Goya y final a 30 años de dolor para Pedro Almodóvar

CULTURA

JON NAZCA

El manchego revive una noche de gloria en la gala de la academia, solo comparable con «Todo sobre mi madre» hace dos décadas

31 ene 2020 . Actualizado a las 16:42 h.

«Muchísimas gracias a todos los miembros de la academia, ¡nos habéis hecho muy felices esta noche!», así ha cerrado Pedro Almodóvar la gala de los Goya 2020 después de que Dolor y Gloria se convirtiera en la gran triunfadora, al obtener 7 de los 16 premios a los que optaba. Pero esta frase que pudiera ser anecdótica y ausente de sentido, cobra mucho significado en boca del manchego. Porque su relación con la academia también ha sido un viaje doloroso que ahora acaba de tocar la gloria y que dice mucho del dulce momento que está viviendo el reconocido director de cine con la institución que representa a todos los trabajadores y a la industria del cine español. Pero no siempre ha sido así.

 Habría que remontarse casi 30 años atrás para hallar el principio de estos desencuentros. Almodóvar vivía por aquel entonces uno de sus grandes momentos profesionales, tan solo unos años antes había logrado cinco goyas con Mujeres al borde de un ataque de nervios, que lo catapultó como uno de los grandes directores del cine, al también lograr su nominación a los Óscar como Película de Habla No Inglesa. La mayor decepción con la academia se la llevó el manchego con Átame, con 15 nominaciones, y que competía con ¡Ay, Carmela! Almodóvar no se llevó esa noche de 1991 ni un solo goya por este filme, mientras que la película de Carlos Saura, protagonizada por Carmen Maura, obtuvo 13 cabezones. Quedar como el gran perdedor de la noche cuando optaba a quince premios fue visto por algunos como un castigo más que como una derrota.

Después de este resultado, cuando menos desmerecido, Almodóvar vivió una etapa de sequía en los Goya que duró algo más de una década. Ahí estrenó títulos como Tacones lejanos -con cinco nominaciones-, La flor de mi secreto y Carne Trémula. Con Todo sobre mi madre llegó de nuevo el reconocimiento de la academia y Almodóvar se llevó siete goyas, incluido Mejor Dirección, en una gala en la que no dudó en mostrar su emoción y en reconocer que no había querido dedicarle otros premios internacionales anteriores a su madre porque lo guardaba para esa ocasión «si llegaba»: «Donde quiera que esté, este premio es para ella», dijo con la voz quebrada y donde se pudo ver lo importante que era este reconocimiento para él. Fue, sin duda, junto con la gala de este año, la mejor noche para Almodóvar en los Goya. Todo sobre mi madre también le concedió el reconocimiento de Hollywood, al otorgarle el óscar a la Mejor Película de Habla No Inglesa.

Pero Hable con ella, en el 2002, supuso un distanciamiento público entre el manchego y la academia porque además de verse derrotada por Los lunes al sol en los Goya (solo se llevó el premio a la mejor música original), Almodóvar no pudo optar a un segundo óscar porque no fue seleccionada por la academia. Quien sí lo hizo fue el filme de Fernando León de Aranoa, que no llegó a estar nominado por Hollywood. El manchego sí se llevó el óscar al Mejor Guion, convirtiéndose en el primer español en recibir dos estatuillas por dos películas.

 Una equivocación democrática

Almodóvar reconoció entonces que la academia «se había equivocado democráticamente» al no seleccionar su película. Y no tardó en llegar la ruptura total cuando Pedro y su hermano Agustín se dieron de baja de la academia en el 2005 coincidiendo con el estreno de La mala educación. El motivo oficial fue «el desacuerdo con el sistema de votación, así como otros aspectos que rigen el funcionamiento de la academia, tales como la falta de información en cuanto a números de participantes en las distintas votaciones», pero el director también aludió posteriormente razones personales: «Hay algo en la academia, no ya con respecto a mí, sino a la gente que trabaja conmigo, que parece muy injusto», dijo en una rueda de prensa.

Con Volver, regresaron los premios a la Mejor Dirección y Mejor Película, pero esta vez fue el director el que dio plantón ya que ni siquiera fue a recogerlos. En su lugar lo hizo su hermano Agustín y Penélope Cruz. La llegada de Álex de la Iglesia a la presidencia de la academia trajo aire fresco y la persuasión del de Bilbao hizo que Almodóvar entregara el premio en la gala del 2010 a Celda 211. Luego llegaron Los abrazos rotos, que pasó sin pena ni gloria. La piel que habito tampoco tuvo un gran reconocimiento, se llevó cuatro premios de los 16 a los que aspiraba y a pesar de que Pedro no confirmó su asistencia hasta el último momento, encajó deportivamente el resultado. Los amantes pasajeros se fue de vacío y en Julieta, solo Emma Suárez se hizo con el goya. Entonces llegó, Dolor y Gloria. Al fin, una noche mágica para el manchego después de aquella del 2000 y un agradecimiento que dice mucho más de lo que parece.