosas y explicó además el duro trabajo de quienes tienen que registrar palabra por palabra no sólo lo que dicen los diputados en la tribuna, sino todo que sucede en los debates del pleno.
Entre las anécdotas que narró Ana Rivero, quien ha publicado el libro «Luz y taquígrafa. 50 años transcribiendo la historia de España», estaban por supuesto episodios como el golpe de estado del 23F, cuando un guardia no le dejó acceder a la cámara o cuando una protesta sobre el aborto le hizo temer que una de las manifestantes se cayera sobre un diputado. Pero hubo también una peripecia que se dejó con aire de misterio (aunque son suficientes pistas para desentrañarlo).
Fue cuando Rivero, explicando que lo recogido por las taquígrafas no puede ser alterado, porque un juez puede tener que recurrrir al diario de sesiones para comprender mejor las intenciones del legislador, desveló que un ministro sí intentó que cambiara algo de lo que se había dicho y escrito.
«Es que a mí un ministro intentó que le cambiara una frase», dijo Rivero despertando la curiosidad de todos, hasta el público coreó que lo dijera, «ah, se dice el pecado pero no el pecador». Sí explicó que fue ministro «ya hace tiempo», y «después este señor entró en la cárcel». Todos empezaron a hacer cálculos mentales.
En la etapa de la democracia reciente hay varios ministros que han entrado en prisión; José Barrionuevo, del PSOE, por el caso GAL; Rodrigo Rato, el PP, por las tarjates black de Bankia y Jaume Matas, del PP, por el caso Palma Arena.
«Dinos la frase que quería quitar por lo menos», y Rivero respondió «era una cosa económica y tal y entró en la cárcel por motivos económicos».
«Ya sé quién es», dijo Broncano «¿estamos hablando de la doble R?» y Rivero asentía en silencio.
La carrera de Ana Rivero como taquígrafa oficial comenzó el 11 de mayo de 1975, en los últimos meses de la dictadura franquista. Así logró ser testigo privilegiada de la transformación política de España y de un Congreso muy distinto al actual. En aquellos años el 98% de los trabajadores eran hombres, y las normas de vestimenta eran tan estrictas que a las taquígrafas se les prohibía usar pantalones vaqueros. Incluso, contó entre risas, llegó a ser reprendida por llevar un escote considerado inapropiado.
A lo largo de su trayectoria, Rivero pudo perfeccionar una técnica que le permite transcribir hasta 190 palabras por minuto, y conserva un sinfín de anécdotas que reflejan cómo ha cambiado la política , y el papel de las mujeres, en el Parlamento español.