«Hay que descolonizar las mentes de prejuicios sobre África casi como misioneros»

J. C. Gea OVIEDO

CULTURA

Mbuyi Kabunda Badì, en el hotel de la Reconquista
Mbuyi Kabunda Badì, en el hotel de la Reconquista

Mbuyi Kabunda Badì, profesor de Estudios Africanos de la Autónoma de Madrid y presidente de la Asociación Española de Africanistas, debuta como jurado del premio de Cooperación Internacional

09 may 2018 . Actualizado a las 13:23 h.

El argumento africano está garantizado con más fuerza que nunca en el debate de las candidaturas del Premio Princesa de Asturias con la presencia, por primera vez, en su jurado del profesor de Estudios Africanos de la Universidad Autónoma de Madrid y miembro del Instituto Nacional de Derechos Humanos de Estrasburgo Mbuyi Kabunda Badì, Nacido en la República Democrática del Congo, el profesor Kabunda desarrolla una intensa labor de difusión de la realidad africana no solo a través de su labor como docente y sus publicaciones, sino también desde la presidencia de la Asociación Española de Africanistas o el Grupo de Estudios Africanos del que es miembro. Ha sido también presidente de la oenegé Sodepaz y organiza divesas actividades en torno a las relaciones interafricanas, la cooperación interna en el continente, los fenómenos migratorios y los conflictos africanos y las vías para su resolución. Buena parte de ese trabajo se centra en lo que describe como una auténtica «descolonización» de los prejuicios sobre África en la mentalidad occidental; un trabajo -asegura Mbuyi Kabunda no sin ironía- que requiere una actitud «de misionero».

-¿Eso significa que no se acaban de demoler los prejuicios y simplificaciones en nuestra visión de África?

-Pues no. Estamos trabajando ya desde hace mucho tiempo, prácticamente desde la década de los ochenta, para intentar cambiar los estereotipos sobre África y el Sur en general. Se han conseguido bastantes avances, eso es verdad, pero las realidades siguen a veces en contra de lo que hubiéramos querido. A nivel, por ejemplo, de la sociedad civil se ve un cierto cambio. Las personas informadas, por una parte, ya no se refugian en los prejuicios heredados de siglos pasados y, por otra parte, también se ha producido un cambio en la academia.

-¿En qué dirección?

-En España, los académicos llevan mucho tiempo haciendo estudios sobre el Sur y Latinoamérica por la larga tradición de relaciones que tiene con este país y este continente, como también se ha estudiado mucho sobre el mundo árabe. Pero África no entraba en ese campo de estudios. Ahora, ya se empieza a ver en las universidades españolas, y en la Autónoma de Madrid en particular, una actividad que se desarrolla en torno a una asignatura de Estudios Africanos.

-¿Es ese el camino para llegar al conjunto de la sociedad? ¿Empezar desde la especialización y divulgar, digamos, de arriba abajo?

-Sí. La educación es la única manera de luchar contra los prejuicios y todas las ideas preconcebidas. Desgraciadamente este aspecto no había entrado en los programas del propio ministerio de Educación. Se daba muy poco espacio a África. Ahora sí, y esta es una inversión que va a tener importantes resultados dentro de poco. Hay que introducir este tipo de contenidos en la Primaria, la Secundaria y la Universidad, pero de momento hemos empezado por la Universidad para formar esos formadores.

-Seguramente la urgencia de los titulares de prensa no es exactamente una ayuda... África es, ante todo, en ellos sinónimo de algún tipo de conflictividad.

-En efecto. Persiste la lectura que se ha tenido siempre de África como una fuente de amenazas; demográficas, terroristas, migratorias… Como decía, son todo prejuicios heredados. Hay que proceder a la deconstrucción proporcionando la información adecuada. Es la única manera de luchar contra esos prejuicios; una tarea en la que españoles jóvenes que hemos formado y que ya están dando clases intentan transmitir la verdadera imagen de África.

-Que no es una ni es la África de hace unas décadas. ¿Obviamos también esos cambios, esa complejidad? 

-Efectivamente. No es el África de hace veinte o treinta años. África ha cambiado mucho. No hay que perder de vista, e insistimos muchísimo en ello, que existen varias Áfricas. No es un país. Es un continente de 55 países. Por lo tanto es la imagen no del africano, sino de los africanos, la que tiene que conseguir esta deconstrucción, esta descolonización de las mentes, un trabajo muy difícil que exige mucha paciencia frente a prejuicos que están incluso en los libros de texto. Los resultados no se van a conseguir ni en el corto ni en el medio plazo. Esta es una tarea de largo recorrido.

-¿Hasta qué punto el papel de España es importante en esa 'descolonización' de la que habla?

-Es un papel esencial. Curiosamente es el país más cercano al continente africano el que más le ha dado la espalda. Es lo que intentamos cambiar; descolonizar las mentes haciendo casi el papel del misionero. Es difícil, pero lo conseguiremos.