Muere el actor Max Von Sydow, el rostro y la voz del cine independiente europeo

Xesús Fraga
Xesús Fraga REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Max Von Sydow en el 2006 con el premio Donostia del Festival de San Sebastián
Max Von Sydow en el 2006 con el premio Donostia del Festival de San Sebastián Pablo Sanchez | REUTERS

El actor, de 90 años, colaboró de forma especial con Ingmar Bergman, con quien rodó la icónica «El séptimo sello»

09 mar 2020 . Actualizado a las 17:51 h.

 

«At the count of ten you will be in Europa». Max von Sydow anunciaba, con su voz hipnótica, la entrada del espectador en el tenebroso retrato del continente que Lars von Trier filmó en la homónima Europa. El actor ejercía de narrador invisible con el mismo poderío y magnetismo que transmitían sus facciones: el suyo era el rostro de Europa, al menos el de su cine independiente.

Si hubo un intérprete que encarnase ese espíritu europeo, con sus marcas y cicatrices, reflexiones y temores, ese fue Von Sydow, fallecido este lunes en París a los 90 años. Su colaboración con su compatriota Ingmar Bergman -el actor nació en la ciudad sueca de Lund-, que se concretó en una decena de filmes, cimentó desde los inicios de su carrera ese aura personal que envolvía sus personajes, una contradictoria mezcla de impenetrabilidad y vulnerabilidad. Ninguno lo retrató mejor que el caballero cruzado de El séptimo sello: su partida con la muerte es ya un icono del cine.

La lista de directores con los que trabajó es un quién es quién del cine independiente europeo: Tavernier, August, Argento, Konchalovsky, Wenders... sin olvidar españoles como Fresnadillo o De la Loma. Además de sus singulares registros interpretativos, lo que convertía a Von Sydow en un auténtico símbolo del viejo continente era su capacidad para rodar en diversos idiomas, del sueco al francés -nacionalidad que adquirió-, pasando por el alemán o el danés, el italiano o el español.

Pero reducirlo a emblema europeo no haría justicia a la talla del actor, que se convirtió en una estrella internacional gracias, en efecto, a sus filmes como Bergman o Pelle el conquistador -su primera nominación al Óscar-, pero también por su participación en taquillazos como El exorcista, Los tres días del cóndor, Conan el bárbaro, Dune, Shutter Island o Robin Hood. Bastaba su sola presencia para transmitir la idea o sensación que el filme adjudicaba a su personaje. Por esto mismo se integró en los elencos de filmes como Star Wars. El despertar de la fuerza o en series como Juego de tronos. Su último papel también será póstumo: un anciano que narra una de las masacres cometidas por los nazis.