Muere Carmelo Martínez, cantante de La Década Prodigiosa

CULTURA

El artista representó a España en el festival de Eurovisión en 1988

31 jul 2021 . Actualizado a las 17:16 h.

Chaqueta corta, tupé de trasnochador y galantería castiza. Todo made in Spain. Más de 30 años han pasado desde que un risueño Carmelo Martínez hiciera vibrar la tarima dublinesa de Eurovisión. Fue como integrante de La década prodigiosatotémico grupo del pop kitsch español por el que han pasado casi una cuarentena de artistas desde su fundación en 1985. Sin embargo, su momento de mayor esplendor fue con Carmelo de vocalista. La etapa dorada en la que su melena se paseaba por los platós de televisión ocupa un sitio de honor en los recuerdos de juventud de toda una generación. Cuando Carmelo Martínez cogía un micrófono, brotaba del silencio un compás armónico que invitaba a seguir sus ritmos descarados. Esas risas, esos bailoteos y esos aires de torero cancionero, no se borran, porque seguirán estando en la memoria de la gente. Carmelo se va, pero también se queda un poco.

Los europeos fliparon. Ni serenata empachosa ni nada que se le parezca. En 1988 los españoles se plantaron, anchos y complacidos, con una canción incatalogable, autoparódica y maravillosa. Decía así: «Made in Spain, pasaporte especial. Ella es Made in Spain, la mejor garantía. Made in Spain, Made in Spain, Made in Spain». Era imposible no divertirse, no pintar una gruesa sonrisa, cuando comenzaban los espectáculos deliciosamente descabellados y posflamencos de aquella quinta de La década prodigiosa. Puede que Carmelo no fuera el ganador de aquella edición, pero desde luego fue el que desplegó mayor cuota de brío y desparpajo. De lejos. 

Pero la música a veces es injusta. Y cuando este carismático artista quiso cambiar de rumbo para perseguir una carrera en solitario, encontró que, a pesar de su talento, no todas las puertas estaban abiertas. No obstante, su tesón y su perseverancia consiguieron maquinar algunos estimables temas propios. Un cáncer de pulmón ha apagado la estela de un artista de 64 años que tenía a sus espaldas miles de horas de conciertos y ritmos pegadizos. Muchos oídos recuerdan todavía, vibrantes, aquellos cantos Made in Spain que agitaron la noche de Dublín.