«Tenet» y el algoritmo de Nolan

M. a. fernández

CULTURA

Desde ayer, los cines españoles imploran un milagro para la taquilla

27 ago 2020 . Actualizado a las 11:11 h.

Antes de irrumpir el covid-19, el mercado cinematográfico se disponía a seguir su rutina, con Hollywood y sus blockbusters marcando la pauta. Para el 2 de abril estaba previsto el último Bond, Sin tiempo para morir; para el 24 de julio el turno era de Disney y Mulan, pero finalmente optaron por reservarlo al 4 de septiembre por streaming en su propio canal, con gran disgusto de los exhibidores. Ayer llegó Tenet a 27 países, hoy lo hará en doce más y desde el 3 de septiembre en otros seis, incluidos los muy poblados Estados Unidos, Rusia y China, aunque en todos los casos, con sus parques de salas a media apertura. El interés del propio Nolan en acceder a la pantalla grande (incluidas salas IMAX), después de rodar en negativo 65 mm Kodak para tirar copias en 35 y 70 mm además de DCP, fue determinante para intentar romper el maleficio covid y lograr que millones de espectadores acudan a ver la última genialidad de un cineasta que a nadie deja indiferente. Si con la trilogía Batman (2005-2012) acumuló 2.450 millones de dólares brutos en taquilla, y en general el resto de sus filmes posteriores hicieron caja, incluido el más reciente Dunkerque (2017), que logró derrotar el maleficio del género bélico, se espera que Tenet sea otro fenómeno global. Lo sabremos en dos o tres semanas. Y posee todos los boletos…

Así las cosas, a las 15.50 horas nos aguardaba la primera sesión de Tenet bajo un estricto protocolo: mascarilla por supuesto, gel de manos, distancia social en la taquilla si no la compraste en la Red, y a continuación lectura digital de la butaca asignada, previamente desinfectada. Al inicio, un spot nos recordaba las obligaciones durante la proyección, y a su finalización, el personal indicaba la salida para no coincidir con el acceso a otras sesiones y más gel si así lo deseas. Abandonada la sala, se procede a la desinfección de la butaca ocupada. Realmente todo parece muy raro, pero la sensación de haber asistido a un espectáculo seguro, es plena.

Dicho esto, ¿qué ofreció Tenet? Lo primero una película de visión obligada si se ama el cine. Emulando a Ernó Rubik y su cubo «mágico», Christopher Nolan (1970) insiste en su propio cubo, pero aplicado a la estructura narrativa audiovisual. No se trata tanto de los colores de Rubik como de capas y su marca autoral: jugar con el tiempo y sus saltos en clave de futuro y de pasado. En consecuencia, lo que debiera ser un rompecabezas inteligente se arriesga a derivar en galimatías de difícil comprensión, aunque el guionista-cineasta logra armonizarlo todo bajo una inteligente propuesta formal que no renuncia al espectáculo.

Él mismo confiesa su admiración por la serie Bond y su don de la ubicuidad, paseando por el mundo en aras de un objetivo que suele ser librar al planeta de un chiflado destroyer. Súmese que en lo básico, Tenet es un thriller de espías con un protagonista -en la versión original, John David Washington es, simplemente, The protagonist- que se pasea por varios países -se rodó en al menos siete entre mayo y noviembre del 2019- buscando a un tal Andrei Sator al que encarna Kenneth Brannagh con mucha convicción, por cierto como también Robert Pattinson, quizá en su papel menos forzado hasta ahora. Y el algoritmo, claro.

Dos horas y media en las que se notan muy bien invertidos sus 170 millones de euros, y en los que acabas rompiéndote la cabeza, convencido de que un segundo y un tercer visionado te sacarán del apuro. Pero dejas la sala convencido de que no te tomaron el pelo, otro mérito añadido. Además de varias set piece magistrales -la de inicio a modo de ejemplo- que confirman la soltura de Nolan a la cámara y su dominio del montaje, los diálogos del propio Nolan dejan perlas cultivadas del estilo «balas invertidas», «estamos siendo atacados por el futuro», «la ignorancia es nuestra arma» y otras lindezas que refuerzan la singularidad de la propuesta.

Si nada se tuerce, la exhibición comenzará su lenta recuperación a la espera de la siguiente etapa de carácter global, el regreso de James Bond el próximo 12 de noviembre.