Las vías nacionales concentran la mayoría de los accidentes de tráfico registrados en un informe en la región, que no obstante tiene un tramo de autopista con altos índices de siniestralidad
24 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.La siniestralidad en las carreteras sigue siendo uno de los problemas más graves de seguridad en España, y Asturias se cuenta entre los territorios más afectados. Un informe publicado recientemente por Automovilistas Europeos Asociados (AEA) localiza un total de 270 kilómetros críticos en la Red de Carreteras del Estado, que se han caracterizado por tener un alto Índice de Peligrosidad Medio (IPM). Algunos de los tramos más peligrosos están en Asturias. Este índice no mide los accidentes en términos absolutos sino en relación a la intensidad de tráfico de cada tramo, lo que explica mejor los problemas estructurales de la vía.
El estudio ha analizado los accidentes con víctimas ocurridos entre 2019 y 2023: fueron, en todo el territorio español, 1.563 accidentes que afectaron a 2.169 personas (la mayoría, heridas leves pero también graves y fallecidos). Asturias reúne un total de 19 tramos peligrosos, con 91 accidentes y 115 víctimas. Ese volumen la sitúa en la zona alta del mapa de puntos negros por densidad relativa, con una notable concentración en la franja costera occidental y varios focos secundarios en las grandes vías nacionales.
El tramo más peligroso de toda España es el kilómetro 243 de la N-4a, en Ciudad Real. ·Y el kilómetro 55 de la N-632, situado en el municipio asturiano de Cudillero, ocupa el segundo lugar. Este tramo contó siete accidentes y diez víctimas entre 2019 y 2023, lo que lo sitúa como el más peligroso de la región. Pero esta carretera no tiene solo un punto negro en ese kilómetro. Otros tres tramos del occidente asturiano están entre los más peligrosos de todo el país: el kilómetro 54 (que registró cinco accidentes y siete víctimas), el kilómetro 59 (con cinco accidentes y seis víctimas) y el kilómetro 62 (con tres accidentes y seis víctimas). Y hay otros cinco puntos más que registran siniestralidad alta.
Otra carretera con tasas altas en el IPM es la N-634, la que fuera principal arteria del tráfico en la cornisa cantábrica antes de la construcción de las autovías. A su paso por Asturias, esta vía tiene cinco tramos con alta siniestralidad. De hecho, el punto kilométrico 395, situado en el concejo de Siero, aunque tiene un IPM más bajo que los tramos de la N-632, registró el mayor número de accidentes en términos absolutos: 20, con 21 víctimas. En esta carretera hay, asimismo, otros dos puntos con índices altos, el kilómetro 336 en el concejo de Parres, que registró nueve accidentes con diez víctimas, y el 289 en Llanes, que registró dos accidentes.
En la clasificación aparecen otras dos carreteras asturianas con tramos de peligrosidad alta. El kilómetro 79 de la N-630, situado en el concejo de Lena, que registró 7 accidentes y 16 víctimas, y el kilómetro 168 de la N-621, en el desfiladero de La Hermida, en Peñamellera, cerca de los lides con Cantabria, que registró cuatro accidentes y cuatro víctimas.
Por otra parte, cabe destacar, en el apartado de vías de gran capacidad, la presencia de la autopista del Huerna, la AP-66, que tiene dos tramos con índices altos dentro del territorio asturiano: el kilómetro 74, con cuatro accidentes y cinco víctimas, y el kilómetro 77, con cuatro accidentes y doce víctimas. Otro punto con alta siniestralidad está ya en la provincia de León, y registró tres accidentes y cinco heridos. Aunque las autopistas suelen ser más seguras que las carreteras convencionales, el Huerna confirma que comporta cierto riesgo.
Para conocer el alcance de la peligrosidad de las carreteras, hay que tener en cuenta los criterios con los que se ha hecho el estudio. El informe establece un umbral de entrada de IPM igual o mayor de 82. Es un límite de entrada muy exigente. Cualquier tramo debe tener como mínimo este 82 en el índice, lo que supone una peligrosidad diez veces superior a la media española, que está en un 8,2.
Esto significa que las vías que tengan muchos tramos dentro de la lista podrían tener problemas estructurales como deficiencias en el trazado, intersecciones, accesos o condiciones en el entorno que se deberían mejorar. Es el caso, sin duda, de la N-632, donde se concentran casi la mitad de los puntos peligrosos de Asturias. La intención de AEA es llamar la atención para que, si no se pueden solventar estas deficiencias por evidentes limitaciones presupuestarias, se den a conocer y se señalicen adecuadamente para ayudar a que los conductores extremen sus precauciones.
España cuenta con 165.705 kilómetros de carreteras (26.474 de vías estatales, que soportan el 53,5% del tráfico), y 17.666 kilómetros de gran capacidad, la mayor longitud de la UE. Con este tamaño y diversidad, la localización de tramos como los de la N-632 y la N-634 en Asturias es esencial para priorizar actuaciones, poner en alerta a los conductores y evitar, de esta forma, que el numero de colisiones siga siendo elevado.