El corredor del Nalón, bajo vigilancia para evitar argayos como el de Anzó

Carmen Liedo REDACCION

CUENCAS

Carreteras anuncia que se realizará un estudio desde El Condao hasta Tarna para analizar las zonas que pueden entrañar «un poco más de peligro»

08 jun 2018 . Actualizado a las 16:59 h.

El tramo de corredor del Nalón donde tuvo lugar el argayo, a la altura del núcleo de Anzó, quedaba reabierto a primera hora de esta tarde de este viernes después de once semanas de duros e intensos trabajos para tratar de estabilizar el talud de una montaña que, literalmente, se venía abajo. La actuación que ha habido que realizar casi en el límite de los concejos de Sobrescobio y Caso ha puesto un reto para políticos y técnicos, que han tenido que tomar complejas decisiones de forma rápida anteponiendo siempre la seguridad de la vía. Para evitar que situaciones como el desprendimiento que se produjo en Anzó vuelvan a ocurrir, el Principado vigilará el corredor del Nalón. Según anunciaba allí mismo el director general de Carreteras, José María Pertierra, la administración regional realizará un estudio de la AS-117 desde El Condao hasta Tarna para analizar aquellas zonas que ahora mismo entrañan «un poco más de peligro de estabilización», para las que se redactarán los proyectos oportunos para «evitar sorpresas».

Hoy, mientras se realizaban los trabajos de adecuación de la carretera al pie de la montaña que hace once semanas se vino abajo para reabrirla, tanto el responsable regional de Carreteras como los alcaldes de Caso y Sobrescobio han destacado la compleja situación a la que se han tenido que enfrentar desde el pasado 22 de marzo cuando tuvo lugar el desprendimiento, poniendo a prueba la capacidad de respuesta de las administraciones que vieron como el municipio casín quedaba prácticamente incomunicado durante tres semanas con la maltrecha Collá de Arniciu como única vía para acceder al mismo. La construcción de un paso provisional por la margen izquierda del río Nalón aguas abajo dio cierto respiro a un concejo que, no obstante, «lo pasó muy mal», señalaba su regidor, Miguel Ángel Fernández, más aliviado por ver cómo la vía principal de acceso al municipio quedaba restablecida en la jornada de este viernes.

El director de Carreteras ha dicho que la reapertura de la AS-117 se hace con «garantías» después de proceder al saneamiento y estabilización de todo el talud y de la retirada de todas rocas que habían quedado en el terraplén del río, aunque el mismo matizaba que aunque la parte más conflictiva sí está resuelta, la obra aún no se da por terminada en tanto que a partir del próximo lunes habrá que extender sobre la calzada la capa de rodadura, pintar la señalización y colocar las barreras de protección de la carretera. Tras esto, tendrán que proceder a retirar el paso alternativo que hicieron en dos puntos del Nalón para cumplir el compromiso que adquirieron con la Confederación Hidrográfica.

Pese a eso, la reapertura del corredor del Nalón a la altura de Anzó quita un peso a representantes políticos y a los técnicos que han ejecutado la obra en estos dos meses y medio. Y es que unos y otros reconocían hoy que había sido un argayo en el que habían confluido muchas circunstancias, convirtiéndose en una de las actuaciones más complejas a las que se habían tenido que enfrentar. Lo decía el propio director de Carreteras, quien tiene una trayectoria de más de 30 años en el Principado. Pertierrra manifestaba que ésta y otra que se dio a finales de los ochenta en el occidente asturiano fueron las dos obras «más difíciles» que ha tenido que afrontar. «Lo más arduo fue que hubo que ir tomando decisiones de la actuación que había que hacer barajando diferentes alternativas, en base a estudios e inspecciones que se iban haciendo sobre el terreno», pero «sin casi tiempo para reflexionar y analizar esas decisiones, ha señalado el director de Carreteras, que ha insistido en que en todo momento la mayor preocupación fue garantizar la seguridad, razón por la cual nunca se aventuraron a dar fechas concretas de cuando se iba a restituir el tráfico.

Lo que ha querido dejar claro el responsable regional es que hubo diligencia y se actuó desde el primer día que se produjo el desprendimiento de la montaña y que «no se escatimaron medios ni se ha perdido un minuto» durante estos dos meses y medio. Algunos datos que deja esta compleja actuación sobre la montaña de Anzó son que ha implicado el movimiento de más de 14.000 metros cúbicos de material, 5.400 de ellos procedentes del talud. Además, se han extendido 2.400 metros cuadrados de malla y casi un kilómetro de pernos, con los que se han cosido los diferentes estratos de una roca muy fracturada.

Si para el Principado esta obra ha sido un reto, más lo ha sido para la empresa Excade, encargada de estabilizar la montaña y retirar el argayo. Según ha explicado el gerente de la misma, Vicente Fernández, lo más complicado de una obra de este tipo es «enfrentarse a la naturaleza», muy difícil de controlar. Eso «y las dimensiones de la montaña», ya que los casi 50 metros de altura hacían imposible llegar con la maquinaria de la que disponían. El mismo ha coincidido también con Pertierra en que «tomar las decisiones acertadas» cuando se barajaban muchas opciones y había poco tiempo fue «lo más difícil».

«Era complicado coger la opción más eficiente y que en cuanto a responsabilidad fuera la que menos expusiéramos a la gente», y es que el mismo ha reconocido que «hubo un momento que la actuación se complicó bastante». «Había que ejecutar la obra rápido y bien, sin exponer a la gente, y hubo un momento en que nos veíamos en la boca del lobo», ha indicado Vicente Fernández, que asegura que hay «un antes y un después» de  la obra de Anzó, una obra «en la que aprendimos mucho», porque apostilla que no era un argayo como otros en los que han actuado, «sino que era una montaña que se te podía venir encima». Por eso, comentaba este viernes, ya con una sonrisa, que estuvieron un mes sin parar ningún día y todos ellos «con nervios en la barriga», incluso «cuando nos marchábamos de aquí, mal agusto por cómo quedaba la obra, por la gente, por la maquinaría… Fueron semanas duras en las que aprendimos mucho y en las que hubo mucha tensión», concluye el gerente de Excade.

Si algo tuvo de positivo el argayo de Anzó es que ha servido para que el Principado por fin decidiera arreglar la ahora infernal carretera de la Collá de Arniciu y para dejar a los Ayuntamientos de Caso y Sobrescobio miles de metros cúbidos de escombro que utilizarán para el arreglo de caminos en estos concejos. Respecto al arreglo de la carretera que une Campo de Caso con Infiesto, el director de Carreteras ha señalado que espera que la obra arranque durante el mes de agosto puesto que «está a punto de adjudicarse». En concreto, espera que sea durante esta segunda quincena de junio, de forma que tras el periodo de tres semanas para posibles reclamaciones, se pueda firmar el contrato con la empresa adjudicataria a finales de julio.