Antonio de la Torre: «Mi primer maratón fue muy duro, por eso le colgué esa medalla al Goya»

CULTURA

Antonio de la Torre en el pasado festival de San Sebastián.
Antonio de la Torre en el pasado festival de San Sebastián. Javier Etxezarreta | EFE

Sevilla tendrá un color especial este sábado, en que Antonio de La Torre y Clara Lago debutan como presentadores de la gala de los Goya. «No somos Silvia Abril y Buenafuente», avisan. Él cuenta con que al día siguiente a la gala lo van a poner a parir, pero afronta el reto

09 feb 2023 . Actualizado a las 18:59 h.

El actor más nominado de los Goya (14 nominaciones, dos cabezones) corre un poco todos los días, tiene la medalla de su primer maratón colgada del primer goya y lleva un maratón de 30 años en el oficio de ponerse en la piel de otros. Lo que le falta de paciencia lo tiene de sensibilidad, de empatía. Tras dar un volantazo que le llevó a soltar el micro de presentador deportivo a cambiar con frecuencia de papel en la vida, brilló con toda la oscuridad en AzulOscurocasiNegro y El reino. Antonio de la Torre (Málaga, 1968) no se llevará el cabezón once again en la noche del cine español. Pero se ha llevado ya el premio trending topic del público por el mensaje que lanzó en Twitter tras ser nombrado, junto a Díaz Ayuso, alumno ilustre de la Complutense. «Para mí la palabra libertad significa tener recursos para pensar por mí mismo. Mi padre murió cuando estaba haciendo COU y mi madre era ama de casa y analfabeta. Pude estudiar por una beca y estudié toda mi vida en medios públicos. He logrado llegar a la libertad gracias a la educación pública», soltó el actor que creció escuchando a José María García.

Antonio está en ese 8 % de los actores que pueden permitirse el lujo de rechazar un papel. ¿Cómo es su día a día? «Me levanto, llevo a los niños al cole, voy a correr, preparo la comida, llamo a Bigarren [su representante] para saber si las aceitunas y los calabacines están bien, llevo a los niños a las extraescolares, leo un guion si lo tengo y, si no, no...». Vamos, un día normal. «Es que los actores llevamos una vida muy normal».

—¿No dirás que te impone presentar los Goya a estas alturas del partido?

—¡Por supuesto que impone! Me impuso cuando me lo propusieron de la Academia. Pero he pasado de la fase «vaya marrón» a «vaya honor». Y hay otra cosa: como este año no me han nominado, ¡presento! Han roto la tradición de nominarme... Pedirme que presente los Goya es un «No te hemos dejado de nominar; ahora que te pedimos presentar no puedes negarte».

 —Tienes tablas como presentador en Canal Sur. Nos contaste una vez que de chaval tú querías ser Butanito.

—Sí, pero el formato es muy distinto. Fui presentador de deportes en Canal Sur hace muchos años. Y un año presenté la gala de los Feroz, pero conducir los Goya es lo más potente que yo me pueda imaginar en mi sector.

 —¿Cómo se presentan los Goya?

—Con una cosecha de películas muy buenas y con temas muy variados, lo cual nos da juego. No va a ser un «Antonio de la Torre presenta...».

 —Inolvidable «El reino» y el guiño a Chiquito al recoger el Goya a Mejor Actor en el 2019: «¡Hasta luego, Lucas!, por la gloria de mi madre...». ¿Habrá guiño a Chiquito esta vez?

—De momento no, pero igual después en la gala me vengo arriba... 

—La medalla por tu primer maratón se la colgaste al primer Goya. ¿Sudar la gota gorda para ganar uno?

—Suelo correr todos los días, pero me puse hace poco. Llega un momento en que dices: «Tío, o te pones o no llegas a tiempo». Un momento en que el cuerpo te va a retirar antes de haberlo intentado. Ese primer maratón que corrí fue algo duro, pero muy hermoso. Cuatro horas corriendo. Y, al final, queda una sensación placentera... Parece sacado de un libro de autoayuda: «La satisfacción es directamente proporcional al esfuerzo». Cuando gané el Goya, vi el premio a muchos años de esfuerzo; por eso le colgué la medalla. 

—Mucho fondo, dos goyas. ¿Qué otras cosas has ganado con el tiempo?

—Lo mejor que tienen los años es que te quitan los miedos. Sigo teniendo inseguridades, pero necesito menos la aprobación de la gente. Hace 15 años habría sido incapaz de aceptar el reto de presentar los Goya. Sé que, al día siguiente de la gala, me van a poner a parir en redes. No me va a hacer gracia si tal cosa sucede, pero tengo herramientas para sobrellevar el fracaso. Ahora sé más quién soy. Ahora estoy con mi representante, que es un hermano para mí, y vamos a tomar una cervecita para celebrar el trabajo hecho... Y con esas pequeñas cosas, como diría el maestro Serrat, pues uno va tirando en la vida. 

Los actores Antonio de la Torre y Clara Lago posan en un photocall a su llegada a una rueda de prensa de la gala de los Goya 2023.
Los actores Antonio de la Torre y Clara Lago posan en un photocall a su llegada a una rueda de prensa de la gala de los Goya 2023. Gustavo Valiente

—¿Qué te parece lo mejor de la gran familia del cine español?

—Su capacidad de resistencia, su diversidad, cómo está irrumpiendo la figura femenina en nuestro cine... Tenemos, por ejemplo, a Carla Simón, la primera directora española en ganar el Oso de Plata en Berlín.

 —¿Una carrera se construye con los noes, como dice Eduard Fernández?

—Estoy de acuerdo con Eduard, pero eso lo podemos decir él o yo, que estamos en ese 8% de los actores que vivimos de esto. El 92% de mis compañeros no se puede permitir decir que no, hacen un papel y se van, a trabajar en un bar, por ejemplo. 

—¿Los Goya tienen una deuda pendiente con la comedia? Caso Santiago Segura. ¿La academia no aprecia lo que la taquilla bendice?

—Sí, pasa en todas las academias... Pero tener éxito de público no sé si será mejor que que te den un goya.

 —¿Te sientes reconocido?

—¡Cómo no, joder! No puedo pedir más.

 —¿Un propósito para el 2023?

—Ser feliz, estar tranquilo, vivir cada momento. Un poco eso.

 —¿Sevilla tiene un color especial también para un malagueño?

—Sí, ¡es que llevo 20 años viviendo allí!

 —¿De qué papel te sientes más orgulloso?

—El año que hice El reino me sentí muy feliz, también por La noche de 12 años, que me supuso el reto de perder 16 kilos. Fue un año glorioso, divertido. Y me lo devolvió la vida en premios.

 —¿Cómo es un día normal para ti?

—Me levanto, llevo a los niños al cole, voy a correr, preparo la comida, llamo a Bigarren [su representante] para saber si las aceitunas y los calabacines están bien, llevo a los niños a las extraescolares, leo un guion si lo tengo y, si no, no... Los actores llevamos una vida muy normal.