El cineasta Radu Muntean se asoma al «abismo» entre el mundo rural y urbano

La Voz GIJON

CULTURA

El cineasta rumano Radu Muntean
El cineasta rumano Radu Muntean FICX

En el filme «Integralde», que se proyecta en la sección Albar del FICX, refleja el contraste entre la clase urbana acomodada y los habitantes de un pueblo de Transilvania con necesidades extremas

22 nov 2021 . Actualizado a las 18:10 h.

El director rumano Radu Muntean (Bucarest, 1971) se ha asomado al abismo que separa el mundo rural del urbano, en su último largometraje Integralde, que se proyecta en la sección Albar de la 59 edición del Festival Internacional de Cine de Gijón.

Escrita por el director con sus colaboradores habituales, Alezandru Baciu y Räzvan Rädulescu, la película narra las vivencias de un grupo de hombres y mujeres de una gran ciudad que llevan alimentos a pueblos pobres de Transilvania y se enfrentan a una cultura que desconocen.

El contraste entre dos formas de vida separadas por «un abismo», el de una clase urbana acomodada y el de los habitantes de un pueblo con necesidades extremas, se agudiza en las vivencias del protagonista Kente, interpretado por el actor no profesional Luca Sabin, y el grupo de voluntarios de una ong.

El personaje del leñador Kente fue variando a medida que avanzaba el rodaje porque Sabin, que había tenido esa profesión en los bosques de la zona, lo fue enriqueciendo con su propia experiencia, ha afirmado este lunes el director.

El encuentro entre María (Maria Popistazu), Llinca (Ilona Brezoianu) y Dan (Alez Bogdan) con Kente, en un gélido y deshabitado paraje de montaña, marca las diferencias desde el primer fotograma.

En la rueda de prensa en la que se ha presentado la película, Muntean ha dicho que buscó mostrar con el mayor realismo las diferencias entre «los dos mundos», en el que cada uno no sabe nada del otro.

El director ha planteado la pregunta de cuál de los dos mundos saca mayor provecho cuando se encuentran y ha puesto en cuestión el «altruismo» de la cooperación internacional cuando no logra cambiar la realidad de la pobreza.

El rodaje ha estado plagado de dificultades, «ha sido un reto», por la orografía y el clima extremo de la zona y por haberse desarrollado durante la pandemia de coronavirus, ha explicado el cineasta.

El director se ha manifestado sorprendido por la buena acogida que tuvo esta película en su país, donde el cine de crítica social no es del agrado de la mayoría del público, que se inclina más por las superproducciones estadounidenses, informa Efe.