María Miranda: «La vivienda es la prioridad absoluta de este presupuesto»

ASTURIAS

María Miranda
María Miranda

La secretaria de Organización de IU de Asturias apela a la unidad de la izquierda para aprobar las cuentas autonómicas

31 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

La secretaria de Organización de Izquierda Unida de Asturias, María Miranda, también concejala en Grado; analiza las bases del texto presupuestario que comenzará a debatirse entre los partidos con la primera ronda de contactos que se abrirá esta semana; con una apuesta por la unidad de la izquierda.

—Aún esta semana se han escuchado valoraciones de los diferentes portavoces en la Junta, y los partidos del gobierno insistieron en la importancia de buscar una propuesta unitaria. ¿Esa apuesta por la unidad es algo que ya han trabajado previamente?

—Sí. Comenzamos a negociar con la otra parte del Gobierno y planteamos las cuestiones prioritarias para nosotros, que son las clásicas. Desde Izquierda Unida siempre abordamos los presupuestos desde tres ámbitos: el de la Consejería, a través del consejero como máximo responsable; el de la organización, que define las prioridades generales; y el municipalista, con los alcaldes, que trasladan las necesidades de los territorios al presupuesto. Trabajamos con una idea clara: que la izquierda debe operar unida. Es una cuestión de sentido común.

 —Con esa llamada unidad de la izquierda ¿hay preocupación por quien tiene el voto clave en el Grupo Mixto, con la posición de Covadonga Tomé, que da la mayoría absoluta?

—No es una cuestión centrada en una diputada, sino en el marco general. La derecha está actuando de manera muy organizada, tanto en Asturias como en el conjunto del Estado, y creemos que ha llegado el momento de que la izquierda también lo haga. Las actitudes divisivas son nocivas. Debemos construir desde la izquierda, porque somos los únicos capaces de ofrecer a esta comunidad los presupuestos que necesita.

 —¿Esa acción coordinada de la derecha se refleja en Asturias, por ejemplo, en el pacto PP y Foro en la Junta General?

—Sí. La derecha ha sabido plasmar muy bien su acuerdo parlamentario. La izquierda debe empezar a hacer lo mismo. Si no actuamos como un bloque, corremos el riesgo de que la derecha y la extrema derecha gobiernen en el Principado, como ya sucede en otras comunidades.

 —¿Ven factible que un futuro gobierno de derechas con la ultraderecha llegue a Asturias?

—En cualquier proceso electoral todas las posibilidades están abiertas. No sabemos cómo responderá la ciudadanía a las políticas del actual gobierno progresista y que a veces la incidencia estatal afecta a las comunidades, observamos lo que ocurre en otras regiones, como Extremadura, con tensiones y elecciones anticipadas; con ese experimento que está haciendo Feijoo de someter a una presión brutal a la ciudadanía. Aquí tenemos un gobierno estable, con dos proyectos políticos y dos liderazgos distintos, pero que garantiza una estabilidad y lo estamos viendo.

—¿Cuáles son las prioridades que Izquierda Unida llevará a la negociación del presupuesto de este año?

—Vivienda. Vivienda, vivienda y vivienda. Es la prioridad absoluta. Nuestro objetivo es que cada familia tenga una vivienda digna. Sabemos que es una meta compleja porque las políticas de vivienda tienen efectos a largo plazo, pero es el gran compromiso de esta legislatura.

 —Sin embargo, la aplicación de las zonas tensionadas depende de los ayuntamientos, y algunos, como Oviedo o Gijón, no han mostrado interés. ¿Cómo se afronta esa resistencia?

—En Gijón ya existe una moción solicitando la declaración de zonas tensionadas en los barrios de La Arena y Cimadevilla, y esa petición está incluida en el proyecto de la Consejería. En Oviedo, en un primer momento, se optó por trabajar de acuerdo con los ayuntamientos, ya que es la primera vez que se aplica este mecanismo. Pero si los gobiernos municipales se niegan, la Consejería actuará de oficio, porque la competencia en materia de vivienda es autonómica.

—El Consejo de Gobierno aprobó recientemente el programa Alquilámoste. ¿Qué esperan de esta iniciativa?

—Tenemos muchas expectativas por la capacidad que creemos que puede tener de movilizar vivienda para la gente. Alquilamoste busca movilizar vivienda vacía y ponerla a disposición de la clase trabajadora a precios asequibles. Además, contribuirá a regular el mercado, ya que los alquileres se situarán por debajo del precio medio de la zona. 

—Además de vivienda, ¿qué otras prioridades defienden en el presupuesto?

—Todo lo que refuerce el Estado del bienestar. El plan Asturias Educa debe cumplirse y contar con la financiación necesaria. También impulsaremos mejoras en la red de escuelas de 0 a 3 años y sus trabajadoras y en sus derechos sociales. Pero, sin duda, nuestras prioridades siguen siendo la vivienda y el Estado social.

 —Covadonga Tomé planteó separar la negociación del IRPF de la de los presupuestos. ¿Qué opinión le merece?

—Nosotros creemos que hay que hacerlo todo en un marco presupuestario. Creemos que los ingresos y los gastos deben analizarse conjuntamente. Una negociación presupuestaria requiere una visión global. Los impuestos sirven para generar los recursos necesarios que financien el gasto público, por lo que ambas cuestiones deben ir de la mano.

—El Gobierno del Principado saca pecho de la llamada 'vía fiscal asturiana', pero por las deducciones, ¿les toca defender que los impuestos son necesarios?

—Defendemos una política fiscal progresiva: que quienes más tienen, más paguen. Sí, hay que hacer una labor pedagógica. Nosotros hacemos todo lo que podemos con los tres diputados que tenemos y y alcanzamos las negociaciones que podemos. Es necesario explicar a la ciudadanía que los impuestos son esenciales para sostener los servicios públicos. La progresividad es la base de un Estado social y de derecho sólido.

—Han existido tensiones dentro del Gobierno. ¿Cómo valoran la convivencia tras casi tres años de legislatura?

—Es un gobierno de unidad progresista y reformista, con dos liderazgos y proyectos distintos. Eso genera tensiones, pero no crisis. Tensiones las hubo, las hay y las habrá, porque si no no serían dos proyectos políticos reales. Pero la única crisis real de gobierno como tal fue la del caso Cerredo. No se vio tensión, ni pelea, pero fue una crisis.

—¿Considera que este modelo de coalición es más estable que los acuerdos entre la derecha y la extrema derecha?

—Sin duda. Los gobiernos de derecha y extrema derecha, como hemos visto en otras comunidades, viven en la tensión permanente, como es el caso de Extremadura adelantado a sólo 17 meses de las elecciones ordinarias. Nosotros intentamos que las tensiones no pasen a la ciudadanía y gobernamos dando una estabilidad a la comunidad autónoma. Y yo creo que consiguiendo cosas; siempre hay que ir a más, pero creo que este gobierno está dando alternativas y soluciones a la clase trabajadora.

 —¿Qué logros destacaría de la primera mitad de la legislatura?

—El giro de 180 grados en la política de vivienda. En solo dos años hemos avanzado mucho. Ya se ven obras, rehabilitaciones y ayudas al alquiler en marcha. Esperamos que los frutos se vean plenamente a partir de mediados de 2026. Y también la ley, la ley de vivienda que tenemos sobre la mesa. 

—También está pendiente la ley trans. ¿En qué punto se encuentra?

—Es un compromiso de legislatura. La anterior tramitación fue muy conflictiva, así que optamos por trabajar con discreción, en diálogo con los colectivos y sin ruido. Queremos una ley tranquila, con amplio apoyo parlamentario, que blinde los derechos del colectivo y los proteja ante posibles cambios políticos futuros.

—En la pasada legislatura faltó un voto para aprobar la oficialidad del asturiano. Ahora, con otra correlación de fuerzas, ¿qué margen hay para avanzar en política lingüística?

—Desde Izquierda Unida tenemos una responsabilidad directa en política llingüística. Trabajamos con el movimiento asturianista y con el ámbito cultural, porque la lengua va unida a la identidad y a la cultura asturiana. Queremos impulsar una ley de identidad que integre lengua, cultura y clase trabajadora, vinculando la asturianía con sus raíces obreras y populares.