La Pizarra: Anquela, tenemos un problema

Pablo Fernández OVIEDO

AZUL CARBAYÓN

Juan Antonio Anquela
Juan Antonio Anquela Real Oviedo

Análisis del partido propuesto por el técnico del Real Oviedo

15 oct 2017 . Actualizado a las 18:58 h.

Nota: 4, suspenso.

Cinco partidos sin ganar son muchos partidos y el Real Oviedo llegaba a Los Cármenes con la intención de acabar con la mala racha y aprovechar para vencer en una de las salidas más difíciles del curso. Anquela apostó por el trivote del miércoles ante el Tenerife y cubrió la baja del lesionado Verdés con Nahuel Valentini. La vuelta de Christian a la titularidad en detrimento de Mossa fue la otra novedad de la alineación.

El partido fue, en mayor o menor medida, una continuación del segundo tiempo ante el Tenerife. Aarón y Saúl seguían fundidos y sin chispa, y por ende, el centro del campo no encontraba líneas de pase por ningún sitio. A eso se le unió que la presión en la medular no fue tan intensa y que la zaga carbayona sigue teniendo muchos problemas para ser sólida. Y todo esto con un rival que en el 5' iba ganando y ni sabía cómo. Al Granada no le hizo falta hacer, ni por asomo, un buen partido para retener los tres puntos en casa.

El aspecto táctico

Ya nadie duda que Aarón Ñíguez y Saúl Berjón son los pilares sobre los que, hasta el momento, se está sujetando el Real Oviedo de Juan Antonio Anquela. Cuando estos no están el conjunto azul pierde toda su chispa atacante y la portería rival parece que está a kilómetros. Esto era lo que sucedía en las segundas partes de los encuentros, cuando ambos extremos notaban el cansancio del primer tiempo, pero esta vez, el problema vino desde el principio. 

Ñíguez y Berjón acusaron el esfuerzo ante el Tenerife y desde el primer momento del encuentro no se encontraron cómodos sobre el césped. Como consecuencia de esto, el trivote no encontraba a quién dársela, Toché estaba más solo que nunca y la ausencia de un generador de juego en la izquierda (Mossa) hacía imposible que el balón llegara a las inmediaciones del área nazarí. Tan solo el balón parado inquietaba a un Granada que, ni mucho menos, estaba haciendo el partido del siglo.

En el segundo tiempo todo fue a peor. Montoro y Baena consiguieron encontrar a Espinosa, Pedro y Machís y el Oviedo se comenzó a desangrar. Con los cambios Anquela optó por pasar a un esquema de tres centrales, dejando a Diegui todo el carril derecho, pero los espacios en campo propio se agrandaron y el área del Granada seguía estando muy lejos. El partido fue muriendo con un Granada perdonando el 3-0 y con los carbayones terminando como empezaron: viendo de cerca la portería de Javi Varas única y exclusivamente en las acciones a balón parado. 

Los cambios

El 2-0 en el 47' propició un doble cambio tan solo siete minutos después. Diegui y Linares sustituyeron a Valentini y Forlín, pasando Cotugno al central diestro y dejando a Diegui en el lateral. Rocha y Folch pasaron a formar un doble pivote, con Saúl y Aarón liberados. 

Pero el ajuste más importante llegó con la entrada de Mossa. Anquela pasó a una línea de tres centrales formada por Cotugno, Carlos y Christian, siendo Diegui y el propio Mossa los carrileros. Si bien en la derecha el cambio fue un caramelo para un Darwin Machís sanguinario al espacio, en la izquierda permitió ver a Mossa incorporándose a campo rival y poniendo tres centros que por si solos eran ocasión de gol. 

Una vez más, y ya son muchas en este inicio de curso, se echó demasiado de menos la existencia de un revulsivo ofensivo que pudiera virar el rumbo del encuentro.