Emilio Chamizo, los ojos asturianos en Ucrania: «Después de la Segunda Guerra Mundial, esta es la más sangrienta»
ASTURIAS
«En Járkiv entraron a saco, bombardearon de todo. Rusia no está cumpliendo con la Convención de Ginebra», explica el fotógrafo natural de Piedras Blancas
29 nov 2025 . Actualizado a las 18:58 h.Nacido en Piedras Blancas, pero con experiencia en más de 70 países y diferentes conflictos armados, Emilio Chamizo, fotógrafo de profesión, explica que su interés principal de joven era conocer mundo: «Empecé a viajar, me gustó la idea. Estuve en Nicaragua en los años 70 y 80. Empecé a interesarme por la fotografía humanística: el ser humano y su relación con el mundo, intentar dar una imagen de dignidad, no solamente de imágenes chocantes. Eso me llevó de viaje en viaje hasta ahora», cuenta este asturiano que desde hace décadas vive en Menorca.
Tras el estallido de la Guerra de Ucrania en 2022, Chamizo ha centrado la mayoría de sus viajes en este país del centro de Europa. «Al principio voy para ayudar y, de paso, como fotógrafo. Entré por Polonia, luego Moldavia. Quería ayudar un poco a los refugiados en la frontera y al final llegué a Odesa. Empezaron los viajes e hice amistades que me permitieron tener más contactos y moverme más fácil allí», explica sobre sus primeros pasos en este conflicto.
Uno de los motivos que le llevó hasta este país centroeuropeo fue conocer las cosas de su propia mano. «Se cuentan realidades también, pero lo que no se cuenta tanto es toda la crueldad que tiene la guerra en el frente. Estuvimos allí en lugares donde el enemigo suelta primero el cloro para que te queme la garganta y después las bacterias para que te venga. Entonces, estas cosas no las cuentan porque es peligroso que la gente piense sobre ello. Hay guerra bacteriológica, es muy fácil de hacer y muy complicado de parar. Entonces, esas cosas no las cuentan», asegura Chamizo.
Otro aspecto en el que hace hincapié este asturiano y que, a su juicio, no se cuenta en medios es el nivel de mortalidad de este conflicto: «Tampoco cuentan que, más o menos entre los dos bandos, cada día mueren mil y pico soldados, hombres y mujeres, y quedan heridos de gravedad, pues multiplica por tres o cuatro, es tremendo. La sangría que hay ahora mismo allí, esa no se cuenta. Cuando lleguen las cifras vais a acojonar, pero es que esta guerra, después de la Segunda Guerra Mundial, que eso fue una masacre enorme, esta es la más sangrienta a nivel de fallecidos, mutilados y heridos», apunta.
Si algo exalta el fotógrafo del pueblo ucraniano es su fuerza. «Es increíble la resistencia que tienen. Creen en su cultura, lengua e historia y entonces pelean por ello. Muchos me dicen que prefieren morir a ser rusos». Además, destaca la capacidad que tienen para ir reconstruyendo sus ciudades y pone como ejemplo Járkiv: «Entraron a saco, bombardearon de todo: edificios, vamos, públicos, pisos, casas, colegios, guarderías infantiles... Y eso nadie me lo niega porque yo estaba allí. Hoy en día Rusia no está cumpliendo con la Convención de Ginebra», asevera.
«Lo único que quieren los ucranianos es que Rusia se vaya a sus fronteras, que va a ser muy complicado»
En el aspecto personal, Chamizo considera que tuvo «suerte» por no haber tenido ningún problema serio en Ucrania, aunque sí que ha visto cosas realmente complicadas. «He visto muchas cosas, pero estaba bastante protegido. Hace tres semanas, en el hotel, con las ventanas abiertas, mirando Járkiv, veíamos caer bombas. Dices: “Esto no puede ser”. Es igual de duro aunque no te toque. También es duro ir después de un bombardeo a las casas: ver cómo la gente saca heridos o las pocas cosas que les quedan, y todo sin una lágrima. Son durísimos», explica el fotógrafo.
Para este asturiano, el final de esta guerra depende de muchos más agentes que simplemente Ucrania y Rusia. «Lo único que quieren los ucranianos es que Rusia se vaya a sus fronteras, que va a ser muy complicado. Entonces, imagino que habrá una paz forzada de alguna manera y van a ser muy duras las negociaciones, porque ellos si, por poner, hay un millón de muertos de cada bando, que es tremendo, ¿cómo vas a defender eso para que al final se quede como querían los rusos? No se puede», asegura.
Además, resalta la importancia del papel de Europa y Estados Unidos en esta ecuación: «Si Europa sigue de verdad apoyando, Rusia tendrá que parar porque no tendrá bastantes fondos ya para seguir con la guerra. Pero si Estados Unidos apoya más a Rusia, porque piensa hacer negocio con Rusia después, pues está fastidiado el asunto para los ucranianos». A su juicio, una fecha clave para valorar cómo de cerca está el final de esta guerra es este invierno. «Calculo que según lo que pase ahora este mes de diciembre, que va a ser muy duro para ellos porque los rusos van a aprovechar las fiestas para hacer más daño... A ver cómo queda en lo emocional Ucrania para el mes de enero, si pasan el invierno, ellos no tienen pega en seguir un año más de guerra hasta que los echen», sentencia Chamizo.