El rey reclama unidad, entendimiento y responsabilidad para afrontar la pandemia

CULTURA

Felipe VI ha solicitado a las instituciones en los Premios Princesa de Asturias «sentido del deber y de la responsabilidad, integridad y rectitud» para que estén a la altura del pueblo español. La princesa Leonor ha hecho hincapié en el sentido de la responsabilidad que debe imperar en el comportamiento de los jóvenes

16 oct 2020 . Actualizado a las 20:41 h.

En una ceremonia de los Premios Princesa de Asturias marcada por la melancolía, por el dolor del recuerdo a los fallecidos y la nostalgia del mundo anterior a la pandemia pero con una mirada hacia el futuro, el rey ha reclamado en Oviedo a las instituciones «sentido del deber y de la responsabilidad, integridad y rectitud» y ha pedido que el interés nacional y el de los españoles prevalezca en esta dura crisis sanitaria. Felipe VI ha solicitado también «un gran esfuerzo colectivo y un gran esfuerzo nacional de entendimiento y concordia» y ha puesto como ejemplo la actitud de la mayoría del pueblo español y su capacidad de resistencia y entereza; un país, en suma, que «en los peores momentos debe mantenerse unido».  A su lado, la princesa de Asturias ha hecho hincapié en el sentido de la responsabilidad que debe imperar en el comportamiento de los jóvenes de su generación, «que pasa por no olvidarnos nunca de las personas que nos rodean, que nos quieren y a quienes queremos».

Ha sido una entrega insólita, de gran tristeza, acorde a los tiempos que vive el país. Las fuertes restricciones impuestas por el covid-19 han convertido la ceremonia en un acto semipresencial, con discursos en directo y otros grabados y en un escenario minimalista en el Hotel de la Reconquista. La hermosa y apesadumbrada pavana de Fauré, prólogo de la ceremonia, ha surgido como metáfora perfecta. El rey, sin embargo, ha querido mirar hacia el futuro con esperanza pese a que «hemos estado y seguimos estando sometidos, la humanidad entera, a una presión y una tensión muy duras». Felipe VI ha afirmado que la crisis sanitaria ha puesto a prueba las capacidades de los Estados, «ha mostrado sus debilidades y carencias como también sus fortalezas» y ha advertido que entre tanto pesar, han renacido sentimientos necesarios «como el valor y la esperanza». «Cuando muchos ciudadanos sienten una gran incertidumbre y preocupación por su situación económica es necesario que todos hagamos un gran esfuerzo colectivo, un gran esfuerzo nacional, de entendimiento y de concordia, y que mostremos toda nuestra energía, todo el talento de nuestra sociedad, toda la capacidad del Estado, y una voluntad y actitud inquebrantables y decididas de superación»

Y ha puesto como ejemplo la actitud de resiliencia y entereza del pueblo español. Cree el rey que este ejemplo «no puede ser un esfuerzo estéril ni caer en el olvido». Por eso ha solicitado a todas las instituciones estar siempre al lado y al servicio de los ciudadanos a través de una conducta responsable, con sentido del deber y con la máxima integridad y rectitud, «para que el interés nacional prevalezca y los intereses generales de los españoles sean nuestro norte y guía».

Felipe VI ha mirado con cariño especial a los miles de sanitarios españoles que han luchado en primera línea contra el coronavirus. Decenas de miles de profesionales a los que la pandemia ha convertido en héroes a su pesar. Y ha recordado que trabajan «en muchas ocasiones con medios insuficientes», tratando en todo momento de mitigar el sufrimiento. «Nosotros sabemos que están yendo mucho más allá, que curan, investigan, ayudan, acompañan, consuelan… Les agradecemos su sacrificio e incluso sus propias vidas. Tienen una actitud heroica y con ella nos devuelven a la esperanza».

Unos minutos antes, la princesa Leonor ha recordado la ceremonia del año pasado, tan diferente. Y ha resaltado el sentido de la responsabilidad como valor. «Y creo que los jóvenes de mi generación también son conscientes de ello. Un sentido de la responsabilidad que pasa por no olvidarnos nunca de las personas que nos rodean, que nos quieren y a quienes queremos». «Tengo casi quince años. Sigo muy de carca, como muchos niños y jóvenes de mi edad, lo que sucede en nuestro país. Y después de haber estado meses in ir al colegio, la vuelta a clase nos demostró que tenemos que adaptarnos a estas nuevas circunstancias, siempre con la esperanza de que todo mejore».

La ceremonia, cuajada de una tristeza contenida acrecentada por el distanciamiento social y por una escenografía esquelética, ha tenido momentos de gran emoción. El discurso de Eugenio Guerrero ha estado presidido por el recuerdo a los compañeros sanitarios anónimos que han fallecido en su lucha contra pandemia, personas que llevaron su generosidad y su compromiso hasta el extremo. «Quizá la historia no recuerde sus nombres pero nosotros no los olvidaremos nunca y hoy recogemos este premio en su memoria». También un emocionado Carlos Sainz, que ha dado marcha atrás y se ha visto como un niño que aspiraba a ser el campeón que llegó a ser. Sainz ha animado a los jóvenes a perseguir sus sueños, a luchar por ellos. «Escuchad con atención y respeto a los veteranos, a quienes animo a adaptarse a los nuevos tiempos y a seguir activos disfrutando con pasión de la vida». Y la emoción de John Williams recordando a Morricone o la reivindicación firme de Raúl Padilla defendiendo los libros y condenando a aquellos que desean que la suerte de la literatura se deje entera en manos del mercado. La condena contra los gobiernos que creen que la cultura es prescindible y que los libros , la ciencia o la educación deben sacrificarse por otros ideales.