Sylvia A. Earle: «Sin océano, no hay vida. Sin azul, no hay verde»

La Voz OVIEDO

CULTURA

Sylvia Earle
Sylvia Earle e.p.

La oceanógrafa asegura que el daño causado ya ha propiciado la reducción de «alrededor del 90% de muchas especies de peces»

01 abr 2020 . Actualizado a las 17:41 h.

La oceanógrafa Sylvia A. Earle (Gibbstown, Nueva Jersey, EE.UU., 30 de agosto de 1935) ha insistido en la importancia que tiene el océano en muchos aspectos de la vida, al ser «motor» del clima, generador de oxígeno y hogar de la mayor parte de la vida en la tierra. «Un océano con problemas significa que nosotros tenemos problemas», ha advertido.

Ha explicado que actualmente y por primera vez en la historia, los hombres pueden observar, calcular, medir y comprobar no sólo el daño que están realizando a la Tierra, sino también lo que se puede hacer «para curar el daño y hacer las paces con la naturaleza». Esa, ha dicho, es la clave fundamental para que la humanidad haga también la paz consigo misma. Earle se ha pronunciado en estos términos en su discurso en el Teatro Campoamor de Oviedo con motivo de la recogida del Premio Princesa de Asturias de la Concordia, en una ceremonia presidida por el Rey de España, Felipe VI, según informa Europa Press.

Los daños que se han causado hacia el océano durante años, ha explicado, ya han propiciado la reducción de «alrededor del 90% de muchas especies de peces». Earle ha hablado de bacalao, atún y tiburones, pero también de pequeños calamares y de peces plateados, de los que dependen los animales más grandes para su sustento. Su desaparición, ha añadido, rompe los antiguos ciclos de nutrientes, socavando lo procesos oceánicos antiguos «que han tardado cientos de millones de años en desarrollarse, pero sólo unas décadas en deshacerse». En medio siglo, ha explicado, la mitad de los arrecifes de coral han desaparecido. «El océano es la piedra angular de nuestro sistema de soporte vital. Sin océano, no hay vida. Sin azul, no hay verde», ha comentado la ocenógrafa, que ha señalado que actualmente la humanidad no tiene la excusa de que no sabe lo que está haciendo.

Trayectoria

Conocida como la «Dama de las Profundidades», Sylvia A. Earle reaalizó su primera inmersión submarina con diecisiete años y aún está en activo. Licenciada por la Universidad de Florida y doctorada en la de Duke, desarrolló su labor investigadora en la Academia de Ciencias de California y en centros universitarios como California en Berkeley, el Instituto Radcliff y Harvard.

Miembro, entre 1980 y 1984, del Comité Presidencial Asesor sobre Océanos y Atmósfera, en 1985 fundó la empresa Deep Ocean Engineering para diseñar, dirigir, apoyar y asesorar sobre sistemas submarinos robóticos y, ya en los noventa, DOER (Deep Ocean Exploration and Research).

En 1990 fue designada científica jefe de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos, cargo que desempeñó dos años. En la actualidad es Rosemary and Roger Enrico Chair for Ocean Exploration y exploradora residente de la National Geographic Society (NGS) -Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2006- y presidenta fundadora de The Sylvia Earle Alliance (SEAlliance)/Mission Blue, que puso en marcha en 2008. También forma parte de varios consejos, fundaciones y comités relacionados con la investigación marina y la conservación.

Oceanógrafa, investigadora, gestora y docente, Earle ha dedicado su vida a la exploración e investigación de los fondos marinos y a la conservación de los océanos. Con más de cien expediciones realizadas por todo el mundo y más de 7.000 horas de buceo en relación con la investigación, en 1970 encabezó el primer equipo de mujeres aquanautas durante el Proyecto Tektite, en el que vivieron durante dos semanas a 18 metros de profundidad en las Islas Vírgenes, y tiene un récord de inmersión en solitario a 1.000 metros.

Entre 1998 y 2002 lideró Mares Sostenibles, un programa para estudiar el Sistema Nacional de Santuarios Marinos de Estados Unidos. Desde SEAlliance ha aunado esfuerzos de distintas instituciones, como la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza -Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 1988-, para la expansión de las áreas marinas protegidas y la catalogación de otras, denominadas "Hope Spots", que necesitan protección urgente. Este proyecto se desarrolla a través de Mission Blue, una iniciativa global que aglutina a más de 200 organizaciones, grupos de apoyo, empresas privadas y equipos de investigación, para reducir el impacto de la actividad pesquera y promover la creación de espacios protegidos.