«Criminal»: Delincuentes a través del espejo

CULTURA

©joseharo

Mariano Barroso dirige los tres episodios españoles del «thriller» de Netflix que muestra el tira y afloja entre interrogador e interrogado

20 sep 2019 . Actualizado a las 08:26 h.

No existe el crimen perfecto, sino las investigaciones imperfectas. Criminal se cuela en la sala de interrogatorios para enseñar ese juego psicológico en el que las preguntas adecuadas y la manera de plantearlas permiten abrir brechas y desmontar coartadas. Netflix estrena hoy las doce entregas de esta recopilación internacional que se desmarca de todo lo visto hasta ahora en materia de thriller policial, que ha sido mucho, para encerrarse entre cuatro paredes y desplegar el tira y afloja que se establece entre interrogador e interrogado. Importa lo que se dice e importa, sobre todo, cómo se dice en un intercambio en el que todos mienten. Lo hacen los detenidos cuando aseguran no saber nada del asunto. Y lo hacen los policías cuando afirman con empatía que solo están allí para ayudarles.

La serie se compone por cuatro bloques de tres episodios cada uno desarrollados en cuatro países. Junto a Frédéric Mermoud, por Francia; Oliver Hirschbiegel, por Alemania, y Jim Field Smith, por el Reino Unido, la mano del director Mariano Barroso está detrás de las tres entregas españolas.

A un lado del espejo de doble cara se sitúan los investigadores, encabezados por una sólida y eficiente Emma Suárez. En el estrecho margen que permiten tres episodios, su personaje, y la interacción con su colega Álvaro Cervantes, presenta un desarrollo que otorga unidad a tres capítulos que plantean otros tantos casos diferentes.

Al otro lado del cristal se van sucediendo los presuntos culpables, cada uno con su historia. Está la rica caprichosa interpretada por Carmen Machi, el delincuente habitual encarnado por Eduard Fernández o la joven mortificada que construye Imma Cuesta. Para abrir la mente de cada uno de ellos y profundizar en sus motivaciones, los investigadores desarrollan su procedimiento rutinario y personalizado, adaptado a cada crimen y a cada individuo.

El pasillo es el lugar más lejano al que llega la cámara de Criminal, que crea un entorno claustrofóbico y apenas sale más allá de la sala de interrogatorios. En ese sentido, es una serie muy cercana al teatro, con la salvedad de que aquí la cámara observa a los actores muy de cerca para que el espectador pueda examinar en cada gesto y en cada músculo sus resortes para el drama.