Echamos un vistazo a algunos de los grandes temas del grupo de Boiro, que acaba de ganar el premio MIN al mejor disco del año
18 jun 2021 . Actualizado a las 19:00 h.Triángulo de Amor Bizarro han ganado el premio MIN al mejor disco del año por el homónimo Triángulo de Amor Bizarro. Además, su productor Carlos Hernández, también ha sido reconocido por el trabajo en ese disco. Esto confirma que los de Boiro se encuentran en su momento más dulce. La crítica, que los situó en lo más alto de las listas del año, los adora. El público los quiere. Y suenan mejor que nunca, perfeccionando su característico estilo de ruido y pop. Solo les falta poder subir al escenario de nuevo para amplificar las virtudes de su nuevo álbum.
Mientras tanto, echamos una vista atrás para recordar cinco canciones emblemáticas de su discografía.
1. «El fantasma de la transición» (2007)
Triángulo de Amor Bizarro irrumpieron a contracorriente en A Coruña dentro de un ambiente muy marcado por los grupos de garage y las formaciones neo-sixties. Ellos proponían algo que chocaba de frente con todo eso: una aleación de ruido y melodía que los conectaba con grupos como Jesus & Mary Chain, Sonic Youth o Spacemen 3. En su primer album, el homónimo Triángulo de Amor Bizarro, sobresalía esta canción. La canta Isabel Cea y evoca a My Bloody Valentine pasado por el filtro del indie nacional de los 90. Enganchaba sin ser obvia. Se quedaba instalada sin apelar al pop al uso. Y servía como un haz de luz inicial a un grupo incómodo, rebelde y que tenía casi todo en su contra.
2. «De la monarquía a la criptocracia» (2010)
El segundo disco del grupo, Año Santo, supuso un paso adelante que reforzó su carácter indómito. Más crudo, más punk y más trallero, no fue desde luego una buena acción comercial. Pero a ellos les daba exactamente igual. De todos modos, en medio de la oscuridad, las aristas cortantes y el mal rollo, floreció un single incontestable. De pegada pop irresistible y poseedor de una euforia contagiosa en el estribillo, logró que su macabra letra («Si insistes, si insistes, mejor te cortas las venas, después yo lo limpio / No te preocupes de tu familia, después Yo lo explico sin detalles, sin detalles / Que simplemente te has ido») terminase cantada a voz en grito. Antes del coronavirus lo normal era que cerrase sus conciertos con invasión del escenario incluida.
3. «Estrellas místicas» (2013)
Superado del trance del Año santo, llegó Victoria mística, un disco brillante en el que Triángulo de Amor Bizarro se convierte en el gran grupo del indie-rock español. Una vez más, una pieza pop interpretada por Isa se cuela en las listas de reproducción de los aficionados a ese tipo de música en España. Bofetón a la docilidad del star-system musical patrio («No seas tan maleducado / para morder la mano que te alimenta/ guarda el veneno y sonríe, hostia, sonríe, hostia») podría ser la síntesis entre El fantasma de la transición y De la monarquía a la criptocracia. Arrasó.
4. «Desmadre estigio» (2016)
El cuarto trabajo de Triángulo de Amor Bizarro también tiene munición popera (Barca Quemada, Baila Sumeria), pero destacamos aquí este tema que inaugura el elepé, apuntando nuevos caminos. Lenta, intensa y envolvente, como una suerte de reggae marcial y metálico, la canción invita a levantarse y plantarle cara a la hostilidad («Nunca es demasiado tarde para romper un par de cristales / A los que quieren aprovecharse de ti / No voy a ser el esclavo a los pies de nadie»). En directo abría los conciertos de la gira mostrando, con su productor Carlos Hernandez en la mesa, un nivel supremo.
5. «Asmr para ti» (2020)
La mejor canción de Triángulo de Amor Bizarro hasta la fecha es esta. También una de las piezas más bonitas, intensas y emocionantes del último pop español. Publicada dentro de Triángulo de Amor Bizarro (por segunda vez vuelven a llamar a un disco como el grupo), muestra en el grupo un sentimiento de melancolía inédito hasta la fecha. Evocando las enseñanzas noise de Slowdive y My Bloody Valentine, tomando el pulso ambiental de OMD, usando una preciosa y precisa guitarra acústica y dibujando una melodía perezosa que vale su peso en oro (e ingravidez en el pecho), la canción es de las que conmueven. Hace volar y deja al oyente sin palabras. Sencillamente maravillosa. Definitivamente inagotable. Una joya para la eternidad.
