«Firmaría ganar una medalla en cualquiera de las tres pruebas»

DEPORTES

PAULO ALONSO

Reconoce que la puesta a punto de Nadal no ha sido la idónea, pero confía en que volverá a ser competitivo

04 ago 2016 . Actualizado a las 17:48 h.

A los 55 años, Toni Nadal vive sus primeros Juegos Olímpicos, y se confiesa algo incómodo por las molestias de transporte y logística de un evento tan mastodóntico. Con todas las cautelas que siempre acompañan sus reflexiones, explica la triple apuesta de su sobrino y pupilo, Rafa Nadal, que no compite desde mayo y todavía tiene molestias de su última lesión de muñeca. En los sótanos del estadio de tenis de Río de Janeiro atiende a La Voz justo después de anunciarse la decisión tras una intensa charla en plena pista.

-En la decisión de jugar las tres pruebas, individual, dobles con Marc López y mixtos con Garbiñe Muguruza, ¿ha pesado más el factor emocional que el racional?

-Ha pesado que él se ha visto en condiciones de jugar y evidentemente hace un esfuerzo cuando es una competición de este calibre.

-A la hora de decidir influye que el evento sean los Juegos.

-Sí, claro. Hay dos temas. Uno, que es lo que hablamos con el médico [Ángel Ruiz Cotorro] y la capitana [Conchita Martínez] es que, vistos los entrenamientos, el nivel parece suficiente -luego ya veremos en la competición-. Y luego las molestias que uno pueda tener son las normales, según el doctor, y en teoría irán remitiendo a medida que pase el tiempo. Hace diez días estaba el tema más complicado, pero a día de hoy creo que está entrenando a un buen nivel y por esta razón se ha tomado esta decisión.

-Un jugador con su prestigio no sale a jugar de cualquier forma. Está para competir con los mejores.

-Eeeeh (pensativo).

-Entiende lo que quiero decir.

-Sí, lo entiendo. Uno sale a jugar. Y uno siempre tiene la ilusión de hacerlo bien. ¿Que la preparación con la que hemos llegado a aquí no es la idónea? No es la idónea. Ojalá hubiéramos podido jugar completamente Roland Garros, Wimbledon y todo. Pero uno siempre confía en ser competitivo en el momento en que llegue el nivel y, bueno, si tienes la suerte de tener un buen cuadro, pues rascar una medalla. Esto es en lo que uno confía. Si uno supiera que la posibilidad es cero, pues no, no sale. Ahora, ¿es fácil? No, no es fácil.

-Durante estos días habló de centrar esfuerzos en la prueba en la que Rafa tuviera más opciones de medalla. Se interpretó que se refería al mixto junto a Garbiñe Muguruza, ¿o hablaba individual?

-No, no. Al final, aquí no es un torneo normal. En un torneo normal uno no se plantea ni el mixto ni el dobles. Tú no vas a Roland Garros pensando en eso. Ahora sí, aquí firmaría ganar una medalla en cualquiera de las tres pruebas. Esta es la realidad. Si ahora me dicen que vamos a ganar la medalla en mixtos y vamos a perder lo demás, te lo firmo. Aquí lo que uno pretende es que el medallero español crezca, nada más. Si no, no estaríamos aquí.

«Mi imagen de los Juegos es la de Barcelona 92»

El tenis regresó al programa olímpico oficial en los Juegos de Seúl 1988. Y en tan solo unas cuantas ediciones se consolidó como un evento casi a la altura de los grand slams. Ese prestigio se lo dio el compromiso de las grandes estrellas, con sacrificios como el que Nadal hará al reaparecer en Río con molestias en la muñeca, algo que no haría por otro torneo. No sucede así esta vez con el golf, con la renuncia de los cuatro mejores jugadores del ránking mundial. «No sé exactamente el problema que hubo para que muchos de los golfistas no vengan. A veces el COI también debería facilitar más las cosas a los deportistas», entiende Toni Nadal.

-¿La organización de Río está a la altura que merecen los Juegos?

-Cuando acaben, cada deporte evaluará cómo han ido. Nosotros, jugadores y entrenadores, aquí tenemos muchos más problemas que en un torneo normal.

-Le encanta la historia. ¿Qué momento del olimpismo elige?

-Como espectador y como español, me quedo con el oro de Fermín Cacho en 1.500 en Barcelona 92. Y el 10 de Nadia Comaneci fue algo increíble, y los siete triunfos de Mark Spitz en el 72, cuando yo era muy joven. O la final de Carl Lewis y Ben Johnson en Seúl, cuando no sabías quién era el mejor, mientras que hoy en día sabes que en teoría Usain Bolt tiene que ganar. Hubo muchos momentos muy emocionantes, pero mi imagen es la de Barcelona 92, con todo lo que significó el movimiento olímpico para los españoles. En todas las épocas hay gente que marca. Pero algunos iconos marcan un poco más. No sé si Nadia Comaneci fue la mejor de la historia por medallas o no, pero lo que hizo supuso un bum y trascendió a la gimnasia, como Mark Spitz en la natación. Siendo Phelps mejor que Spitz, ya estás habituado. Los primeros son los que marcan. A mí uno de los momentos que me quedó grabado fue la entrada en la meta de Fermín Cacho.