Alfonso Zapico: «La Revolución del 34 cambió la conciencia obrera»

Fernando Molezún A CORUÑA / LA VOZ

CULTURA

El historietista asturiano Alfonso Zapico, en la librería Alita Cómics.
El historietista asturiano Alfonso Zapico, en la librería Alita Cómics. Germán Barreiros

El autor de cómics asturiano cierra su tetralogía «La balada del norte»

18 abr 2023 . Actualizado a las 04:29 h.

Le ha llevado casi diez años y mil páginas a Alfonso Zapico (Blimea, Asturias, 1981) culminar su retrato de las protestas que tuvieron lugar en 1934 en la cuenca minera asturiana. Este lunes presentó en la sede de la UNED de A Coruña, en el ciclo Encontros con escritores, el cuarto y último tomo de La balada del norte, una de las más ambiciosas obras que ha dado el cómic español en su historia: «Tengo cierta sensación de orfandad, porque cuando terminé estaba ya muy cómodo con estos personajes. Pero es un final tramposo, porque ahora paro, dejo la historia y hay un desenlace, pero en cualquier momento puedo seguir tirando del hilo», admite.

El ilustrador, que recibió el Premio Nacional de Cómic por su biografía de James Joyce Dublinés, es el primer sorprendido cuando echa la vista atrás y comprueba la dimensión de esta tetralogía: «Nunca pensé que daría para tanto. Pensaba en hacer un libro sobre el tema, tenía en la cabeza la historia, pero no me había documentado demasiado. Cuando empecé a saber más fue cuando desembocó el primer libro en el segundo, y este en el tercero... Y he cortado, pero podría haber seguido. Porque todo lo que me ha contado la gente daría para cuatro libros más», asegura. Y esos libros llegarán en su momento, aunque por ahora se tomará unas vacaciones de Montecorvo, la localidad ficticia donde se desarrolla la acción: «Ha sido un trago muy largo, así que voy a hacer cosas diferentes durante una temporada. Pero sé que volveré sobre esta historia. Me ha costado mucho construir Montecorvo y no quiero abandonarlo para siempre».

Si la historia daba para más, ¿por qué decidió ponerle un final? «Había que cerrarla de alguna manera. La estructura era perfecta: el primer libro te pone en contexto, la época, los personajes; el segundo cuenta la revolución; el tercero, el final de esta; y ya el cuarto, el final de los protagonistas».

La balada del norte utiliza a estos personajes ficticios, pero con base real, para abordar un capítulo de la historia de España que, según sostiene Zapico, nunca recibió la atención que merece. La proximidad de la Guerra Civil y los cuarenta años posteriores suponen una sombra que oscurece constantemente la narración: «Pero se puede sacar algo positivo de aquella tragedia, y es que cambió la conciencia obrera de todo un territorio. Yo nací en el 81, y esa conciencia continuaba, como una herencia genética. Hay una singularidad en esa sociedad que, aun sabiendo que están condenados a perder, se meten en una lucha sin dudarlo. Es la moraleja que queda».

Madina y Muguruza

El historietista siempre ha mostrado cierto gusto por los temas sociales y valentía a la hora de afrontarlos. En otra obra suya, Los puentes de Moscú, juntó al político Eduardo Madina y al músico y activista Fermín Muguruza para intentar tender puentes de diálogo entre las dos orillas del conflicto vasco, algo de lo que es muy fácil salir escaldado: «Sabía que me metía en un jardín peliagudo. Pero la diferencia es que en Los puentes de Moscú me limité a dibujar lo que los protagonistas me contaban. Fue una labor periodística. Pero la de La balada del norte es una historia de la que me siento parte, es como si hablase de mí. Me expongo, me explico y cuento de dónde vengo. Así que al final fue casi un jardín más complejo», explica el autor.