El regreso de Albert Camus a la revolución de 1934 en Asturias

L.O.

CULTURA

La editorial Altamarea recupera la pieza teatral escrita sobre los acontecimientos por el escritor francés

21 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Llegó a haber una edición en castellano, de Ayalga, finales del siglo XX de una obra peculiar y precoz de Albert Camus dedicada una la revolución de 1934 en Asturias, el texto de una representación teatral vanguardista para su tiempo que buscaba un autor coral y una implicación grupal de la audiencia. Sus ejemplares eran ya casi imposibles de encontrar pero la editorial Altamarea ha lanzado desde el 19 de enero la reedición Rebelión en Asturias, del francés.

El título bien pudo ser otro, Camus jugó con la idea de titular la pieza La nieve «de tener que elegir otro título, hubiéramos tomado el de La Nieve. Más adelante se verá por qué. En noviembre cubre las cordilleras de Asturias. Y, hace dos años, se extendió sobre aquellos de nuestros camaradas muertos por las balas de la Legión. La historia no ha guardado sus nombres».

Era 1936, sobre la Pascua, en Argel, un joven Camus que todavía está lejos de imaginar que diría que «fue en España donde los hombres aprendieron que es posible tener razón y, aun así, sufrir la derrota, que la fuerza puede vencer al espíritu, y que hay momentos en que el coraje no tiene recompensa»; escribe en dentro de un colectivo la obra sobre os sucesos de Asturias y los autores la subtitulan 'ensayo de creación colectiva' se trata de superar la suma de las creaciones individuales mediante una acercamiento a la producción industrial de la producción artística, se busca «demostrar que la creación autoral es posible dentro de un grupo».

La puesta en escena es rompedora: buscando confundir el escenario con las butacas, mezclando los lugares de Asturias y Madrid, utilizando la radio como un actor más de la trama. La primera acotación describe: «El decorado envuelve y presiona al espectador, le obliga a formar parte de una acción que los prejuicios tradicionales le llevarían a ver desde el exterior. No está delante de la capital de Asturias sino dentro del mismo Oviedo, y todo gira en torno a él, que se convierte en el centro de la tragedia. El decorado ha sido concebido para impedir que se defienda. A cada lado de los espectadores, sendas calles de Oviedo: ante ellos una plaza pública a la que da una taberna. En el centro de la sala, la mesa del Consejo de Ministros, y sobre ella un gigantesco altavoz que se supone es Radio Barcelona. La acción transcurre en esos diversos planos, alrededor del espectador, obligado a ver y a participar según la perspectiva geométrica singular. Idealmente, el espectador de la butaca 156 ve las cosas de modo distinto al espectador de la butaca 157».

Entre el 5 y el 6 de octubre de 1934, grupos armados de socialistas, anarquistas y comunistas, que fraguaron en Asturias el lema «Uníos Hermanos Proletarios» y sus siglas UHP, se lanzaron a la conquista del poder político por la fuerza. En apenas dos días habían sometido, muchas veces con dinamita, la práctica totalidad de los 95 cuarteles de la Guardia Civil que se repartían en la región, se habían impuesto en batalla abierta en La Manzaneda a tropas policiales y militares lo que les permitió entrar en Oviedo hasta la plaza del Ayuntamiento. Dominaban también las fábricas de armas de Trubia y de La Vega, en la capital, lo que les permitió ampliar su arsenal y contar con cañones y, además, se preparaban para hacer frente en Campomanes a la llegada de batallones regulares llegados desde la meseta.

Pero la revolución no había triunfado en ningún sitio más y fueron doblegados por el gobierno conservador de la República y tropas coloniales comandadas por Francisco Franco. El balance de la revolución fue terrible, dejó Oviedo casi destruida, una ciudad que además padecería con fuego y sangre los rigores de la Guerra Civil apenas dos años después, ardió la biblioteca histórica de la Universidad de Oviedo, se tiroteó (allí se refugiaron soldados) la torre de su catedral, saltó por los aires su cámara de tesoros de valor incalculable. El debate sobre las perdidas humanas es encendido pero rondan el millar y; además, al final de la revuelta le siguió una etapa de represión muy cruel con numerosas denuncias de torturas y ejecuciones arbitrarias.