Cineastas asturianos consideran que, pese a que la cantidad y calidad de nuevos proyectos cinematográficos en la región hacen que ésta viva «un momento dulce», es necesario dar un espaldarazo definitivo a un segmento de actividad en el que «no existe una profesionalización» y en cuyo seno se sobrevive «a base de cabezonería, muchas veces»
19 nov 2025 . Actualizado a las 16:58 h.El pasado martes, durante la presentación de la representación asturiana en el 63 Festival Internacional de Cine de Gijón (FICX), el director del certamen, Alejandro Díaz Castaño, celebraba «el momento muy dulce del cine asturiano», tanto en «cantidad como en calidad», mientras que el programador del certamen, Tito Rodríguez, remarcaba que los 40 títulos «entre largometrajes y cortometrajes» que componen la representación audiovisual regional muestran la consolidación del audiovisual regional.
En este sentido, ponía en valor el hecho de que secciones como la de cortometrajes van «creciendo» año tras año y, «de forma natural, van llegando propuestas» en mayor número que hace años. Los directores, productores y guionistas asturianos consideran que los cimientos de una futura industria audiovisual asturiana están puestos, gracias a la encomiable labor del FICX o a las primeros fundamentos que la Consejería de Cultura está comenzando a poner para crear una industria cinematográfica propia, si bien algunos opinan que es necesario que la estrategia de promoción de este segmento de actividad en Asturias esté liderada por expertos del sector.
Otros creen que, de momento, resulta complejo dedicarse en exclusividad al cine o a la creación audiovisual, pese a que la cantera de talento y creatividad que está surgiendo en la región en los últimos años permite dejar la puerta abierta al optimismo.
«Estamos en un momento dulce»
Samu Fuentes (Noreña, 1972), una de las voces más originales del cine asturiano surgidas en las últimas décadas, autor de obras como «Bajo la piel del lobo», «Miraflores», «Los últimos pastores» y que ha llegado a trabajar con el mismísimo Woody Allen, ha sido el encargado de crear la pieza de cabecera del 63 FICX. Remarca que en el sector audiovisual asturiano «ha salido mucha gente» en los últimos años.
No en vano, «cinco personas jóvenes en el FICX salieron del FilmLab LaC6 de la Sociedad para el Desarrollo de las Comarcas Mineras de Asturias (Sodeco)», al tiempo que «este año va a salir otra jornada ahí de cineastas que de momento no están en el mapa, pero que tienen historias interesantes que contar, algunos de ellos mucho».
«Estamos en un momento dulce y una parte muy importante pasa por la formación, pero luego también está el tema de las ayudas, evidentemente, que nos consta que, después de mucho tiempo, están haciendo por mejorar el desfase de la convocatoria y otras cosas», añade.
A su juicio, este propicio escenario está favoreciendo el retorno del talento autóctono. Pone como ejemplo el caso de «una montadora bastante buena a nivel nacional que comentó que iba a volver a Asturias y hay otra gente que está retornando también».
«Estamos en un momento interesante y está muy bien que lo apoyen las instituciones», asevera, si bien considera que «ahora que se ha declarado el cine como uno de los sectores industriales estratégicos, espero que se apoye y hay que poner al frente de eso alguien que sepa del sector y tenga que ver con el, porque nadie entendería que liderando el sector del metal o el de defensa, que son otros sectores estratégicos, estuviera un cardiólogo».
Samu Fuentes cree firmemente que «el cine es cultura y educación y ahí también vamos muy atrás, pero sobre todo en lo que respecta a industria». A su juicio, «no hace falta saber mucho para comprender que el cine es una industria que mueve mucho dinero y es medioambientalmente eficiente». No obstante, afirma que el audiovisual es un segmento de actividad con «potencial de desarrollo» en el Principado.
Pese a todo, también considera que es necesario añadir una pieza adicional a ese engranaje: una filmoteca regional. «Tenemos un muy buen festival de cine en el FICX, se habla ahora de que se va a generar una escuela de cine, por fin, pero claro, la filmoteca también es un arma interesante», apunta. «Yo cuando estudié cine en Barcelona iba a la filmoteca a pasar tardes y tardes viendo películas»
«Tenemos varias instalaciones posibles para acoger una buena filmoteca y esperamos que se haga un proceso de selección abierto y que esté bien para que quien va a estar al frente de eso sea una persona adecuada, no sea algo que se autogestione o se imponga», concluye.
«No existe una profesionalización de este sector en Asturias»
Marcos M. Merino, director que presentará en el certamen su documental «Plaza Mayor» (Sección Oficial Retueyos), un íntimo retrato de Gijón que explora la transformación urbana, la memoria colectiva y el legado industrial, considera que el audiovisual regional «ha mejorado mucho en estos últimos años por diversas razones». Su perspectiva es algo menos optimista que la de Samu Fuentes, en el sentido de que aún «no existe una profesionalización de este sector en Asturias».
Considera que «el momento actual audiovisualmente es muy diferente desde el punto de vista formativo del que había hace 20 o 30 años desde la llegada del digital», al tiempo que «luego han surgido espacios de formación en Asturias, como un laboratorio que tenemos en Mieres (ndr: el FilmLab LaC6) y el de aquí de Gijón, en el Semilleru».
A eso se suma «la aparición de nuevas películas que se convierten en una referencia y también permiten un impulso». A su juicio, en lo que respecta al auge del sector en el Principado «la singularidad no está tanto en la calidad cinematográfica, que también, o en las apuestas políticas que existen, que suelen ser bastante transversales en las propuestas cinematográficas de Asturias, sino en el ejercicio de resistencia» que practican los propios cineastas.
Y es que los autores aún son «incapaces de poder producir un largometraje de ficción desde aquí, porque no ha habido hasta hace muy poco ninguna estrategia pública». Desde su punto de vista, Asturias ha llegado «con muchísimo retraso a la comprensión de la oportunidad que representaba el audiovisual a nivel internacional y, especialmente europeo, sobre todo desde la época del COVID».
El Principado es, asimismo, «la única comunidad autónoma, por ejemplo, que no tiene una filmoteca, lo cual es bastante significativo de nuestro atraso en la apuesta institucional por la creación cinematográfica». También se añade el hecho de que «las líneas de ayudas todavía están casi más cerca de los años 90 que de la época actual». Este cúmulo de circunstancias hace ser a los cineastas de Asturias «muy poco competitivos a nivel nacional e internacional y dificulta mucho la posibilidad de conseguir financiación en condiciones».
Marcos M. Merino reconoce tener fe en «la resistencia del momento, la capacidad para sacar películas, mostrar el talento y la capacitación de la creación en Asturias», si bien se muestra preocupado por «la sostenibilidad en el tiempo de esto, porque al final consiste en ser capaces de continuar, seguir haciendo películas y en saber de qué vamos a comer los próximos 6 meses».
«Esto ahora mismo no está resuelto y no hay ningún escenario que apunte a que lo vaya a esta», asevera. Este cineasta y formador de cineastas muestra su deseo de que crear dentro del panorama audiovisual asturiano «pronto deje de ser un ejercicio de resistencia y se convierta en un elemento de sostenibilidad». «Más que cineastas, ahora yo diría que somos francotiradores», concluye.
«Es casi una utopía intentar vivir solo del audiovisual en Asturias»
José Riveiro firma el documental «Savoy, 35 años y una noche», un emotivo repaso a la historia de un local emblemático de la música en directo en Gijón que será uno de los pases especiales del FICX. Cree que, actualmente, «es casi una utopía intentar vivir solo del audiovisual en Asturias».
Estima que «no solamente hacen falta apoyos institucionales y desde fuera, que son evidentes, sino incluso desde dentro, de los propios productores y cineastas muchas veces». Esta es, a su juicio, «una batalla pendiente y que siempre, por suerte, vamos sacando adelante a base de cabezonería, muchas veces».
El motor del sector cinematográfico asturiano se alimenta, desde su perspectiva, de «la pasión por intentar seguir contando cosas es lo que nos acaba moviendo a sacar adelante proyectos que, muchas veces, son impensables». «No nos acabamos de rendir y, poco a poco, vamos viendo cómo se van abriendo nuevos caminos», añade.
José Riveiro cree que, en la región, «va apareciendo gente joven que está aportando una manera distinta de ver muchas cosas relacionadas con el cine y creo que eso poco a poco va a acabar convirtiéndose en algo que podrá llegar a dar lugar a algo más estable y consolidado».
Un sector considerado estratégico en la región
Asturias ha registrado una inversión directa de 2.743.000 euros en rodajes internacionales durante 2024, según el último informe anual de Profilm, la asociación que agrupa a las principales productoras audiovisuales del país. Con estos datos, el Principado se sitúa como la octava comunidad autónoma con mayor captación de fondos en este ámbito, junto a territorios como Canarias, Cataluña o la Comunidad Valenciana.
El informe de Profilm destaca la presencia de Asturias entre las nueve comunidades que acogieron rodajes internacionales el pasado año, con un total de 27 proyectos atendidos en todo el país. En el caso asturiano, se llevaron a cabo dos producciones que, según la Consejería de Cultura, reflejan el impacto de las políticas públicas orientadas a posicionar la región como destino competitivo para la industria audiovisual.
Paralelamente, el Gobierno del Principado trabaja en un ambicioso proyecto para consolidar una industria cinematográfica fuerte y competitiva en la comunidad. La iniciativa, liderada por la Consejería de Ciencia, Industria y Empleo en coordinación con el departamento de Cultura, Política Llingüística y Deporte, incluye la creación de infraestructuras clave que posicionen Asturias como referencia nacional e internacional del sector audiovisual.
Entre las actuaciones previstas figura la creación de una Escuela de Cine, un espacio de producción y rodaje con instalaciones de última generación, talleres técnicos especializados y un estudio de postproducción equipado con tecnología avanzada para edición, sonido, efectos visuales y animación en tres dimensiones.
El proyecto cuenta con un estudio de viabilidad liderado por la Agencia de Ciencia, Competitividad Empresarial e Innovación (Agencia Sekuens). Su objetivo es abarcar toda la cadena de valor de la industria cinematográfica, desde la formación hasta la exhibición. No se trata únicamente de aprovechar los paisajes de Asturias como plató natural, sino de crear en la comunidad los recursos necesarios para que cualquier producción pueda desarrollarse íntegramente en el territorio: rodaje, producción y postproducción.
La Asturias Paraíso Natural Film Commission será el eje vertebrador de esta estrategia, que también busca fomentar la creación de nuevas empresas vinculadas con el sector y se enmarca en la estrategia de transformación económica e industrial de Asturias. Además de los sectores ya contemplados en la Estrategia de Especialización Inteligente (S3), y otros emergentes como la industria de defensa o el sector espacial, el Gobierno del Principado apuesta por el cine como nueva vía de especialización industrial.
La Consejería de Ciencia plantea seguir un modelo similar al aplicado en la industria de defensa, basado en la colaboración público-privada y el desarrollo de tecnología dual. El proyecto aspira a convertirse en un polo cinematográfico complementario al de otras comunidades del noroeste de España, con las que podrían establecerse alianzas para atraer grandes producciones internacionales.
El desarrollo será progresivo. En este sentido, la Escuela de Cine será la primera infraestructura en ponerse en marcha. El objetivo es que todo el proyecto esté plenamente operativo en un plazo de entre cuatro y cinco años. La inversión inicial estimada oscila entre los 15 y 20 millones. El Gobierno del Principado optará a fondos europeos y nacionales —como los del Spain Audiovisual Hub— y buscará también atraer inversión privada.