La Central Hidráulica de Miranda genera energía a partir de las aguas captadas en diferentes azudes repartidos por las cuencas de los ríos Somiedo y Pigüeña y conducidas a la central a través de un túnel subterráneo principal de 22 kilómetros de longitud, el cual llega a los 650 metros bajo tierra en su punto más profundo
23 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.La Central Hidráulica de Miranda, ubicada en el concejo de Belmonte de Miranda, cuenta con una potencia de 68 megavatios, con los que genera anualmente la energía equivalente al consumo eléctrico medio de 60.000 hogares (es decir, 210 gigavatios hora al año).
Esta central, propiedad de la compañía EDP, comenzó a generar energía cien por cien renovable en 1962. Para ello, emplea las aguas captadas por los distintos azudes repartidos a lo largo de la cuenca de los ríos Somiedo y Pigüeña y conducidas a la central a través del túnel principal, una infraestructura de más de 20 kilómetros de longitud que canaliza el agua desde la captación, en el azud del Covacho, hasta la central hidroeléctrica de Miranda con la finalidad de generar energía.
Este túnel parte de la población de La Riera, en Somiedo, y llega hasta las cercanías de la central, en un alto denominado Santa Fartalla, desde donde conecta con la tubería forzada que, gracias a su pendiente casi vertical, y a su diferencia de altura con la central conduce el agua a gran velocidad hasta las turbinas de la instalación hidroeléctrica, generando energía eléctrica.
El túnel es subterráneo, y llega a los 650 metros bajo tierra en su punto más profundo, en la zona de la Sierra de la Bustariega.
Planes de mantenimiento
Dentro de los planes de mantenimiento de la compañía, este túnel tiene que someterse a una exhaustiva revisión cada cinco años por parte del equipo de mantenimiento. Pues bien, a principios de este mes de octubre ha tenido lugar una de estas inspecciones, concluida con éxito, quedando el túnel en óptimas condiciones para afrontar un nuevo periodo de funcionamiento.
Lo primero que se realiza es el vaciado controlado del túnel, siguiendo criterios de seguridad, ambientales y técnicos estrictos. Se cortan las aportaciones de agua y se abren las válvulas de fondo en los azudes, registrando todas las maniobras para un control total de la actuación.
La inspección se realiza con un vehículo anfibio (denominado «El Aurora»), una suerte de quad de ocho ruedas que permite recorrer todo el túnel para ir analizando, metro a metro, el estado del mismo y realizar reparaciones o mejoras cuando es necesario.
El propósito principal de la inspección es verificar el estado estructural y funcional del túnel de conducción, así como garantizar la seguridad operativa de los accesos y elementos hidráulicos asociados. Los equipos analizan metro a metro buscando grietas o efectos en el hormigón que puedan dar indicios de que se produce un escape de agua en un túnel que tiene una capacidad de entre 15 y 20 metros cúbicos por segundo. Para esta labor, EDP cuenta con Contratas Forcón, compañía asturiana especializada en este tipo de trabajos.