Treinta años del disco que le rechazaron a Alejandro Sanz

CULTURA

PACO RODRÍGUEZ

«Viviendo deprisa» supuso el despegue de la carrera musical del artista madrileño, aunque su publicación no fue tarea sencilla

20 ago 2021 . Actualizado a las 13:00 h.

20 de agosto de 1991. Hace hoy exactamente 30 años que un joven Alejandro Sánchez Pizarro lanzaba al mercado Viviendo Deprisa, el disco que significó el despegue de su carrera musical. Dejaba de ser Alejandro Magno, un apodo con el que había publicado Los chulos son pa´cuidarlos, y con el que nunca llegó a identificarse, para convertirse en Alejandro Sanz, uno de los artistas españoles más reconocidos internacionalmente. El año pasado, con motivo del 29.º aniversario, el propio cantante a través de su cuenta de Instagram recordaba la importancia de este primer trabajo. «Hace 29 años pisaba fuerte para aprender a vivir deprisa, sin olvidar que todo lo que fui, es lo que soy».

Lo que es, y lo que quería ser. Más allá de tocar la guitarra, lo que él quería era componer. Lo tenía claro desde pequeño, pero le costó lo suyo. Los chulos no funcionó porque no tenía que funcionar. No tenía nada que ver con él. Alejandro llegaría a confesar que no fue un disco de Alejandro Sanz. «Es mío, claro, pero eso es otra cosa». Quienes lo trataron por aquel entonces ya intuían que detrás había mucho más. No se equivocaban.

Con un puñado de temas propios, Alejandro se enfrentó por primera vez a la industria discográfica, y a su incomprensión. En Hispavox, su compañía en aquel momento, le dijeron que no era comercial, que no funcionaría. [Cuando Viviendo Deprisa llegó al millón de copias vendidas, el director dejó de serlo]. Nunca se interesaron en sacarle partido a ese material, una razón de peso que llevó a Alejandro Sanz a pedir la carta de libertad. Le llegaron a pedir tres millones de pesetas, a lo que el artista contestó que cómo iba a darle esa cantidad si no tenía ni para el metro. Si supieran que había ido caminando desde Moratalaz... Todo este rifirrafe no hizo más que retrasar el despegue de una carrera meteórica. Estaba llamado a ser uno de los grandes, y eso nadie, ni Javier del Moral (director de Hispavox), lo podía impedir.

Un buen día le dejaron marchar con una condición: que grabara esas mismas canciones y no otras, de lo contrario emprenderían acciones legales. Fue entonces cuando él y Miguel Ángel Arenas, Capi, que sería su productor, las llevaron a Warner y consiguieron sacar el disco adelante. «Lo que ahora nos parece algo muy natural en 1990 era una propuesta totalmente rompedora que no tenía cabida en la industria», explica Íñigo Zabala en Vive, la biografía que Óscar Blesa publicó en el 2017 con motivo de los 20 años de Más, el disco más vendido de la historia de España. A pesar de que son muchas voces las que se apuntan el tanto, realmente fue Zabala, presidente de Warner Latinoamérica, el que merece el título de «el descubridor». Sin embargo, la primera vez que Zabala había visto a Alejandro, cuando él y Capi buscaban compañía para un artista llamado Alejandro Magno, no le gustó nada. Y así se lo dijo. Aun así, siempre tuvo claro que había algo más detrás de Magno, y no dudó en apostar por él en cuanto escuchó los temas de Viviendo deprisa, más concretamente, Se le apagó la luz, «la canción por la que lo contratan». Su fichaje por Warner supuso una batalla abierta en toda regla en la que las dos multinacionales del momento (Warner y BMG) sacaron toda su artillería, tal y como recoge con detalle Blesa en el libro, pero una llamada de Zabala in extremis inclinó la balanza.

Al poco de fichar, Alejandro era solamente Alejandro. Se había despojado de Magno, aunque le quedaba algo pendiente. «Una vez por su cumpleaños no sabía qué regalarle. En una ocasión le había preguntado lo que más ilusión le haría -cuenta Pepe Barroso en Vive-. ‘Es imposible -me dijo- me gustaría tener el máster de Alejandro Magno'. Y yo se lo conseguí». El cambio de Magno a Sanz no fue aleatorio. Sonaron varias propuestas, entre ellas Herrera. Pero finalmente se quedó Sanz, como sugirió Capi, porque sonaba mejor.

declaración de intenciones

Los 10 temas que componen Viviendo deprisa van dirigidos a un público en concreto: joven y femenino. Sus letras se convierten en auténticos himnos de amor. Pero dentro de un claro repertorio baladista, se perciben algunos detalles que tendrán mucho recorrido.

Según relata en el libro Capi, que se encargó del disco junto al maestro Eddy Guerin y Alejandro, el resultado fue un sonido muy espontáneo. En lo que no hay mucho cuórum es en si hay o no toques flamencos. Guerin asegura que no se muestran para nada, a pesar de que insiste en que «era muy libre». «Cuando nos presentaron, nos cantó cosas flamencas y además hablando se le notaba un cierto acento. Pero en el disco no», explica. Sin embargo, hay quien sí percibe muy sutilmente ese aire que años después será marca de la casa. También destaca por la calidad de sus letras, alejadas de la frivolidad y los tópicos habituales del género.

Viviendo deprisa fue el primer gran éxito de Alejandro Sanz, además de darle título a su primer álbum se ha convertido en el leit motiv de su carrera. A partir de ese momento todo fue en volandas. Las Navidades de 1991 y el concierto de Unicef suponen un punto de inflexión. Los echaron de su casa de Moratalaz. Tenían hasta denuncias de los vecinos. Los fans les hacían pintadas, les quemaban el telefonillo, se colaban por el garaje… No hay marcha atrás. A partir de entonces los asaltos discográficos vinieron, y siguen viniendo, con el seguro del éxito.