Jo Nesbo: «Todos corremos el riesgo de cruzar la línea y pasar al lado más oscuro»

CULTURA

Nesbo cuenta con una legión de lectores en España
Nesbo cuenta con una legión de lectores en España Marta Fernández Jara | Europa Press

El gran referente de la novela negra publica la duodécima entrega de la serie protagonizada por el detective Harry Hole

28 oct 2019 . Actualizado a las 12:07 h.

Jo Nesbo (Oslo, 1960) es el máximo referente de la novela negra escandinava, con más de 40 millones de ejemplares vendidos. Graduado en economía, antes de dar el salto a la literatura fue futbolista, pero su carrera quedó truncada por una rotura de ligamentos, agente de Bolsa y estrella de rock como líder y cantante de Di Derre, una banda que triunfó en Noruega en los años 90.

Su legión de lectores en todo el mundo esperaba expectante la duodécima entrega de la serie protagonizada por el detective Harry Hole, que dio comienzo hace ya 22 años con El murciélago. Ya está aquí, se titula Cuchillo (Reservoir Books), una novela en la que muestra el lado más oscuro y autodestructivo del inspector del Departamento de Delitos Violentos de la policía de Oslo, alcohólico, depresivo y solitario, pero un brillante investigador, especializado en la caza de asesinos en serie.

-¿Es la novela en la que aparece el Harry Hole más oscuro?

-Sí, creo que tiene razón. En las primeras novelas se podría decir que Harry estaba detrás de la cámara, era el observador, en las últimas, sobre todo en esta, se ha puesto delante, está más implicado personalmente, no solo como investigador, sino que todo gira en torno a él. Es un viaje introspectivo a la parte más oscura de la mente de Harry, le ocurren las peores cosas que podían pasarle. Se trata de una persona que trata de asumir sus peores pesadillas que se han hecho realidad y cuando se tiene que enfrentar a ellas sale a la luz su verdadera personalidad, su valentía, sus debilidades, su inteligencia y sobre todo su moral y su integridad.

-Es la novela en la que la violencia física es menos explícita.

-Es así, pero hay mucha violencia mental y psicológica. Es la novela más psicológica de las 12. Esa violencia es devastadora porque destruye el universo mental de Harry. Para mi la violencia es un medio para que la historia avance.

-Hole lleva casi al límite su tendencia autodestructiva.

-Efectivamente. El libro empieza con Harry moribundo en su coche, yendo a la deriva por el río. Lo vemos al borde la muerte.

-¿Le queda todavía cuerda para más novelas?

-La naturaleza de la novela negra es que no puede haber spoilers. Y cuando se trata de una serie no se puede contar cuántos libros quedan, si es que queda alguno.

-¿Por qué cree que es tan atractivo este personaje?

-Es un protagonista que se mueve en las mismas zonas grises en las que nosotros nos movemos cotidianamente. Es decir, luchamos por mantener nuestra integridad, por no vernos corrompidos por el mundo que nos rodea y tenemos que afrontar dilemas morales. A veces ganamos y otras perdemos esa batalla. Y ese es el caso de Harry. No es un superhéroe moral, como no lo somos ninguno de nosotros.

-En sus novelas además de la trama del crimen hay una reflexión sobre los dilemas morales a los que se enfrenta el ser humano.

-Precisamente ese es el punto fuerte de la novela negra, la razón por la que durante tanto tiempo ha tenido mucho éxito y está ahora mismo en un punto álgido. La novela negra tiene una estructura muy clara y fija, hasta tal punto de que casi nos podemos olvidar de ella, es parecido a tocar blues, todo el mundo sabe de qué va, y esto nos permite centrarnos en las emociones. La novela negra tiene esta ventaja, permite al escritor centrarse en cosas que van más allá del drama, de la tensión del relato y la estructura narrativa.

-En esta novela el asesino es alguien que el lector no se espera, en otras se sabe quién es y Hole trata de detenerlo. ¿Por qué este cambio?

-De lo que he escrito fundamentalmente en esta serie de novelas es del mal, que a veces no es tanto la división entre ellos y nosotros, sino que está dentro de nosotros mismos, la posibilidad de ejercer la violencia, de matar, de cruzar la línea e introducirnos en el lado oscuro, que siempre está ahí. Todos nosotros corremos ese riesgo. Evidentemente yo también me muevo en la tradición de la novela negra de quién lo ha hecho, quién ha cometido el crimen. Combino una reflexión sobre la condición humana con un juego con el lector, quién es el asesino, quién es el malo, quién es el menos probable que lo hiciera. Además, uno escribe para un público inteligente y con mucha formación y seguramente se huele que el sospechoso menos probable será el asesino y por eso a veces hay que dar otra vuelta de tuerca a la trama.

«La venganza es necesaria y puede ser sutil y sublime»

El deseo de venganza está muy presente en la novela. «Podemos pensar ingenuamente que la venganza ha desaparecido de la sociedad, pero no es así porque es una reacción profundamente humana», asegura el autor, que ha participado en Getafe Negro, dedicado esta vez a la novela negra escandinava. «Si un vecino le quema la casa a otro, este buscará vengarse, aunque no salga ganando nada», explica. Y concluye: «La venganza no es tan vulgar y tan mala, puede ser sutil y sublime, es un sentimiento complejo y, por otro lado, es necesaria, es un pacto que regula la sociedad, cuando nos hacen algo malo necesitamos algún tipo de redención».

-En sus novelas de Harry Hole muestra una cara desconocida de Noruega, un país en teoría idílico que figura en las listas de los más felices del mundo y de más baja criminalidad.

-Cuando empiezo a escribir mis novelas no me propongo describir una sociedad en concreto, mis novelas tratan de personajes individuales concretos, pero se necesita un trasfondo social determinado y yo vivo en Noruega. No se trata necesariamente de una descripción precisa de la sociedad noruega. El Oslo de Harry es un 90% real y un 10% una versión particular. Seguramente, en mis novelas haya matado a más personas que en todo Oslo en los últimos años.

-¿Hay política en sus novelas?

-En mis novelas, como le he dicho, siempre hay un trasfondo social, pero procuro que mi ideología no trascienda, intento explicar lo que pasa desde varios puntos de vista para que sea el lector el que juzgue. Aunque es cierto que tomar la decisión de poner una cosa u otra en la novela es un pequeña decisión política.

-Otra faceta suya es la serie televisiva «Ocupados», creada por usted, una distopía en la que muestra una Noruega ocupada por Rusia en el futuro.

-En Ocupados lo que quería abordar eran los dilemas morales a los que tuvieron que enfrentarse los noruegos en la Segunda Guerra Mundial, pero situando la trama en el futuro. La pregunta qué quería plantear es: ¿que estaríamos dispuestos a sacrificar por conceptos como la independencia, la libertad o la soberanía?