Radiografía al ultra ruso

francisco pastor REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

LEON NEAL

Los hinchas radicales de origen eslavo se destacan por su tibia relación con el fútbol y extrema violencia

19 jun 2016 . Actualizado a las 19:03 h.

El fútbol europeo está secuestrado por la violencia de los hinchas radicales. La Eurocopa se ha convertido, tal y como reflejan las camisetas de algunos ultras, en un auténtico Tour de France del hooliganismo.  En esta espiral destructiva, emerge la figura del radical ruso, mucho más temible que los ya conocidos hinchas ingleses, italianos, alemanes, holandeses o españoles. Estas son algunas de las características que le diferencian de sus salvajes homólogos del resto de Europa:

 Tradición

«El fútbol es lo de menos», proclaman. Apenas 25 años de historia respaldan a los grupos radicales más antiguos de Rusia, surgidos tras la caída de la Unión Soviética. Pero su progresión violenta ha superado con creces al espejo en el que se miraban: los hooligans ingleses. De hecho, han logrado vaciar los estadios rusos del resto de aficionados no violentos. La Eurocopa, según expresan en su camiseta «Tour de France» donde señalan sus objetivos, les ha brindado una excusa perfecta para exportar su violencia. «El fútbol es lo de menos», han llegado a proclamar.

 Crimen organizado

Son grupos paramilitares con «casting» y entrenamientos específicos. Las peleas organizadas en los bosques para seleccionar a los soldados de estos grupos paramilitares que no solo se dedican a la violencia deportiva sino que son contratados como sicarios o guardaespaldas son una mera anécdota en los entrenamientos desarrollados en gimnasios específicos que incluyen combate cuerpo a cuerpo, artes marciales, deportes de contacto... Su preparación física es específica.

 Consumo de sustancias

No toman alcohol pero sí drogas potenciadoras. En contraposición a los británicos, que suelen actuar bajo los efectos del alcohol y a base de quedadas en las fechas de los partidos, los rusos evitan el consumo de bebidas que mermen sus capacidades, pero optan por drogas potenciadoras y atacan a sus víctimas sin condicionarse por la celebración del evento deportivo.

 ¿Quiénes son?

Comparten grupo traficantes de armas con profesores y enfermeros. Frente al perfil bajo de los hooligans ingleses, los radicales rusos, con una media de edad de unos treinta años, pertenecen en su mayoría a dos órdenes sociales: profesionales liberales de clase media alta con capacidad económica para sufragarse los viajes y las multas derivados de sus actos violentos (entre los que también se encuentran ultras que son relaciones públicas, enfermeros en hospitales o incluso profesores); o bien profesionales de la delincuencia y miembros de organizaciones criminales dedicadas al tráfico de armas o a la trata de mujeres, entre otras actividades ilícitas. Muchos grupos, como la Unión de Seguidores de Rusia fundada en el 2007 y su líder Alexander Shprigin reciben apoyo de la federación y el gobierno rusos.

 Armas

Dicen que solo usan los puños, pero aprovechan todo tipo de elementos urbanos. La realidad es que los ultras rusos acuden al uso de armas blancas, puños americanos, bates y todo tipo de armas, aunque en sus códigos internos digan que solo utilizan su cuerpo como arma. Además, son formados en tácticas de guerrilla urbana, con las que aprenden a utilizar como armas el mobiliario, utensilios y elementos como los espejos retrovisores de los coches que estén aparcados por la zona de la batalla campal. También son formados en estrategias y movimientos específicos.

Estética

Apuestan por marcas fetiche, ropa ligera de camuflaje y tatuajes. Como en las maras, los tatuajes definen el compromiso de cada miembro de la banda criminal. Por lo demás, se someten a la estética del ultra futbolístico, que apuesta por un lado por marcas exclusivas de elevado precio o con gran carga ideológica; y por el otro, por la ropa ligera y camuflaje urbano con complementos como gorras, sudaderas, pañuelos, bufandas con utilidad específica en las cargas multitudinarias.

 Ideología

Son ultranacionalistas de extrema derecha. A pesar de haber nacido al abrigo de militares que lucharon contra el nazismo, los radicales rusos defienden una ideología de extrema derecha, nazi y racista, con marcado acento ultranacionalista.