Desde que en julio miles de cubanos salieron a las calles al grito de «Patria y vida», el título de su canción, reconoce Yotuel que su vida y su música tienen otro sentido. El tema ha sido nominado a mejor canción urbana y canción del año en los Grammy Latinos
26 oct 2021 . Actualizado a las 14:37 h.Escapó Yotuel de Cuba con 23 años durante un intercambio escolar con estudiantes franceses. En París se unió a Orishas, grupo pionero en la fusión de los géneros urbano y latino. Pero fue España el país que catapultó a la banda. Y aquí se asentó Yotuel. Aquí conoció a su actual mujer, Beatriz Luengo, con quien ahora convive a caballo entre Miami y Madrid. También ella participa en Patria y vida, un canto a la libertad que se convirtió en el himno de las revueltas del pasado mes de julio contra el régimen cubano.
—«Patria y vida» ha puesto de nuevo de manifiesto que en determinadas situaciones la música puede llegar a jugar un papel más determinante que el de ningún discurso político.
—La música es capaz de mover montañas. ¿Por qué tú crees que siempre las dictaduras intentan acallar al arte? Porque el arte responde a la dictadura. Es un arma contra ella. O mejor dicho, un escudo para que la población se proteja. Patria y vida es un escudo para los cubanos. Cuando yo vi el 11 de julio a los cubanos saliendo a la calle por primera vez en la historia gritando «patria y vida» me di cuenta de que la música mueve montañas. A veces los artistas, sobre todo los más jóvenes, piensan que la música solo es Spotify, likes y visitas en YouTube y se olvidan de componer desde el corazón. Pero componiendo desde las entrañas se pueden cambiar muchas cosas.
—¿Cómo has recibido estas dos nominaciones a los Grammy Latinos?
—Como un reconocimiento a la libertad, un reconocimiento a esos miles de cubanos que salieron a gritar «patria y vida». Que ganemos o no ganemos me da igual. Ya el premio está dado. Que valoren esta canción para mí ya es un éxito.
—¿Qué es lo más bonito que te ha dado «Patria y vida»?
—Lo más lindo que me ha dado Patria y vida es el cariño y el amor de mi pueblo. El haber podido contribuir con mi música a un cambio, a una reflexión, a decir en voz alta lo que muchos quieren decir y no pueden... Esa es la gratificación más grande que me ha dado esta canción.
—Seguro que también te ha hecho sufrir, que ha provocado algo que te haya dolido.
—Por supuesto, acción y reacción siempre van paralelas. Y claro, todas las amenazas que he sufrido, las difamaciones, el intentar poner en mi contra a mis propios amigos de Orishas, son cosas que duelen. Pero como dicen mi madre y mi esposa, Beatriz Luengo, no existen guerreros sin cicatrices. Las cicatrices son las que te recuerdan que estuviste en la guerra.
—Y tú ya has estado en unas cuantas.
—Sí, desafortunadamente sí, pero mi apodo, desde niño, es Guerrero. Fíjate, arranqué mi carrera en solitario con un tema que se titula Rebelde. El no callarme, el encararme contra las injusticias y el abogar por el que no puede, eso me define. Ese soy yo. Ese es el motor que me mueve.
—¿Confías en poder regresar pronto a Cuba?
—Confío en la libertad y en que los cubanos podamos tener todos nuestros derechos y poder vivir como los ciudadanos de cualquier otro país democrático. No digo que todos los países sean perfectos. Ni España, ni Francia, ni Estados Unidos lo son, pero al menos tienes la libertad de poder elegir quién quieres que te gobierne y tienes la libertad de opinar. Eso es lo más importante que yo he conocido en la vida. ¿Tú sabes por qué les cuesta tanto procrear a los animales del zoológico, a pesar de que tienen veterinarios, les llevan la comida, tienen los mejores cuidados, los peinan, los bañan...? Pues porque no tienen libertad, hermano. Esa es la diferencia. Por eso yo prefiero seguir siendo un animal de selva y no uno de zoológico.
—Dices que ningún país es perfecto. Y, efectivamente, en España hay músicos que han pasado por los juzgados, han ido a la cárcel o se han exiliado por causa de las letras de sus canciones.
—Eso es tremendo. Yo estoy totalmente en contra de la violencia. Si por una letra como la de Patria y vida, que ni insulta ni ofende, me han dicho todo lo que me han dicho y me han intentado difamar, apresar y condenar, imagínate lo que me habría hecho Cuba si yo en la letra de esa canción incitase a la violencia. Yo siempre he sostenido que es muy importante que ni la palabra ni la violencia maten al mensaje. Mi padre siempre me decía, y yo se lo traslado también a mis hijos, que la razón siempre hay que saber defenderla, porque incluso teniéndola, si la defiendes mal, la pierdes.
—¿Te han hecho ofertas para participar en política?
—Sí. Pero a mí la política no me interesa para nada. ¿Y sabes por qué? Porque a mí ser músico me hace ser libre. Yo no represento a ningún partido. Y el día que Cuba sea libre, si llega un presidente y hace las cosas mal, pues le hago Patria y vida segunda parte. La libertad de no ser de nadie es lo que me permite a mí poder reunirme con todos. Vuelvo y te repito, sigo siendo un animal de selva, no quiero convertirme en un animal de zoológico.
—¿Qué te pasó con J Balvin? ¿Ya habéis hecho las paces?
—No nos ha pasado nada. Yo simplemente vertí mi punto de vista porque no estaba de acuerdo con el llamamiento al boicot a los Grammy que él propuso. Los Grammy son un momento único para muchos artistas que a lo mejor no tienen, como él, la oportunidad de estar nominado en muchas ocasiones. En el caso de Patria y vida, esta canción tiene mucha historia de sufrimiento detrás. Hay dos personas, Maykel Osorbo y Luis Manuel Otero Alcántara, que están presas por participar en esta canción. Entonces, coño, ¿cómo no vamos a ir a los Grammy a hacer promoción de esta canción y a denunciar lo que está ocurriendo en Cuba? Fue por eso que me enfadé. Pero ya hablamos y se aclaró todo. Hay una admiración mutua.
—Hasta hace unas semanas te pudimos ver en «MasterChef Celebrity». ¿Cómo fue esa experiencia?
—Fue increíble. Masterchef tiene la capacidad de desnudarte por completo. Su gran valor está en que consigue sacar y mostrar la verdad de los concursantes. La gente ve como tú eres realmente. No hay manera de esconder nada. Yo descubrí que, en realidad, dar de comer es como hacer música. Crear un plato es como crear una canción.
—En el programa se te vio como una persona muy generosa, dispuesta siempre a ayudar.
—Intento serlo en todas las facetas de mi vida. Mi padre siempre decía «hombre agradecido, hombre bendecido». Y yo intento ser agradecido con toda la gente que ha pasado por mi vida, porque gracias a lo que me han aportado todas esas personas, es que hoy soy lo que soy. Yo llegué, primero a Francia y después a España, como un inmigrante ilegal. Sin familia, ni perro, ni gato. Por eso sé lo importante que es que alguien te acoja y te ayude. ¿Cómo no voy a ser generoso y estar agradecido?
—¿Qué piensas ahora cuando escuchas decir en España a ciertos sectores que a los inmigrantes hay que expulsarlos?
—Me enfado, claro. Porque yo fui uno de ellos. Yo llegué a España sin papeles pero con un sueño y me acogieron de una forma increíble. Y mi primera esposa llegó embarazada de Cuba, también sin papeles, y la atendieron de puta madre. Y mi hijo nació aquí sin yo tener residencia... Toda esa gente que está en contra de la emigración no tiene nada que ver con lo que soy yo.
—¿Cuántas noches has soñado con cantar «Patria y vida» en La Habana?
—Todas las noches. No hay noche que no me acueste pensando en ese momento: en La Habana, cinco millones de personas en la calle, todos abrazados como hermanos, cantando Patria y vida. Y sé que eso va a llegar, sé que mi sueño algún día va a ser real.