«Nuevo sabor a cereza»: la serie de terror convertida en reto viral por obra de TikTok

CULTURA

Se estrenó el año pasado, pero ha resurgido como una de las más vistas en Netflix por una escena concreta que pocos espectadores aguantan

19 abr 2022 . Actualizado a las 09:08 h.

Algo ha pasado con Nuevo sabor a cereza —serie de terror de Netflix tras la que está Nick Antosca, autor de la celebrada Channel Zero—, para que pasase con más pena que gloria por la plataforma cuando se estrenó, el verano pasado, y ahora resurja del fondo del catálogo como una de las series más vistas de las últimas semanas. Y este milagro se ha obrado gracias a las redes sociales, particularmente TikTok, en donde se ha convertido en un reto el hecho de grabar la reacción del personal cuando se enfrenta a una escena concreta de esta serie. La enjundia viral llega en el episodio 4, más concretamente en el minuto 35, como aparece bien localizado en estos vídeos rituales. La protagonista, que lleva toda la serie vomitando viscosas crías de gato (sí, tal cual les cuento) descubre en su costado una herida purulenta que parece el bolso de Mary Poppins, pues lo mismo sale de ahí un gato que entra medio brazo —y lo que tercie— de un joven y apuesto actor con el que mantiene un encuentro sexual que más parece una cirugía torácica que una escena erótica. Soportar este pegajoso duelo sicalíptico —que, por cierto, poco o nada aporta a la trama— sin apartar la mirada ni hacer mueca de náusea parece misión imposible para los jóvenes usuarios de esta red china, acostumbrados a bailes y colores pero con ciertas carencias de estómago y cultura gore.

 Por lo demás la serie cuenta la historia de una joven cineasta que quiere abrirse camino en el cruel Hollywood, donde se topa con un productor que intenta aprovecharse de ella, así que recurre a una bruja que, a base de conjuros y maldiciones, termina montando un guirigay de aúpa. El encanto de todo esto reside en las referencias a grandes maestros del género, con unas atmósferas inquietantes y surrealistas al más puro estilo Lynch, guiños viscerales a la Nueva Carne de Cronenberg y unos juegos de colores que pueden recordar a Darío Argento. Pero cuesta encontrar más chicha entre tanta asadura.

Háganse un favor y, a no ser que sean fans del cine de menudillos, no busquen la escena en cuestión. Avisados quedan.