Juan del Val: «La gente ejemplar me aburre, no me la creo»

CULTURA

Ama lo fácil pero evita lo simple. Publica nueva novela y encaja el arrase de su hijo en Tik Tok. Y no, no iría nunca a «La isla de las tentaciones». «Huyo de ese concepto de fidelidad, exclusividad y posesión, no va conmigo», dice

11 feb 2021 . Actualizado a las 09:58 h.

Es el mismo, el Juan del Val de El hormiguero y El desafío, el autor que ganó el Primavera de Novela en el 2019 con Candela. «El marido de Nuria Roca», el padre de una nueva estrella del TikTok. ¿Cómo lleva que su hijo arrase en esa red? «Me enteré el día que vi publicado el artículo. No sabía yo que tenía unos vídeos que se habían hecho virales. Hace unas cosas graciosas, pero a mí que arrase en TikTok me da completamente igual», dice.

­-«Delparaiso» es su nueva novela, donde de lejos todo podría parecer perfecto, pero de paradisíaco tiene poco...

-Delparaíso es solo el nombre de la urbanización de la novela. No es el paraíso tal cual lo concebimos, no...

­-¿Es un lugar concreto?

-Hablo de un lugar que por supuesto que existe, es un concepto de urbanización de lujo estructurada en torno a la seguridad.

­-A veces el enemigo está en casa.

-A veces el enemigo es uno mismo. En lo que escribo hay una línea muy sutil entre los malos y los buenos. En la vida es así, no está tan claro quiénes son los malos y quiénes son los buenos.

­-¿La novela es hija del confinamiento?

-Todo lo contrario. La empecé antes, y cuando llegó el confinamiento y nos encerramos dije: «Qué buena oportunidad para poder escribir». Pero no me salió ni una sola línea. No me interesa esta vida que estamos llevando. A mí me interesa la vida de verdad. La vida en la que la gente se ve, se besa, se abraza, está en un concierto sudando al lado de otros. Para mí, vida normal es entrar en un bar abarrotado y pedirte un gintónic.

-¿Hay cosas que solo se pueden decir en las novelas?

-Yo hablo y escribo de una manera directa. No ando con rodeos. Me interesa hablar de la verdad. Me gusta lo cotidiano. Me interesan las personas.

-¿Le han dicho alguna vez la frase: «No es posible una ampliación de la hipoteca»?

-Sí... Yo que presumo de escribir de lo que sé he pasado por casi todas las clases sociales que aparecen en esta novela. He llegado a estar completamente tieso y he tenido dinero... Sé estar en todos los sitios. Pero esta no es una novela de crítica social. No pretendo cambiar las cosas. Las pongo delante.

-No falta el humor...

-Es que el humor, el sarcasmo y la provocación forman parte de mi vida. Huyo de lo simple, pero me gusta lo fácil.

-¿Se siente poco convencional?

-No estoy pendiente de lo que los demás dicen de mí. Siempre hay alguien que se molesta. Hay que empezar a liberarse de esa presión. La gente que siempre se enfada, «los ofendidos», esos no me van a ganar la partida.

-¿Encaja las críticas?

-Por supuesto. Yo no me creo la crítica total ni el halago total. Siempre relavitizo muchísimo la crítica y el elogio.

-Mayte, en la novela, dice que fue amante del rey. ¿Es alguien real?

-Hay quien dice: «Es Bárbara Rey», qué va, no...

-¿Celebra la imperfección?

-A mí las personas que van de ejemplares me aburren, en parte porque no me las creo.

-¿Somos hoy más hipócritas que hace 10 o 20 años?

-Sí, estamos en un momento peligroso por eso de guardar las apariencias, de no enfadar a nadie, de parecer que estás feliz en redes sociales. Cada vez hay menos gente que pueda provocar, ¡porque asusta! Este es un mundo de personas supercorrectas que dicen solo las cosas convenientes. Y eso es peligroso y aburrido. No me refiero a la política, sino a las relaciones y el interior de las personas. Al arte también. El arte debe provocar malestar... y alegría también.

-¿Nos volveremos más puritanos?

-No, al final el ser humano se impone, y los instintos. No podemos convertirnos en una cosa que no somos. Tenemos deseo, tenemos una vida por dentro que sale.

-¿Volvería a los 18?

-No, ¡qué pereza, qué ansiedad! Me va muchísimo mejor con 50 que cuando tenía 18. Ahora sé mucho más, he aprendido y mi vida es bastante intensa. He hecho muchas cosas. Imagínate desde los 18 hasta los 50 lo que me ha dado tiempo a hacer... Me encuentro en mi mejor momento, creo yo.

-¿Le cansa su parte más mediática?

-No. Me divierte muchísimo la televisión. Ahora estoy en El desafío, en El hormiguero... y me divierto. Me encanta la tele y me encanta escribir, y lo veo perfectamente compatible. Cada cosa hay que valorarla en su contexto.

-¿Le gusta o no cómo le queda el flequillo a Nuria?

-Me encanta. Me gusta Nuria, con flequillo y sin flequillo.

-¿Iría a «La isla de las tentaciones»?

-¡No! Los realities me encantan. Supervivientes me parece fenomenal, tiene hasta argumentos literarios. Pero lo poco que he visto de La isla de las tentaciones está basado en cosas de las que yo huyo, ese concepto de fidelidad, exclusividad y posesión no va conmigo, me da muchísima pena. Está demostrado que todo eso es mentira desde hace unos dos siglos. Otra cosa es que nos sigamos engañando todo el rato. A mí me interesa Supervivientes.