Miki Núñez: «Estoy preparado para todo, pero auguro entrar en el top 10»

CULTURA

Jose Irun

El catalán, que se quedó a las puertas de la final de «Operación Triunfo», representará a España en Eurovisión, que se celebrará el próximo 18 de mayo en Tel Aviv, de donde espera regresar con buen sabor de boca, «haya quedado como haya quedado»

15 abr 2019 . Actualizado a las 10:56 h.

Lleva desde los tres años tocando con su banda, los Dalton Bang, sus amigos de toda la vida, con los que piensa continuar tras su paso por Operación Triunfo. Pero antes Miki Núñez (Tarrasa, 1996) tiene que subirse al escenario de Tel Aviv para representar a España con La venda, un tema con el que pretende levantar al público del sofá.

-Una canción hecha para ti.

-Sin duda. No sé si era literalmente para mí, pero yo la siento supermía, porque habla de cosas que yo defendería y una música que me encanta cantar.

-Supongo que te habrán dado muchísimos consejos, ¿alguno que se te quedara grabado?

-Todos han sido muy parecidos, que lo único que tengo que hacer cuando llegue el momento es disfrutarlo. Lo más importante ahora es seguir con esta ilusión, transmitirla a la gente que me escucha, y disfrutar.

-Decías que igual ha sido tu autoexigencia la que te cerró las puertas de la última fase de «Operación Triunfo». ¿A veces esta presión juega en contra?

-Sin duda. Para nada me merecía estar en la final porque los cinco finalistas son increíbles, pero yo creo que al final del concurso, la presión, el pensar que yo era peor que los demás, te hace autofallarte. Estar preocupado todo el rato de lo que haces mal, en vez de lo que haces bien, es un poco...

-Pero en el escenario te entregas.

-Ese es el problema, que encima del escenario soy superfeliz y estoy superseguro, pero cuando estás en un concurso en el que te estás jugando todo y piensas, y te das cuenta, de que las otras personas son mejores que tú, es como que te autofustigas.

-Dicen que este año, los finalistas no tenían tantas ganas de ir a Eurovisión.

-Bueno, yo creo que hay gente que lo ve más o menos necesario, que les hace más o menos ilusión, pero que lo cuenten ellos...

-¿Qué esperas de ese día?

-Espero que la gente que me esté viendo en su casa, salte del sofá y cante conmigo. Diciendo: ‘Madre mía, ¡qué subidón!’. Hacer un buen papel, y cuando vuelva aquí que la gente me diga: ‘Lo has hecho fantástico’, haya quedado como haya quedado.

-¿Qué es lo que más te preocupa a día de hoy?

-Nada en concreto, el conjunto de que todo salga bien, que es lo que yo quiero. Es todo y nada.

-¿Eres muy nervioso? ¿De los que ante citas importantes están irascibles?

-No, me pongo nervioso cinco minutos antes, hasta que empieza a sonar la primera nota. En ese momento digo: ‘Se acabó, porque aquí hay que darlo todo y disfrutarlo’, y se me pasa el nerviosismo.

-¿Te has visto en otra de estas alguna vez?

-No. En OT, pero no tiene ni punto de comparación. Fue un momento superimportante porque también se decidía pasar o no a la final, bueno... en todas las galas se decidía si seguías o no, y esos segundos de antes de empezar la actuación sí que me ha pasado de decir: ‘Ay, que me pongo nervioso. No, no’. Pero es empezar y pasarse.

-¿Eres muy eurovisivo? ¿De los que no te pierdes un festival?

-En mi casa el festival se ha visto todos los años pidiendo pizzas. No puedo decir que sea un eurofán, porque sería un insulto para los eurofáns, porque es una locura todo lo que saben y el conocimiento que tienen de Eurovisión, pero sí que lo he seguido y veo las finales.

-¿Has echado un ojo a tus rivales?

-Sí, he echado ojos, sí, y el nivel es extremadamente alto.

-Y una que te guste, que digas: «¡Ojalá se quede por el camino!».

-No se va a quedar por el camino, porque a mí me gusta mucho Soldi, de Italia, y es del big five y no se va a quedar por el camino.

-¿Le tenemos que tener miedo?

-Bueno, a todas. Porque de verdad, no las he escuchado todas, pero las que he ido escuchando son canciones realmente potentes. La de Suecia, que tiene un coro de góspel detrás, vi un vídeo en Instagram ensayándola antes de entrar al plató y sonaba como los ángeles.

-Mójate: ganar «OT» o ir a Eurovisión.

-No me puedo mojar, son cosas totalmente diferentes. Mi principal idea cuando me presenté a OT era ganar, pero, una vez que no ganas, pues querer ir a Eurovisión.

-Me decías antes que quedes en el puesto que quedes quieres dejar buen sabor de boca. Estás preparado para...

-Para darlo todo y que sea lo que tenga que ser. Yo voy a intentar volver con la cabeza bien alta y decir: ‘Lo he hecho lo mejor que he podido’. Que hemos quedado en el top 10, que es lo que yo auguro, pues perfecto, pero que hemos quedado menos, no pasa nada. Ya está.

-¿Qué te gustaría que pasara después de Eurovisión?

-Me encantaría sacar mi single, que si todo va bien, será así, y luego un disco.

-Entonces, damos por finalizada tu época con tu banda.

-No, no, de hecho, ellos son mi banda, mi futura banda son los Dalton. Sí, sí, yo no me puedo imaginar encima del escenario con gente que no sean ellos o haciendo mis canciones con otros que no sean los de toda la vida. Sería algo postizo, sería un mercenario de la música.

-¿Qué te dicen de tu paso por «Eurovisión»? Se mueren de envidia, ¿no?

-No es que se mueran de envidia es que sabes qué pasa, que somos amigos y hacemos música juntos desde que teníamos 3 años, y lo que le pasa a uno le alegra al otro. Es superbonito. Mi mejor amigo es el guitarrista, acabó el Conservatorio hace nada y me alegré muchísimo, porque yo nunca he podido entrar porque no soy lo suficientemente bueno y por sorteo no he entrado nunca, y lo de él me hace sentir superorgulloso.

-El próximo 18 de mayo, ¿harás algo especial antes de subir al escenario de Tel Aviv?

-Darme ánimos.

-¿A ti mismo?

-Sí, decirme: ‘Venga va, tú puedes’. De hecho, la canción habla de eso también, de empezar a quererse, y no hay mejor manera de darse ánimos que dárselos a uno mismo.