El árbitro del Espanyol-Twente abandona el campo tras expulsar a Piatti

DEPORTES

Las airadas protestas de los jugadores pericos tras una roja molestaron al árbitro que se marchó del campo

02 ago 2017 . Actualizado a las 21:06 h.

No es habitual ver tarjetas rojas en un amistoso. De ahí que cuando el colegiado holandés de la pachanga veraniega que el Espanyol y el Twente disputaban en Holanda expulsó al centrocampista perico Pablo Piatti los ánimos se caldeasen. No debió de entender tanta polémica el árbitro que, con actitud de hierro y el reglamento en la mano, hizo honor a su profesión y a su profesionalidad entre una maraña de críticas a tan severa decisión. No estaba para bromas y menos para empujones, que alguno se vio en el Sportpark Heeckeren, el modestísimo estadio donde se vio semejante rareza futbolística. Era un plan veraniego muy poco apetecible para el trencilla. Le tocaba trabajar en el mes de agosto y Bas Niljsjaus (que así se llama el colegiado) dijo basta. Cogió el balón y se marchó. Así, sin más, con todo el mundo sin entender lo que pasaba, abandonó el campo. El cronómetro se paró con el empate a cero inicial. Corría el minuto 61.

Se vivieron momentos de suspense, y eso que no es fácil añadir suspense a un partido de pretemporada. Pero Bas Nilsjaus lo conseguió. Calentaban sobre el terreno de juego los suplentes de ambos equipos a la espera de que la situación se resolviese de una manera u otra. «El árbitro suspende el partido» comunicaba el Espanyol en su Twitter pero no daba más datos. ¿Habría desenlace? ¿Amnistiaría el colegiado a Piatti o daría una lección al panorama futbolístico enseñando al mundo que las normas son las mismas en agosto que en el mes de mayo? Fue el propio club catalán el que desveló el desenlace con un giro argumental a la altura de la trama con un un mensaje elegantemente cruel en un día como el de hoy.

«Se queda» decía el club perico en la red social. Parafraseando el que, ya lo advertimos, será uno de los tuits más recordados de Gerard Piqué anunciando la continuidad de Neymar. El culebrón presenciado en este campo modesto de la lejana Holanda al menos tuvo final feliz.