El «feísmo» ya es tendencia arquitectónica

CULTURA

Vivienda Daita2019, en Tokio (Japón), de Suzuko Yamada.
Vivienda Daita2019, en Tokio (Japón), de Suzuko Yamada. TASCHEN

Taschen publica «Homes for Our Time 2», un compendio de los nuevos enfoques en la construcción de viviendas, que en muchos casos sacrifican la estética tradicional en favor de la diversidad, el uso de materiales reciclados y la eficiencia energética.

01 nov 2022 . Actualizado a las 17:50 h.

La historia de la arquitectura moderna se ha escrito principalmente desde una perspectiva occidental y masculina, pero eso se terminó con el siglo XX. Ya no hay un estilo predominante _es probable que nunca lo vuelva a haber_ y desde luego no hay eso que pomposamente se denominaba «tradición y modernidad». Los nuevos ejemplos de viviendas se mueven entre lo modesto y lo extravagante, incluso lo que aquí podríamos denominar «feísmo» si solo nos fijamos en la piel exterior del edificio; pero sus autores tratan de responder a una revolución: ¿qué papel desempeñan los hogares ante las amenazas a las que se enfrenta nuestro mundo? ¿Cómo pueden impulsar la innovación?

La editorial Taschen ha editado Homes for Our Time 2 (Hogares de nuestro tiempo 2), segundo volumen de una obra en la que Philip Jodidio analiza la arquitectura diversa y sostenible del futuro, con descripciones precisas, planos y fotografías cedidos por los estudios. En sus 464 páginas hay más de 60 edificios construidos en Vietnam, Sudáfrica, India o China, entre otros países, proyectados por hombres, mujeres y colectivos que marcan el final de esa era en la historia de la arquitectura.

Un buen ejemplo es la vivienda que ilustra este artículo, firmada por Suzuko Yamada, quien recuerda una experiencia en un bosque de Ruanda donde un grupo de gorilas parecían sentirse como en casa pese a no tener paredes ni un techo bajo el que cobijarse. «Me planteé si sería posible una casa como esta en una zona residencial de Tokio, donde la vida estuviera suavemente rodeada por capas de alambrada y objetos que crearan una variedad de profundidades, y donde la luz solar y las miradas de los transeúntes que pasan por la calle se mantuvieran a distancia». En este proyecto no hay paredes entre la casa y el jardín, sino elementos de acero, vigas y postes de un solo tubo y riostras. La vivienda, cuyo interior es de madera, se planteó para poder cambiar su forma con facilidad. La web especializada dezeen.com le concedió el premio a la Mejor Casa Urbana del año 2020.

En The Parchment Works, en Northamptonshire (Reino Unido), Will Gamble trabajó en una casa victoriana con doble fachada considerada un edificio histórico de grado 2. Cerca se encuentran las ruinas una antigua fábrica de pergaminos y el cliente quería demolerlas para ampliar la vivienda. El arquitecto le propuso insertar dos volúmenes ligeros entre los muros de ladrillo existentes (utilizó acero Corten, ladrillos recuperados y madera de roble), y también remodeló un establo para dejar a la vista sus elementos estructurales y muros de piedra, añadiéndole un basamento de hormigón. Gamble demostró así que los vestigios del pasado son perfectamente compatibles con una construcción moderna.

Un proyecto similar es la casa en Campo de Ourique (Lisboa), de los hermanos Aires Mateus, que revelan su capacidad para intervenir en un espacio industrial y hacerlo ligero, espacioso y contemporáneo, manteniendo elementos preexistentes como una chimenea de ladrillo.

Con un presupuesto de solo 40.000 dólares, el arquitecto local Palinda Kannangara construyó la Frame Holiday Structure en Imaduwa (Sri Lanka). Una casa hecha con andamiaje de acero, ladrillo visto y suelos de madera, que se edificó en solo cuatro meses para un batería de jazz y música étnica. Dado que la parcela está expuesta a frecuentes inundaciones, la solución fue elevar la estructura sobre andamios. Hay tres plataformas principales, una zona para comer y de despensa y dos alas de dormitorios, todo conectado por pasarelas ligeras. El mobiliario de fabricó con materiales recuperados o restos hallados en el lugar. 

Ensamble Studio, liderado por el madrileño Antón García-Abril, es conocido en Galicia por las pétreas Escola de Altos Estudos Musicais de Compostela y la sede de la SGAE en Santiago, además de su proyecto experimental A Trufa, en la Costa da Morte. En Menorca ha ejecutado uno de los trabajos más espectaculares de los recogidos en Homes for Our Time 2, la casa Ca´n Terra, construida en lo que queda de una cantera. En estos huecos tallados por la extracción de bloques de piedra se abrieron tragaluces para dotarlos de iluminación natural y se crearon algunos espacios con cemento y roca autóctona pulverizada, añadiendo paneles solares, una fosa séptica y una cisterna de agua. El resultado, explica García-Abril, es una «casa de la tierra: al principio era solo eso, tierra, que se extraía con una lógica industrial; una vez vaciada, se abandonó y se redescubrió cien años después para ser transformada en arquitectura».

Otras viviendas singulares son Hourglass Corral, en Milos (islas Cícladas, Grecia), de Deca Architecture, que se basa en los diagramas del matemático ucraniano Georgui Voronói (1868-1908) para dibujar sobre el paisaje rural una retícula geométrica de celdas, cada una de las cuales se corresponde a un uso definido (cuentan con lucernarios practicables); o 150 Steps Up to the Sea, de Gurjit Matharoo, en Gujarat (la India), diseñada de acuerdo con las reglas de la construcción india tradicional vastu shastra, y que conecta sus cinco niveles con un paseo escalonado de 150 peldaños que remiten al famoso cuadro de Escher o incluso a los interiores de la prisión de El juego del calamar.

Casa Fortunata, de Luciano Lerner Basso, en Brasil, se adapta a la naturaleza circundante: fue construida alrededor de un árbol de una especie en peligro de extinción y se asienta sobre pilotes para no perturbar el suelo forestal; y la Loom House de Miller Hull, erigida cerca de Seattle, ha sido calificada como «la renovación del hogar más ambiciosa del mundo desde el punto de vista medioambiental», debido a su uso de materiales reciclados y eficiencia energética.

En el libro, que cuenta con un amplio prólogo de Philip Jodidio y es una edición plurilingüe (en español, inglés e italiano), figura también el estudio formado por el italiano Fabrizzio Barozzi y el gallego Alberto Veiga, que participan con dos proyectos de remodelación de apartamentos en Barcelona. Emprendidos junto a sus respectivas parejas, Cecilia Rueda y María Díaz, el uso de tabiques móviles, paletas de materiales gris claro y cubiertas de espejo que realzan las perspectivas, junto al suelo de microcemento, conforman unos espacios flexibles, limpios y precisos.