Lola Palacios, ganadora de un concurso literario a los 97 años: «Escribir, leer y pintar son mis vicios»

Carmen Liedo REDACCIÓN

ASTURIAS

Lola Palacios, con el relato manuscrito que presento? al certamen.
Lola Palacios, con el relato manuscrito que presento? al certamen.

Su relato corto «Mi vieja agenda» fue premiado en el III Certamen «Tribuna Ciudadana», que se organiza en Oviedo

23 nov 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El pasillo principal de la residencia geriátrica de Riaño da cuenta de que una de sus residentes, de las más longevas, por cierto, tiene un don especial para la creación literaria y también para la pictórica. En un tablón, que han denominado «El rincón literario», se acumulan recortes de prensa con noticias y entrevistas a María Dolores (Lola) Palacios por haber ganado concursos de relatos, por la exposición pictórica que realizó hace unos años y porque su nombre aparece en la Enciclopedia Asturiana. Lo último que se ha añadido a este rincón son las fotos en las que esta langreana de 97 años aparece recibiendo el premio convocado para los autores mayores de ochenta del III Certamen «Tribuna Ciudadana», premio que ganaba con su relato corto «Mi vieja agenda». Pero es que a muy pocos metros de ese tablón, cuelga un cuadro del payaso Charlie Rivel, pintado por Lola, que ella ha cedido al CPR (Centro Polivalente de Recursos) de Riaño. 

Lola Palacios cuenta a La Voz de Asturias que sintió «sorpresa» al conocer que era la ganadora del premio porque al mismo optaban más de 180 participantes, por lo que apunta de forma distendida que «había mucha competencia». Aunque ella ya había ganado otro premio hace dos años, haber ganado en esta edición con su relato «Mi vieja agenda» le supuso una gran emoción por el significado de ese relato: «este relato surgió de una agenda de tapas de piel marrón, toda arrugada, que encontré cuando estaba preparando para vender mi casa y me puse a leerla. En ella tenía teléfonos de mis amigos, tenía anotados recuerdos… Pero cuando me puse a llamar a esos amigos, no me contestaba ni Dios», explica Lola, que añade que el relato corto que escribió recoge «cómo me encontré y cómo me sentí entonces, la añoranza de que no me contestaran mis amigas y de no saber cómo estarían». Así, la misma señala que «mi vieja agenda fue la que me inspiró y la guardaré siempre mientras viva». 

Mari?a Dolores Palacios, recogiendo el premio.
Mari?a Dolores Palacios, recogiendo el premio.

Pero ese relato que Lola plasmó primeramente en dos hojas de pauta manuscritas no es, ni mucho menos, lo único que su mano ha plasmado sobre el papel. La misma parte de que «escribir, leer y pintar son mis vicios», así que a lo largo de su vida ha dedicado mucho tiempo a la creación literaria y artística, incluso mientras atendía los fogones del mítico Restaurante-Sidrería Miramar, de Langreo, fogones que atendió durante más de 30 años. Recuerda de aquel entonces que «en los momentos de tranquilidad pintaba en un cuartín que había en el restaurante». Allí tenía su paleta, sus pinturas y sus lienzos y de allí salieron decenas de cuadros que después colgaron en las paredes de su casa, en la de sus hijos y con los que realizó alguna exposición. Es más, Lola también llegó a ganar un premio de pintura. 

«Soy muy asturiana y muy langreana»

 -¿Y su afición por escribir?

-«Lo de escribir me gustó de siempre, desde que estaba haciendo bachiller. Sobre todo, me gusta escribir de Asturias, porque soy muy asturiana y muy langreana», traslada Lola Palacios, que añade que ha escrito varios cuentos y también dos libros, además de los relatos cortos. Respecto a los libros, precisa que Historia de una niña de la guerra es un libro que ha publicado sólo para su círculo más íntimo, para su familia y para amigos muy cercanos porque es un libro muy íntimo en el que relata sus vivencias: «hablo de cosas muy personales y, por tanto, lo tiene sólo gente que yo autoricé». Su segundo libro, A fuego lento del carbón, en cambio, es un libro que ha publicado y que, indica, «se está vendiendo mucho» porque va más allá de ser un simple libro de recetas: «es un libro que escribí durante la pandemia, pero en vez de ser solo un libro de cocina, es un libro en el que cuento anécdotas relacionadas con las recetas, fotos y también la receta a mi manera», expresa Loli, ya que reconoce que las cantidades que hay que añadir no tienen una medida exacta, sino que más bien utiliza «un poco, una pizca…». También ha escrito cuentos, que ha dedicado a sus biznietos, como El espantapájaros que amaba a los pájaros o La pequeña nube.

Pero el legado que está acumulando Lola Palacios va más allá de sus creaciones literarias y artísticas, ya que todo lo que escribe lo hace de forma manuscrita poniendo la máxima dedicación en cada letra. La misma explica que no tendría inconveniente en escribirlo a máquina porque sabe de mecanografía, si bien el hándicap para ello es que no se pueden encontrar fácilmente las cintas de tinta que necesita su antigua máquina, que, por cierto, se ha llevado con ella a la residencia de Riaño, junto con numerosos libros. Así, es su familia la que después se encarga de pasar a ordenador sus escritos y también los relatos con los que se presenta a los concursos. Y es que en el propio centro la informan de los certámenes que hay activos y de las bases por si se quiere presentar: «son todos muy amables y me mantienen informada», comenta Lola, que reconoce que «le gusta asistir y participar en actos» cuando la llaman, como la entrega de premios del III Certamen ‘Tribuna Ciudadana’ al que acudió a Oviedo hace unos días.

Con la lectura (además de libros, lee todos los días la prensa para mantenerse informada), la escritura y la pintura, Lola se mantiene «activa» a sus 97 años, dispuesta a seguir plasmando en papel o lienzo lo que surge en su mente todavía prodigiosa.