El Real Oviedo de Bolo ya suda en El Requexón

Pablo Fernández OVIEDO

AZUL CARBAYÓN

Jon Pérez Bolo, con Sangalli en segundo plano, en su primer entrenamiento con el Oviedo
Jon Pérez Bolo, con Sangalli en segundo plano, en su primer entrenamiento con el Oviedo Real Oviedo

Primera sesión de la pretemporada para los azules, que contó con la presencia de Oier Luengo y una gran participación del preparador físico Pablo Santis Mandiola

06 jul 2022 . Actualizado a las 15:08 h.

Eran casi las 10:15 de la mañana cuando la plantilla del Real Oviedo, ataviada con su nuevo uniforme de entrenamiento, asomó por el campo n°4 de El Requexón. Varias decenas de oviedistas les esperaban e incluso se escucharon los primeros aplausos. Junto a los futbolistas, 23 en total, Jon Pérez Bolo y su cuerpo técnico. Comenzaba una nueva era en la ciudad deportiva azul.

La sesión arrancó con una charla de casi diez minutos en la que el entrenador vasco explicó a sus jugadores las tareas a realizar. Pronto, muy pronto, Pablo Santis Mandiola tomó los mandos del entrenamiento. El preparador físico fue el gran protagonista de la mañana, llevando la voz cantante en casi todas las tareas.

La sesión estuvo compuesta por 17 futbolistas del primer equipo, incluido un Oier Luengo que llegó a tiempo tras someterse al reconocimiento médico: Tomeu Nadal, Quentin Braat, Lucas Ahijado, Jorge Mier, David Costas, Dani Calvo, Rodri Tarín, Oier Luengo, Luismi, Javi Mier, Jimmy, Hugo Rama, Erik Jirka, Viti Rozada, Sangalli, Borja Bastón y Samuel Obeng; y 6 de Vetusta: Marco, Javi Moreno, Lucas Laso, Abel Bretones, Álex Cardero y Samuel Nnoshiri.

Después de un calentamiento que también dirigió el readaptador Michi Menéndez, el balón entró en escena. Ya desde la primera rueda de pases se pudo ver varios de los conceptos básicos de los equipos de Bolo: extremos por dentro, circulación intensa y laterales profundos en salida de balón. «Bota raro», decían algunos de los jugadores azules sobre el césped del campo n°4, algo blando e irregular en la primera mañana de trabajo. Después, 15 minutos de rondos en los que uno de los tres porteros (Tomeu, Marco o Braat) también participaba.

El entrenamiento finalizó con una posesión de tres equipos y fue en esta última tarea cuando más participativo estuvo Jon Pérez Bolo. «Si no puedo robar, me organizo», decía el técnico del Oviedo a sus futbolistas. La posesión duró tres tandas y ya en la última el cuerpo técnico alabó la intensidad y el ritmo de sus jugadores. De camino a los estiramientos, momento en el que se puso punto final al entrenamiento, se pudo ver a Bolo charlando de manera distendida con Hugo Rama, Borja Bastón o Marco Sangalli. Mañana martes, a partir de las 10:00 horas, más.