Pablo Carrera, fundador y director de «Gaiteros del Carbón»: «Llevamos muy por bandera que somos de les cuenques mineres»

Carmen Liedo REDACCIÓN

ASTURIAS

Pablo Carrera
Pablo Carrera

La formación celebrará su décimo aniversario el 10 de enero con un concierto aniversario de doble pase que contará con el acompañamiento de artistas y grupos invitados como Víctor Manuel, Marisa Valle Roso, Xune Elipe, Jose M. Tejedor, Hevia, Celtas Cortos o Nuberu, además de alguna otra actuación sorpresa

20 dic 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Gaiteros del Carbón, la banda de gaites fundada y dirigida por Pablo Carrera, cumplirá el próximo mes de enero 10 años de trayectoria musical. Una década desde aquel acompañamiento que hizo junto a un grupo de alumnos de su Escuela de Música casi de manera improvisada a una carroza en homenaje al Pozo Carrio durante la Cabalgata de Reyes de Laviana. Desde entonces, han sido infinidad las veces que con su imagen y su repertorio tan característicos han ambientado y aportado valor a eventos de todo tipo o colaborado en conciertos con artistas y grupos de renombre de la escena musical regional y nacional. Pero el próximo 10 de enero, Gaiteros del Carbón serán los protagonistas de su propio concierto; de un concierto por su décimo aniversario que tendrá lugar en el Teatro José León Delestal, de La Felguera, que han tenido que reorganizar y hacerlo de doble pase al haberse agotado las entradas del pase único que en un principio habían programado en menos de una semana y entender que no podían dejar sin asistir al concierto a tantas personas que les trasladaban con pesar que no habían conseguido una localidad para verlos. Y, según cuenta Pablo Carrera en la entrevista concedida a La Voz de Asturias, el concierto aniversario que están organizando será mucho más que una actuación de Gaiteros del Carbón con un nuevo repertorio. La formación contará con el acompañamiento de artistas y grupos invitados como Víctor Manuel, Marisa Valle Roso, Xune Elipe, Jose M. Tejedor, Hevia, Celtas Cortos o Nuberu, además de alguna otra actuación sorpresa, y ofrecerá una actuación con «sorpresas» que, a tenor de lo que cuenta el director de la banda de gaites, promete despertar «emociones desde el orgullo de identidad». Y es que si algo llevan por bandera los Gaiteros del Carbón es el territorio al que pertenecen, «que somos de les cuenques mineres», resalta con orgullo.

—Para empezar, Pablo, ¿qué te llevó a fundar 'Gaiteros del Carbón' y cuál era la visión inicial del proyecto?

—No fue una cosa premeditada. A mí llamó Ernesto, de la compañía Con Alevosía Teatro, y los organizadores en 2016 de la Cabalgata de Laviana. Querían hacer un homenaje al Pozo Carrio, que cerraba ese año, y necesitaban figurantes para acompañar a esa carroza que iban a llevar en la cabalgata. Me preguntaron si tenía alumnos en la escuela de los que poder tirar y yo les dije que sí, que seguramente se animase gente. Yo propuse ir tocando con la indumentaria minera para acompañar a la carroza en homenaje al Pozo Carrio tocando como banda de gaites. Cuando aquello terminó, vi a la gente muy ilusionado porque había gustado mucho. Fue entonces cuando decidimos echar el proyecto a andar fundando algo oficial. Durante unos meses estuvimos viendo el repertorio, ensayando, viendo qué nombre poníamos a la banda y diseñando el logotipo. En octubre de ese año, cuando se nos dio la oportunidad de participar en el Festival del Xarandal, que se organizaba en la Felguera, ya salimos con la estética nuestra, con nuestro logotipo y el repertorio que habíamos ensayado esos meses de atrás. De manera oficial ya éramos ‘Gaiteros del Carbón’. A partir de ahí, diez años para atrás y para adelante.

—Mirando atrás, ¿cómo valoras esta década de trayectoria de la banda y cuál dirías que ha sido el mayor reto en estos diez años?

—Ha sido difícil. ‘Gaiteros del Carbón’ es una banda que está compuesta por alumnos de la cantera de la Escuela de Música, por tanto, primero necesitamos formar a personas y que después esas personas tengan un nivel de implicación y de compromiso con la formación a la hora de venir a los ensayos, de ver el repertorio, ir a las actuaciones... No ha sido fácil, y más cuando tienen también otras muchas actividades alrededor, más bien diría que mantenerlo durante diez años ha sido complicado. Siempre va entrando gente y saliendo por diversos motivos, pero también hay personas que llevan los diez años de ‘Gaiteros del Carbón’, como Irene, Lucía o Dani, que ya estuvieron en aquella cabalgata de Laviana de la que hablaba antes. Entonces, hay subidas y bajadas en cuanto al nivel, en cuanto al número de componentes, pero somos peleones y aquí estamos. En cuanto al mayor reto en este tiempo, yo diría que mantenerse por ser, precisamente, una formación grande. Cuando hablamos de un formato de banda de gaites, a la hora de hacer actuaciones o participar en un desfile, implica tener un número determinado de gente porque, si no, no genera visualmente el impacto que hay que tener. Y eso es el reto más complicado.

—A lo largo de este tiempo, 'Gaiteros del Carbón' ha desarrollado un estilo muy propio. ¿Cómo describirías la identidad musical del grupo?

—Si hay una cosa que tuve clara desde el principio fue que, si queríamos hacer algo, teníamos que tener identidad. En lo visual, creo que la tenemos, y siempre pongo como el mismo ejemplo: si alguien viniese de afuera y se encontrase con 20 bandas de gaites diferentes y se le preguntara cuál de esas 20 bandas es ‘Gaiteros del Carbón’, seguramente nos sepa señalar. Pues esa misma filosofía es la que aplico a la parte musical. En este sentido, nosotros no nos cerramos a hacer repertorio estrictamente tradicional, sino que, como llevamos esa estética minera y tenemos ese orgullo de identidad, de quiénes somos y de dónde venimos, pues dotamos a la formación de un repertorio basado en canciones que son de composición, que son también de grupos de la zona que a nosotros nos gustan, como Los Berrones, Nuberu... En ese sentido, también metimos repertorio de algunos artistas con los que tuvimos la suerte de subir al escenario en estos diez años, como Dixebra, por poner un ejemplo. Entonces, el repertorio es un híbrido entre música tradicional, repertorio de composición, canciones populares...

Mantener la tradición en el día a día

—La gaita asturiana está viviendo un momento de gran visibilidad. ¿Qué papel crees que juega la tradición en un contexto musical que evoluciona tan rápido?

—La tradición, para mí, tiene que ser algo que se mantenga en el día a día. Porque al final, ¿qué es exactamente lo tradicional? Lo del año 1900, lo de 1950 o lo del año 300. Entonces, la tradición ahora mismo es lo que fue toda la vida, tener una serie de instrumentos y divertirte. Yo entiendo que no hay que anclarse a un momento determinado y tocar siempre un repertorio. Está muy bien, evidentemente, conocer, sobre todo el oficio que tuvo el gaitero a lo largo de la historia, pero después hay que darle salida y tener la gaita en escenarios completamente diferentes, desde poder tocar con una orquesta sinfónica, con un grupo de jazz, folk, o coger el repertorio tradicional y hacer cualquiera de los oficios que tuvieron a lo largo de la historia: tocar una misa, conducir un baile, acompañar tonada, cualquiera de esas cosas. Entonces, sí, la tradición juega un papel importante dentro de lo que haces a día de hoy, pero lo tradicional para mí llega en el día a día, todos los días.

—De todos los escenarios en los que habéis tocado, ¿hay alguno que recuerdes con especial emoción?

—Buf, hay varios, sí. A nosotros, todos los años nos llaman, por ejemplo, de un pueblo de León que se llama Matallana de Torío. El día de Santa Bárbara vamos allí a tocar y tenemos un vínculo superespecial con ellos porque llevamos muchos años participando. El pueblo nos acoge y parece que somos de allí de toda la vida. De hecho, les compusimos el himno oficial del pueblo porque no tenían. Y esas actuaciones de Matallana siempre las recuerdo con mucho cariño, porque salimos de aquí con la tranquilidad y con la ilusión de que cuando lleguemos nos van a recibir con una sonrisa todos los vecinos… Y podrían llevar todos los años algo diferente, pero siempre nos llevan a nosotros a hacer una actuación de una hora y pico en la que hacemos un repaso de todo el repertorio y después nos contamos las anécdotas del año… Es muy gratificante ir a Matallana. Y después, no sé, el concierto de Los Berrones en sala La Riviera, en Madrid, que ya era una de las mayores salas que hay de España. Es un momento que se recuerda con mucha ilusión. Otro es cuando fuimos en los primeros años al programa Luar, de la televisión gallega. Recuerdo que los chavales tenían, ocho, nueve, diez años, y verlos entrar en ese plató de una televisión autonómica tan grande, entrar en un camerino, para ellos era algo especial... Y para mí verlos entrar en esos sitios y comportarse también fue muy especual. A mí decían al salir de allí que parecían profesionales y, eso, tenían nueve o diez años. No obstante, también diría que disfrutamis en otros momentos, no solo en los escenarios. Fuera de ellos, también tengo muchísimos recuerdos, de ensayos, de viajes, de comidas...

—Muchos jóvenes se están iniciando en la gaita y la música tradicional y, de hecho, ‘Gaiteros del Carbón’ tiene una cantera importante. ¿Qué consejo les darías como músico y como formador?

—Es difícil dar consejos, pero yo les diría que disfruten, que disfruten del proceso. Como anécdota, hace poco una de las componentes que lleva estos 10 años en ‘Gaiteros del Carbón’ me decía algo así como que el 10 de enero iba a vivir uno de los mejores momentos de su vida. Y yo le respondí que ya lo está viviendo durante todas estas semanas, porque preparar todo el repertorio nuevo, ver lo que estamos organizando, ser la imagen oficial del Real Oviedo, hasta la hamburguesa que nos dedicaron en la Candelaria de Mela, todo lo que lleva aparejado el concierto, cada detalle que están viviendo en el grupo, es la parte más guapa del proceso y lo que más se disfruta. Y también hay momentos de tensión, porque a lo mejor no salen cosas como queremos y hay que gestionarlas, pero sea como sea, quizá el consejo sea ese, que disfruten el proceso independientemente de que haya momentos complicados, porque con paciencia y sabiendo gestionar la historia, sale. Es cuestión de repetir y de ensayar, porque hace más que el que quiere, que el que puede. Y querer implicarse, claro.

Hito personal y profesional

—Este 10 de enero celebráis el concierto del décimo aniversario. ¿Qué representa este hito para ti en lo personal y en lo profesional?

—Pues en ambas cosas, mucho. Hace tiempo que no me metía en un fregado tan grande en cuanto a lo musical, porque profesionalmente sí que nos dedicamos a montar festivales y conciertos, pero desde un punto de vista en el que, digamos, yo no soy artista o no me subo al escenario a tocar. Es decir, no tengo ningún papel artístico en ese sentido. Pero en este caso sí. Entonces, hay doble responsabilidad: la responsabilidad de la producción, que no es precisamente pequeña, al contrario, tiene cierta envergadura; pero después está la otra parte, la artística. Lo cierto es que yo ya tenía ganas desde hace muchísimo tiempo de hacer algo así, lo que pasa es que tampoco veía el momento adecuado y porque me generaba mucha duda que los chavales no tuviesen todavía la responsabilidad suficiente como para afrontar un concierto del alcance que yo tenía en mente. Pero la disculpa del décimo aniversario fue lo que hizo saltar la chispa y era un «ahora o ya nunca». Hay que tener en cuenta que hay componentes que lleven muchos años, muchísimas actuaciones en las que igual tienes que hacer desfiles, en las que, como en las cabalgatas, está frío… Entonces, ya apetecía hacer algo en lo que no seamos parte de un evento, sino ser nosotros los protagonistas. Y esa idea la tenía en mente desde hace bastante tiempo, igual desde hace cuatro o cinco años, hacer algo con ‘Gaiteros del Carbón’, algo diferente, porque ya que tenemos una identidad en lo visual, que la tenemos también en lo musical, que lo pudiésemos ofrecer en la parte de la puesta en escena. En este sentido, creo que la gente va a llevar una sorpresa el día 10 de enero.

—En ese concierto participarán artistas muy conocidos de Asturias. ¿Qué puedes adelantarnos sobre esas colaboraciones y cómo surgieron?

—Surgieron porque durante estos diez años ya hemos subido al escenario con muchos de ellos. De hecho, en la primera actuación oficial como ‘Gaiteros del Carbón’ nos subimos al escenario con Celtas Cortos. Entonces, se estableció una relación muy chula con ellos y después nos invitaron después a ir a otro concierto que dieron en Oviedo. Entonces, a esos amigos que en un momento dado contaron con nosotros, se nos ocurrió invitarlos: a Marisa Valle Roso; a Dixiebra, con los que ya perdí la cuenta de las veces que nos subimos con ellos; a Hevia, con el que tocamos también alguna vez; a Los Berrones… Les preguntamos sí les apetecía venir y la verdad es que todos dijeron al segundo que se subían al carro. Y con Nuberu nunca habíamos hecho nada, pero como tenemos dentro del repertorio suyos, nos apetecía que estuviera, porque nosotros que somos de aquí de la cuenca, que llevamos la minería por bandera, no podíamos hacer un concierto tan especial para nosotros y no decirle a Nuberu si quería estar. Y después ya nos liamos la manta a la cabeza y se lo propusimos a Víctor Manuel, y lo mismo: no tardó nada en decirnos hasta la canción que le apetecía hacer con nosotros. Entonces claro, estamos muy muy ilusionados. Y es que, además de los anunciados, hay posibles sorpresas, no vamos a anunciar todas las actuaciones, vamos a dejar alguna para que salgan al escenario sin más. También quiero destacar que vamos a estar acompañados por tres músicos que son unos musicazos: Rubén Bada, que es un músico dentro de la escena folk conocidísimo; Juanjo Díaz, que es un percusionista también extraordinario; y Ramón Prada, que aparte de ser músico, es un productor importantísimo y es el que se encarga de hacer la dirección musical con arreglos y demás. O sea, que no va a ser solo y exclusivamente la banda gaitas la que va a estar tocando, sino que vamos a tener allí batería, teclados, guitarras, secuencias electrónicas, un arsenal allí de canales de sonido que el técnico va a quedar contento.

—La expectativa con el concierto aniversario ha sido tal que, finalmente, habéis tenido que organizar otro pase, ¿cómo se toma una decisión así?

—Nosotros teníamos idea de hacer el concierto a las ocho de la tarde y cuando sacamos las entradas a la venta nuestra sorpresa fue que no duraron ni una semana. Muchísima gente nos escribía diciéndonos que se había quedado sin entrada, así que en dos días decidimos que había que hacer algo, que no podía quedar tanta gente con gana de ir al concierto, así que valoramos hacer otro pase: retrasamos el de las ocho para las ocho y media de la tarde y haremos uno a las cinco y media, para el que las entradas ya están también a la venta. Es más, ya hay casi medio aforo vendido y todavía faltan semanas para el concierto. Por tanto, estamos muy contentos con la respuesta de la gente, porque, que una banda de gaites venda casi 500 entrades en menos de una semana, no sucede todos los días en Asturias. Y a nosotros nos ilusiona y nos motiva mucho porque nos sentimos muy queridos en la zona; nosotros que llevamos tan por bandera que somos de les cuenques mineres, ver que la gente nos siente así, nos resulta muy ilusionante. Pero, insisto, llevamos muy por bandera de dónde somos y esa cercanía yo creo que a la gente que le gusta.

Nuevas metas para ‘Gaiteros del Carbón’

—A nivel artístico, ¿qué nuevas metas te gustaría explorar con ’Gaiteros del Carbón’ durante la próxima década?

—Dado este paso del concierto del décimo aniversario, en el que vamos a llevar a unos músicos, a unos artistas invitados y para el estamos preparando temas nuevos, creo que será el momento de ver la posibilidad de tocar en otros escenarios. Hasta ahora participábamos en todo tipo de eventos, y seguiremos haciéndolo, sea una cabalgata, una entrega de premios, un desfile o un festival intercéltico, pero tener un formato escenario en el que podamos llevar a determinados músicos y tocar una hora y algo, creo que será el reto para ‘Gaiteros del Carbón’ una vez pase el décimo aniversario. Después de la implicación de los chavales y de demostrar que tienen la capacidad suficiente y más como para hacerlo, creo que podemos ir adelante con eso.

—Y para terminar, ¿qué te gustaría que el público sintiera cuando os escuche el próximo 10 de enero en ese concierto tan especial que estáis organizando?

—Emociones, sobre todo muchas emociones. Emociones desde el orgullo de identidad que te genera ver a unos chavales de una zona tocando el repertorio que vamos a hacer y que las personas que asistan puedan decir: «esto me representa». Y yo creo que se van a llevar sorpresa porque hay expectativa respecto a qué vamos a ofrecer musicalmente hablando y, sin querer ser ostentoso, va a ser más que una banda de gaites tocando y unos artistas invitados acompañándolos: estamos haciendo diseños de luces específicos que nunca se hicieron dentro de los formatos de bandes de gaites o una puesta en escena diferente, porque aunque está todo inventado, vamos adaptando las referencias que tenemos de otros géneros musicales que todavía no se experimentaron en formato de banda de gaites, y vamos a llevarlo nosotros el día 10 de enero.