Fue un gran regalo de Reyes, de manera inesperada este título apareció en la cartelera de Netflix, y le bastaron unos pocos días para colarse en el ránking de lo más visto. La primera parte, confesemos, se hizo corta. Y la continuación tardó en llegar. Hace unos días se estrenó la segunda entrega, que aunque mantiene un altísimo nivel, los giros y las sorpresas son, esta vez, menos inesperadas. Los espectadores, por momentos, pueden meterse en la cabeza de Assane Diop y adivinar cuáles serán los siguientes pasos del ladrón de guante blanco. Ayudan mucho los flashbacks que se intercalan a lo largo de la trama con el presente y que recrean al protagonista de adolescente, cuando empezaba a birlar de manera sutil objetos sin que nadie pudiera culparlo por ello. En estos nuevos cinco capítulos, Assane Diop sigue ejecutando de manera magistral su plan para vengar la injusticia sufrida por su padre a manos de una familia rica, los Pellegrini. La brillante actuación de este personaje hace que el guion en gran medida dependa de él, pero también se aprecia el esfuerzo narrativo por mantener en alto una trama que quieren seguir explotando, porque ya está prevista una nueva temporada. Todavía le queda cuerda para rato a este ladrón que puede presumir de tener una gran habilidad: hacer que nada sea lo que parece.