Una vuelta por el patrimonio minero-industrial en siete visitas

Carmen Liedo REDACCIÓN

CUENCAS

Los principales recursos turísticos movieron más de 173.000 visitantes en 2016. Diversas voces reclaman una gestión coordinada «para sacarles el máximo rendimiento».

16 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

 Sacar el máximo rendimiento turístico al patrimonio minero-industrial es una asignatura pendiente en Asturias, donde han emergido museos, ecomuseos o aulas de interpretación sin ningún tipo de coordinación o colaboración entre ellos, aunque en no pocas ocasiones se ha hablado de la necesidad de interrelacionarlos para potenciarlos y que todos ganen en número de visitantes. Esta idea está desde hace unas semanas sobre la mesa después de que Hunosa, a través de su filial Sadim, haya asumido la gestión del Ecomuseo del Samuño en UTE con Formastur y haya entrado como patrono en la Fundación del Museo de la Minería y la Industria de El Entrego. De hecho, ha sido la presidenta de la empresa estatal minera la primera que ha considerado «fundamental estar coordinados» para sacar adelante «este turismo tan específico» minero-industrial que en 2016 movió a más de 173.000 visitantes por los principales recursos turísticos del centro de la región.

El Museo de la Minería y la Industria de Asturias (Mumi), el Ecomuseo del Valle del Samuño, el Museo de la Mina de Arnao, el Museo de la Siderurgia de Asturias (MUSI), el Poblado Minero de Bustiello y los elementos turísticos vinculados al mismo del concejo de Mieres, el pozo Sotón o el Museo del Ferrocarril son los principales recursos relacionados con la minería y la industria que cada año atraen más turistas pero cuyo potencial puede ser exponencial si existiera una propuesta de entrada conjunta u otras acciones coordinadas entre ellos. Una ruta que invitara a dar una vuelta por el patrimonio minero-industrial con, al menos, siete paradas fundamentales. Esto implicaría «atrapar» al visitante una serie de días con el consiguiente beneficio tanto para los alojamientos como para la hostelería, como apunta la responsable y guía del Museo de la Siderurgia (Musi), Silvia Riera, que añade que «si se gestiona bien, aquí los turistas tendrían muchos días ocupados porque todo es patrimonio real».

Por lo pronto, son muchas las voces que estarían de acuerdo en que se conformara un grupo que haga acciones coordinadas entre equipamientos vinculados, algo que ya se ha planteado en la Mesa Regional de Patrimonio, según comentaba hace unos días la presidenta de Hunosa. Así, el alcalde de Langreo, Jesús Sánchez, declaraba durante la presentación de la temporada del Ecomuseo del Samuño que compartía «al cien por cien» la necesidad de crear un organismo público que gestionara el conjunto del patrimonio; para la concejal de Turismo de Mieres, Diana López, impulsar esa red de equipamientos es «algo necesario desde el punto de vista turístico»; e incluso el viceconsejero de Cultura y Deporte, Vicente Domínguez señalaba durante la última reunión del patronato del Museo de la Minería que era una idea que les había parecido «importante» por la que apostaban «para sacar más rendimiento a todos los equipamientos de Asturias».

Museo de la Minería

Una ruta por el patrimonio minero-industrial no puede dejar fuera al Museo de la Minería y la Industria de Asturias porque, aunque no es un elemento patrimonial ya que nunca fue una mina en activo, el complejo que abrió en 1994 recoge la intensa actividad minera que se desarrolló en las comarcas mineras asturianas desde el siglo XVIII, la historia del carbón, la Revolución Industrial y los avances tecnológicos en este campo a lo largo de los siglos. Este enclave cultural supone un homenaje al motor principal del desarrollo asturiano puesto que junto al carbón, llegó a Asturias la fabricación del hierro y el acero. Así, el carbón dotó a la región de una amplia red de ferrocarriles y abrió los puertos marítimos y de montaña que la habían mantenido aislada del resto de España. Y todo eso se explica en a través de varias exposiciones y numerosa maquinaria, aunque su mayor atractivo es que cuenta con un simulacro de mina subterránea al que se accede por una jaula. Esto atrae a miles de visitantes, el pasado año 2016 a más de 60.500 personas, aunque el Mumi tuvo años en los que superó la barrera de las 100.000.

Museo del Ferrocarril

El Museo del Ferrocarril de Gijón es otro de los se deberían incluir si se plantea una gestión coordinada de recursos vinculados a la minería y a la industria. Este equipamiento que el pasado año rozó los 50.000 visitantes, recoge un amplio conjunto de locomotoras de vapor de diferentes ferrocarriles, como el Ferrocarril de Langreo, que fue la tercera línea férrea construida en España y unía los concejos asturianos de Langreo y Gijón. En la exposición también hay locomotoras de los Ferrocarriles del Norte, Vasco Asturiano y de muchas líneas mineras e industriales. Y es que en un principio estos ferrocarriles nacieron para atender los intereses mineros, y las líneas se originaron en una simple expansión de las creadas internamente para atender las necesidades de fábricas y minas. Por tanto, para explicar la historia minera e industrial de Asturias no se puede obviar este equipamiento.

Ecomuseo del Samuño

 Inaugurado en junio de 2013, el Ecomuseo del Samuño es un complejo museístico formado por la estación de El Cadavíu, el tren minero y el Pozo San Luis de La Nueva que ha llegado a atender a unos 28.000 visitantes al año. Desde hace una semana, el equipamiento está gestionado por la UTE Sadim-Formastur, que resultó adjudicataria del concurso licitado por el Ayuntamiento de Langreo, administración propietaria del Ecomuseo. La ventaja que se ha sacado con esta concesión es que tanto el responsable de Sadim, Guillermo Laine, como el alcalde langreano, Jesús Gutiérrez, se han manifestado a favor de coordinar equipamientos vinculados al patrimonio industrial y minero. Éste último señalaba hace unos días que su apuesta sería crear «un organismo público que gestionara el conjunto del patrimonio de Asturias, especialmente, el de las comarcas mineras», donde apostillaba que «hay potencial suficiente para que eso se pueda poner en marcha».

Museo de la Mina de Arnao

 Sin embargo, hay recursos turísticos vinculados a la minería fuera de las comarcas mineras que por su particularidad deberían estar interrelacionados el resto de equipamientos. De hecho, el primer planteamiento de la presidenta de Hunosa al asumir Sadim la gestión del Ecomuseo del Samuño fue coordinarlo con otros equipamientos que gestiona, como es el pozo Sotón o el Museo de la Mina de Arnao. Y es que este último es uno de los conjuntos de patrimonio minero más emblemáticos de España. Situado en un privilegiado paisaje costero, constituye la explotación de carbón mineral más antigua de la Península Ibérica, el pozo vertical más antiguo de Asturias y la única mina submarina de Europa. Cerrada en 1915, su castillete de madera, que ha merecido la calificación de Bien de Interés Cultural, y sus galerías subterráneas, con cerca de doscientos años, permiten revivir el ambiente de una mina primitiva. El pasado año lo hicieron las aproximadamente 15.000 personas que visitaron la antigua Mina de Arnao.

Pozo Sotón

 Para experiencia única, que el pasado año atrajo a unos 9.000 visitantes, la que se vive en el Centro de Experiencias y Memoria de la Minería del Pozo Sotón, que actualmente oferta dos alternativas: una de pago centrada en la visita al interior de las galerías de la mina, la cual realizaron en 2016 unas 2.000 personas; y otra gratuita que consiste en realizar un recorrido guiado por parte de las instalaciones exteriores del pozo que componen la declaración de Bien de Interés Cultural, de la cual disfrutaron alrededor de 7.000 visitantes. Así, con acciones coordinadas, aquellos turistas que ya conozcan el Museo de la Minería o el Ecomuseo del Samuño, tienen la oportunidad de tener un conocimiento real de lo que es una mina que hasta hace 2014 estuvo en activo.

Museo de la Siderurgia

La siderurgia es otro de los sectores tradicionales que ha generado abundante patrimonio en Asturias, en general, y en las comarcas mineras, en particular. El centro de recepción del Museo de la Siderurgia de Asturias se encuentra precisamente en el interior de un antiguo refrigerante, de 45 metros de altura, de lo que un día fue la Fábrica de La Felguera. En este equipamiento turístico, los visitantes encuentran un recorrido por la historia de la siderurgia en Asturias, el día a día de sus trabajadores y familias, y las máquinas y herramientas que describen el proceso siderúrgico. En la planta inferior se encuentra el salón de actos y el espacio para talleres. En este caso, la  oferta museística no se queda sólo aquí, sino que se completa con rutas por el casco urbano de La Felguera, cuyo objetivo es mostrar el patrimonio artístico-industrial de la villa y el llamado paternalismo industrial.

El objetivo del museo es mostrar al visitante el proceso de industrialización que vivieron las comarcas mineras asturianas, por eso la responsable y guía del mismo, Silvia Riera, está de acuerdo con que se cree una oferta conjunta ya que, a su entender, «todo está relacionado». Así, considera que sería beneficioso para todos los equipamientos ofrecer una entrada conjunta para varios equipamientos porque «tienen un mismo hilo conductor». Además, Riera pone de relieve el beneficio que podría conllevar para alojamientos y hostelería «porque si se gestiona bien, los turistas podrían tener muchos días ocupando conociendo y disfrutando de patrimonio real». Otra de las ventajas que ve la responsable del MUSI es que potenciarían las visitas entre unos y otros equipamientos, dando mayor visibilidad a los que en la actualidad reciben menos visitantes. El Museo de la Siderurgia atendió a unos 6.000 visitantes el pasado ejercicio.

Poblado Minero de Bustiello

Al turismo minero también tiene mucho que aportar la comarca del Caudal y, sobre todo, el concejo de Mieres, que cuenta con una red de equipamientos turísticos muchos de ellos relacionados con la minería. De ella forman parte, entre otros, el Poblado Minero de Bustiello, el Aula del Ferrocarril de Loredo, el pozo Espinos, el pozo Fortuna, el socavón de La Rebaldana y la Bocamina del Grupo de Minería de Montaña San Víctor. En concreto, el Poblado Minero de Bustiello supone otro modo de entender la minería, ya que constituye uno de los ejemplos mejor plasmados del paternalismo industrial de España y refleja el esplendor de la política social de las empresas hulleras de la época, en concreto de la Sociedad  Hullera Española, propiedad del Marqués de Comillas.

Todo ello se muestra al visitante en un recorrido que comienza en el aula de interpretación, que justamente está ubicado en uno de los antiguos chalets. No obstante, la denominada «Ruta del Carbón», que parte del Poblado de Bustiello y, a continuación, toca el Socavón de La Rebladana (una galería de mina de montaña restaurada hace 3 años), el Pozu Espinos (con su Aula Didáctica) y termina en el Pozu Fortuna (allí se visita el polvorín, terminando a casi 100 m bajo tierra), es una de las visitas más demandadas. El número total de visitantes de la red municipal durante el año 2016 fue de 5.260 personas, lo cual evidencia la consolidación y  aumento  de visitantes, tanto del público general como de los grupos escolares o turísticos.

Sin embargo, pese a esa consolidación, la concejala de Turismo de Mieres, Diana López, considera «necesario desde el punto de vista turístico» crear una red de equipamientos vinculados al patrimonio industrial y minero porque, según señala, «todos son equipamientos diferentes pero que se complementan pese a que cada uno tiene sus peculiaridades». «Debemos trabajar y ofrecer información en red», apostilla la edil, que considera que es «la mejor forma de dinamizar todos esos recursos turísticos», ya que destaca que moverse entre unos y otros no conlleva ni mucho trayecto ni mucho tiempo.