Manu Gutiérrez, periodista, lleva varias semanas poniendo la piel de gallina a todo el oviedismo gracias a sus vídeos motivacionales
19 jun 2025 . Actualizado a las 09:51 h.Aquí estamos de nuevo. Ante una nueva final. Es curioso, cómo lo que puede parecer algo tan premeditado como lo es un calendario cobra una relevancia que trasciende más allá de la anualidad futbolística. De sufrir el duro golpe de ver escapar el sueño a recomponerse para poder volver a intentarlo. Quizá estos más de 365 días se hayan materializado en ese espejo donde hoy vemos lo que realmente somos. Un ejemplo de constancia, de superación y de resiliencia. Caer, para mañana no dudar a la hora de levantarnos. Como quien confía en sobrevivir al invierno porque tiene la certeza de que siempre llegará el verano.
La última noche de San Juan nos condenó a seguir en la hoguera. Aunque muchos celebrasen aquel tropiezo en el camino, lo cierto es que hemos vuelto a resurgir de aquellas cenizas. Resurgir, resurgir, resurgir y volver a resurgir -perdonen la insistencia, pero siempre hemos sido más de San Luis-. La llama sigue muy viva, y el fuego prendido, ¡cómo no! Va en nuestro ADN el hacernos más fuertes cuanto más adverso es el escenario.
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— Manu Gutiérrez (@ManuGutierrez7) June 17, 2025
Y puede parecer suerte, azar o capricho del destino, pero que este sábado volvamos a estar ante el partido más importante de los últimos 24 años no es casualidad. Es mérito. De aquellos que no renunciaron a su sentimiento cuando más les forzaron a hacerlo. De los que dieron un paso al frente cuando el fútbol -y los que lo dirigen- les empujaban a no darlo. Y de aquellos que apostaron por el azul a pesar de no ser la moda de esos tiempos. Ahí nace parte de nuestro orgullo. Un sentimiento que empiezan a sentir las generaciones que aún dan sus primeros pasos en esta fuerte pasión. Movidos por la esperanza de ver algún día a su equipo en Primera, llamados a suceder a aquellos que en 2001 vieron al Real Oviedo en la élite, y que en ese momento desconocían que sería también su última vez.
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— Manu Gutiérrez (@ManuGutierrez7) June 9, 2025
Solo cada uno de nosotros sabe lo que ha sufrido, lo mucho que ha tenido que soportar y a quién ha perdido por el camino en todo este tiempo. Inevitable será que 30.000 pensamientos sobrevuelen el Carlos Tartiere a la hora de la verdad. Pero no estaremos solos, sino rodeados de una familia que se forjó en la dificultad y que comulga con la voluntad de hacer lo imposible con tal de volver. Con la obligación de creer en la causa. La llamada a la fe guarda una de esas paradojas con naturaleza de anécdota.
La madrugada del sábado al domingo viviremos el fin definitivo del invierno más largo de nuestros casi cien años. La prueba de que siempre sale el sol. El inicio del verano más bonito de la historia.