Luis Fanjul, candidato de Ciudadanos a la alcaldía de Avilés: «Aquellos que utilizaban formas propias de matón de discoteca ya no están en el partido»

AVILÉS

Luis Fanjul, candidato de Ciudadanos a la alcaldía de Avilés
Luis Fanjul, candidato de Ciudadanos a la alcaldía de Avilés

El cabeza de lista de la formación naranja ha logrado presentar una candidatura en tiempo de descuento: «Nos dan por desahuciados, así que no tenemos nada que perder»

17 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Luis Carlos Fanjul Viña (Avilés, 1969) es el cabeza de lista de la candidatura que Ciudadanos ha confeccionado para Avilés en tiempo de descuento. El candidato de la formación naranja tiene claro que sus prioridades para Avilés pasan por asentar población y paliar la crisis demográfica. Confiesa que, a pesar de que sea «difícil» sacar al menos un concejal el próximo 28 de mayo, ahora es cuando mejor está desde que empezó a militar en 2016: «Ciudadanos creció por un aluvión de gente que no era liberal ni de centro. Ahora hemos quitado la grasa y estamos la gente que de verdad siente el partido».

—Finalmente pudo confeccionar la candidatura, aunque en tiempo de descuento.

—Hubo dos motivos que me impulsaron a presentar la lista en Avilés. Por un lado, el transfuguismo y la desfachatez política de algunos que llevan la pulserita de Ciudadanos y de la noche a la mañana se pasaron a otros partidos. Ahora el problema lo tienen esos partidos. Me parece una deshonestidad política. Ninguno de ellos deja su acta, lo cual demuestra que cada vez más vividores están entrando en la política. El segundo motivo, y más esencial, fue el hecho de que en la circunscripción central tenemos alguna posibilidad de entrar y entendía que sin una candidatura en Avilés esa posibilidad quedaba coja. Finalmente me decidí y he conseguido que en los primeros puestos de la candidatura de Avilés haya gente joven de la ciudad. Somos una lista nueva, de gente que no había estado en política. Que Avilés tenga un espacio de centro es acertado.

—Empezaron el mandato con cuatro concejales y terminan con tres. ¿Qué espera del 28 de mayo?

—Nos dan casi por desahuciados, por tanto cualquier cosa que venga será bienvenida. No tenemos nada que perder. Ahora es cuando realmente el partido es más libre. Me siento mucho mejor que cuando empecé a militar en él, en el año 2016. La gente que está en el partido está muy comprometida, con muchas ganas. Los que utilizaban formas propias de matón de discoteca ya no están en el partido.

—¿Confía en sacar al menos un concejal?

—Es difícil. Dependerá mucho de la campaña, pero es difícil. Es más fácil en una candidatura autonómica que en una local, ya que el límite de una está en el 3% y de la otra en el 5%. Eso no nos debe amedrentar y sigo pensando que la idea de Ciudadanos es válida. Se han cometido errores y hemos aprendido de ellos. Ciudadanos creció por un aluvión de gente que no era liberal ni de centro. Ahora hemos quitado la grasa y estamos la gente que de verdad siente el partido. El papel que tiene que tener un partido liberal no es aspirar tanto a gobernar como a estar en esa mediación.

—¿Qué balance hace del mandato que termina?

—No ha habido nada disruptivo. Si llevas gobernando 35 años no tienes proyectos ilusionantes, sino que te conviertes en un mero burócrata que sigue con la continuidad de lo que dejaste anteriormente. Ha sido un mandato bastante languideciente. Todo son promesas incumplidas que nunca llegan y mientras tanto la ciudad va apagándose.

—¿Cuáles son sus prioridades para Avilés?

—Lo esencial es asentar población. Avilés está, como el resto de Asturias, sufriendo un declive demográfico muy acelerado. Eso va a suponer que Avilés baje de los 75.000 habitantes. Vamos a tener una ciudad con una estructura de 90.000 habitantes para 70.000. Y eso hay que mantenerlo. Lo primero es asentar población para que Avilés sea una ciudad atractiva y agradable para vivir. Una ciudad para criar a tus hijos y cuidar a tus mayores. Se habla mucho de esa transformación que nunca llega, de esa transformación industrial hacia nuevas formas más sostenibles. Esas empresas ya no van a crear aquellos mastodónticos industriales de 5.000 o 20.000 trabajadores. Ahora, seguramente, será con menos y más cualificados. La pregunta es cuántos de ellos viven en Avilés. La gran mayoría vienen a trabajar, pero luego se van a vivir a Gijón, La Fresneda u otras partes de Asturias. Una de nuestras medidas va a ser el fomento de la familia. Esas familias que por nivel de renta nunca tienen acceso a nada y siempre pagan.

—Uno de los grandes proyectos de la ciudad pasa por el soterramiento de las vías ferroviarias. ¿Será una realidad en el nuevo mandato?

—No sé cuánto tiempo llevamos esperando por ello. Es el clásico cuento de la lechera. Siempre se nos promete y nunca llega. Al final, los grandes proyectos de Avilés se demoran en el tiempo. No sé si el proyecto presentado se queda corto, pero está claro que es más que necesario para Avilés. No obstante, esa medida tiene que complementarse con la salida de los productos del Puerto y con la recuperación de los terrenos de Baterías. Es fundamental para el desarrollo económico de Avilés. También llevamos esperando dos décadas por el saneamiento de Maqua.

—Respecto a la vivienda. ¿Qué medidas llevan en esta materia?

—En Avilés hay muchas viviendas vacías. Parte de las medidas a nivel nacional para Asturias no suponen un parque de viviendas excesivo. En lugar de limitar el alquiler de la vivienda, yo creo que hay que darle seguridad al propietario. Tiene que haber algún ente de carácter institucional que le de garantías al propietario, de que ese alquiler no va a tener desperfectos y de que le van a pagar en forma. Creemos que hay zonas de desarrollo en Avilés, aunque creo que tampoco sea el gran problema de Avilés. El mayor de todos es estabilizar población y que venga gente a vivir.

—¿Cómo potenciar la actividad económica de la ciudad y el pequeño comercio?

—En Avilés está cerrando mucho comercio y creo que eso es contagioso para el resto de la calle. Desde mi punto de vista, el casco antiguo de Avilés es el mejor centro comercial de Asturias, lo que hay que dar son facilidades a la gente en cuanto a la movilidad para que tengan sitios para aparcar. Hay que poner aparcamientos cerca, como en toda la zona del Centro Niemeyer o el apeadero de FEVE. También modificaciones o ayudas para los parkings de Ruasa para que la gente pueda entrar en Avilés y utilizar el comercio. Todo ello además de hacer que tanto el periodo comercial como hostelero se alargue más allá de un fin de semana o día concreto. Hay que hacer ferias y actividades en la calle.

—En cuanto a la movilidad y la peatonalización de las calles. ¿Cuáles son sus posturas?

—Nadie puede negar que Avilés tiene cuestas. Hay que estudiarla en zonas donde no afecte al comercio. Hemos visto en zonas como la del Palacio Valdés, donde la peatonalización ha supuesto la desaparición de la actividad comercial. Hay que ver también dónde se ponen los carriles bici, siempre homologados y no en la misma carretera. Queremos hacer rutas seguras alrededor de los centros escolares. También tenemos que tener uan red de autobuses más amplia, con más frecuencias.

—¿Qué falta en Avilés a nivel turístico?

—No está desarrollado por completo. Avilés tiene más capacidad para hacer actividades que atraigan a la gente. Empezamos a ver cómo Avilés puede tener cada vez mayor impacto como una ciudad de exposiciones y negocios. Tenemos que hacer otro proyecto de la Mancomunidad, hay que darle otra visión para determinar qué es lo que queremos para un turismo comarcal. Da la impresión de que cada ayuntamiento está tirando por lo suyo propio. Hay que establecer unos compromisos de gestión por todos. Si no funcionamos como una comarca funcional en la ordenación del territorio es complicado. Con 135.000 habitantes ya tendríamos otro peso para reivindicar fondos europeos y para reclamar tanto al gobierno autonómico con nacional. 

—¿Tiene líneas rojas a la hora de pactar?

—Vamos a ver cómo queda el tablero político en Avilés porque se pueden dar muchas circunstancias. Tenemos que tener en cuenta que si no hay acuerdos siempre gobierna la lista más votada. Nosotros no tenemos líneas rojas. Somos un partido de consenso, pero también muy exigente, siempre en compromiso con los avilesinos.