Hassan, horas antes del Real Oviedo-Real Madrid: «Quiero romperla en Primera División»

Pablo Fernández OVIEDO

AZUL CARBAYÓN

Haissem Hassan, en El Requexón
Haissem Hassan, en El Requexón Héctor Herrería

La Voz de Asturias entrevista al extremo del Real Oviedo antes de que la Primera División regrese al Carlos Tartiere 24 años después

22 ago 2025 . Actualizado a las 14:29 h.

«La ambición del Real Oviedo encaja con la mía: jugar en Primera. El año pasado estuvieron a punto de lograrlo, pero cuando ves la plantilla actual vez que el claro objetivo es ascender y poner al Oviedo donde tiene que estar». Esas palabras de Haissem Hassan (Bagnolet, Francia; 2002) el día de su puesta de largo como jugador del Real Oviedo, hace poco más de un año, se puede decir que tuvieron un toque profético. Ahora, ya como jugador de Primera División y tras ser clave en el ascenso, atiende a LA VOZ DE ASTURIAS horas antes de que el Carlos Tartiere reciba este domingo al Real Madrid. Casi nada. 

—Si le digo Real Madrid, qué me dice.

—Champions League, seguramente. Es el equipo que más la ha ganado y eso es lo primero que me viene a la cabeza.

—Ya ha jugado derbis asturianos y partidos de playoff. ¿Lo del domingo cómo lo cataloga?

—Bueno, igual es un partido más especial para la afición que otra cosa, básicamente porque es el regreso de la Primera División al Tartiere 24 años después. Hubiese sido muy especial contra cualquier otro rival, pues imagina contra el Real Madrid. Nosotros cuando ascendimos sabíamos que cada fin de semana íbamos a jugar contra los mejores y creo que lo tenemos más interiorizado. Es un partido más que quiero ganar, porque los puntos para la permanencia están en todos los partidos, aunque eso sí, consciente del rival que tenemos enfrente. Cuando eres pequeño te haces futbolista para jugar este tipo de partidos, es un reto para uno mismo enfrentarte a los mejores. Tengo muchas ganas, habrá muchos ojos mirando.

—Siempre se ha dicho que hay jugadores que contra estos equipos se motivan de forma diferente. ¿Es su caso?

—El plus de motivación está ahí, pero tras tanto tiempo fuera de Primera y tras un ascenso tan sufrido todos los partidos son especiales. No hay que tener presión ni miedo, al contrario. La ilusión nos tiene que ayudar. No podemos estar cagaos o impresionados, eso es incompatible contra este tipo de equipos.

—¿Vio al Madrid contra Osasuna?

—Un rato, pero entero no [risas]. Creo que no hacía falta ver los 90 minutos del martes para saber a qué nos enfrentamos este fin de semana.

—¿Cómo lleva lo de ser jugador de Primera?

—Con mucho orgullo de poder decir que soy parte de la historia del Real Oviedo. Formar parte de este grupo es algo muy grande. Desde pequeño he trabajado para poder jugar en la élite, tengo confianza en mí mismo y sabía que con exigencia podía jugar en Primera. Ahora quiero demostrar que tengo nivel y que soy parte de los mejores. Quiero quedarme en Primera con el Real Oviedo.

—¿Pensó mucho en todo lo vivido durante el verano?

—No creas. Cuando cogí el avión ya me fui alejando de todo. Es que fueron muchos meses, muchos partidos y mucha tensión. Acabas hasta arriba de fútbol. Intenté desconectar y disfrutar de la familia y los amigos de unas vacaciones más cortas de lo normal, pero bueno, si cada mes de agosto me dices que voy a tener menos vacaciones pero que voy a conseguir algo grande con el equipo lo firmo con los ojos cerrados.

—Hace un año, en su presentación, dijo lo siguiente: «La ambición del Oviedo encaja con la mía: jugar en Primera».

—Lo cumplí, eh [risas]. Creo que he crecido mucho en todos los aspectos. En lo futbolístico he ido de menos a más, mi juego ha madurado y lo noto. Estoy muy contento de haber ayudado a conseguir este histórico ascenso, pero creo que puedo dar mucho más. El Oviedo todavía no ha visto mi mejor nivel, estoy dispuesto a aprender y noto que tengo todavía mucho margen de mejora. Tengo ganas de demostrar y quiero romperla en Primera.

—¿Qué diferencias hay entre el Hassan de agosto de 2024 y el de agosto de 2025?

—El último gesto y asociarme, sin duda. Iba más a lo mío y ahí sabía que tenía que encarar, encarar y encarar, no levantaba la cabeza. Ahora miro más a los compañeros, aunque todavía puedo mejorar. Saber cuándo dar el balón y cuando encarar es la clave de un extremo. El último gesto es ese disparo bueno o ese centro al mejor sitio posible, algo que me costaba mucho elegir bien. Creo que también he mejorado en eso.

—¿Recuerda la primera charla con Paunovic?

—Llegó y todo fue muy rápido, porque vino para diez partidos y no había tiempo para charlas individuales. Eso sí, desde el primer día conectamos y entendí su mensaje. Me gustó que fuese tan ambicioso nada más llegar a Oviedo, me convenció. Logró transmitir eso al grupo y aquí estamos.  

—¿En qué le insiste más?

—Sé lo que espera de mí y está pendiente de mis puntos débiles, estoy encantado de que así sea. Me dice mucho, por ejemplo, que cuando hay un centro desde la banda izquierda tengo que llegar con mucha más convicción al área para ser peligroso de verdad. Y también lo que te dije antes, lo del último gesto. Ser más agresivo en el disparo cuando tengo que hacerlo, ahí me acuerdo del playoff ante el Almería, cuando disparé y Nacho (Vidal) marcó en el rechace.

—Tiene varios compañeros un poco pesados con usted, se podría decir. ¿Quién está más pendiente?

—Pesados no los llamaría… [risas]. Que no callan es una realidad, sí. Por ejemplo, Nacho está muy pendiente de mí porque jugamos en la misma banda, somos casi una pareja. Me maneja en el tema táctico y defensivo, me dejo ayudar. Luego en la parcela ofensiva cada vez nos entendemos mejor y realizamos movimientos más coordinados. Nos ayudamos mucho. Aarón es portero y eso significa tener carisma, aunque hable mucho, prefiero a un portero así que uno que no diga nada.

—¿Jugar en Primera es más sencillo a nivel de espacios y presión del rival o eso es un mito?

—No sé si es más sencillo, pero nuestro contexto es diferente también. Los equipos recién ascendidos lo normal es que jueguen más partidos en los que lo principal sea defender y no atacar. Aunque en Primera en general te dejan más tiempo para construir, tendremos menos opciones de acertar. Te exige estar más centrado, más concentrado y a sabiendas de que si te llegan tres balones tienes que aprovecharlos. En Segunda igual me llegaban nueve, en Primera eso es complicado.

—Ante el Villarreal le cambiaron al descanso.

—Fue un cambio táctico, porque estábamos con uno menos y el Villarreal seguía atacando. El míster era consciente de que había que aguantar y parar la sangría, porque ante un equipo de Champions jugar con uno menos es muy complicado. Y mi cambio salió bien, porque no hubo goles en contra en el segundo tiempo. No fue un desastre, vamos. Nunca gusta que te cambien al descanso, pero lo entendí.

—¿Jugar con tres centrales y carrileros le resta opciones de ser titular?

—Los buenos jugadores se deben adaptar a todos los sitios. Como si tengo que ponerme de portero. Jugar más pegado a banda o más por dentro, como segundo punta incluso. Me da igual, soy joven, tengo años de carrera por delante y hay que aprender a sumar en cualquier lado. Eso es el fútbol.