Está terminantemente prohibido sobrepasar la señalización instalada para garantizar la seguridad
16 dic 2025 . Actualizado a las 16:07 h.La Ruta del Cares, uno de los senderos más emblemáticos del Parque Nacional de los Picos de Europa, que enlaza las localidades de Caín (León) y Poncebos (Asturias) vuelve a estar accesible, aunque con limitaciones, después del desprendimiento que obligó a su cierre total el 9 de diciembre.
El incidente se produjo en la vertiente leonesa, entre Caín y el Puente de los Rebecos, y arrastró parte de la plataforma de la senda, creando un riesgo evidente de caída al vacío. Tras las inspecciones técnicas realizadas en los últimos días, la Delegación Territorial de León ha autorizado la reapertura parcial del recorrido.
Así, quienes accedan desde la localidad leonesa de Caín podrán caminar hasta dos kilómetros desde la salida, disfrutando de las espectaculares vistas del desfiladero. Por el lado asturiano, el corte se mantiene en el Puente de los Rebecos, muy próximo a la zona afectada. En ambos casos, está terminantemente prohibido sobrepasar la señalización instalada para garantizar la seguridad.
El desprendimiento ha obligado a diseñar un plan de actuación en dos fases. La primera, que se ejecutará en cuanto las condiciones meteorológicas lo permitan, consiste en limpiar la zona y colocar una pasarela provisional equipada con una «línea de vida», un sistema que asegura el tránsito de los senderistas. El objetivo es recuperar la conexión completa de la ruta durante el período navideño, cuando miles de visitantes suelen recorrer este paraje.
La segunda fase, según recoge Efe, será la reparación definitiva de la plataforma dañada, que se intentará compatibilizar con el paso de personas siempre que se garantice la seguridad tanto de los excursionistas como de los trabajadores.
La Ruta del Cares, conocida como «la garganta divina», es uno de los grandes atractivos turísticos de Castilla y León y Asturias. Conecta Caín y Poncebos a lo largo de 12 kilómetros y atraviesa un paisaje único, tallado entre montañas y precipicios. Cada año atrae a miles de senderistas, por lo que su cierre ha supuesto un impacto notable para la economía local y el sector hostelero de la zona.