Enmudece «Girls», «la voz de una generación»

Laura García del Valle
Laura G. del Valle REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

La serie «Girls», de HBO, se despide hoy definitivamente después de seis temporadas que han conseguido hacer de su creadora, Lena Dunham, un icono «millenial»

16 abr 2017 . Actualizado a las 09:43 h.

En uno de los capítulos de la quinta temporada de Girls, una de las protagonistas, Shoshona, ayuda a su exnovio a hacer remontar su negocio, un bar que languidece ante las constantes aperturas de locales en la zona. La estrategia a seguir consiste en vetar a los hipsters. Nada de moños, nada de barbas frondosas y nada de alimentos macrobióticos. Solo productos para gente normal. Esta escena refleja la clave del éxito de la serie de Lena Dunham, que esta noche, después de seis temporadas, dice adiós definitivamente en las pantallas de Estados Unidos. En España habrá que esperar hasta mañana para poder ver la despedida.

Girls nació con ansias de darle a la generación perdida que en el 2012 eran aquellos millenials maduros una bocanada de aire fresco mostrando chicas sin depilar, frustraciones laborales varias, camas sin hacer, mucho Manhattan y Brooklyn, intercambios de parejas, la cruda realidad del sexismo, dosis realistas de amistad y feminismo a raudales. Y lo consiguió con capítulos de media hora en los que cada minuto sorprende con escenas satíricas que, en ocasiones, rebasan la barrera de lo políticamente correcto -Hannah, el personaje interpretado por Dunham que quiere ser la voz de su generación, llega a la conclusión, charlando con su con su ginecóloga de que quizás quiera tener VIH porque ‘así nadie me preguntará si he encontrado trabajo o estoy haciendo un curso de html’-.

Otro de los puntos fuertes que más valoran los seguidores de la serie es cómo las protagonistas y su círculo cercano buscan su propia identidad en un mundo que no ve incongruencias en subir una foto a las redes sociales cuyo mensaje es «Paper is not dead -el papel no está muerto-». La forma en la que se enfrentan a sus fracasos, la naturalidad con la que se muestra a cuerpos imperfectos desnudos practicando sexo o, la última gran conquista de Dunham, el tercer capítulo de la temporada actual, La zorra de América, en el que se muestra el acoso sexual en ámbitos tan blindados como la universidad.

El canal HBO ha sabido transmitir el espíritu mordaz de cada trama de la serie, como ya hiciera años atrás con Sexo en Nueva York. Sin embargo, muchas son las diferencias entre estas dos series, empezando por la edad de sus protagonistas, sigiendo por su vestuario -que recuerda más a las prendas que se pueden encontrar en una tienda vintage de San Francisco que a las maisons francesas donde compraban Carrie Bradshaw y compañía-, y terminando por su poder adquisitivo -aunque nadie priva de un Mac a estas jóvenes-.

El piloto de la serie se anticipó a lo que más tarde sucedería, y Hanna -junto a Jessa, Marnie y Shoshona- se ha convertido en la voz de su generación. Una voz que esta noche va a enmudecer, pero viendo la trayectoria de Lena Dunham como creadora 360 de la serie, dejará eco para largo.