En el último trago de Iniesta

DEPORTES

LEE SMITH | REUTERS

El futbolista indiscutible disputa su última final con el Barça antes de emigrar a la liga china

21 abr 2018 . Actualizado a las 00:15 h.

José Alfredo Jiménez fue portero. Jugó en la primera división mexicana, en un equipo que se llamaba Marte y tuvo estadio en el DF antes de irse a desaparecer a Cuernavaca. José Alfredo Jiménez fue además cantante y reconocido bebedor, y antes de desaparecer también por culpa de una cirrosis, dejó escrita y cantada una canción de despedida que luego versionaron la Vargas y Calamaro. En el último trago habla de bebida y de adioses cuando el amor sigue en pie. Habla del fútbol y de Iniesta. De Iniesta, que deja el fútbol cuando la relación atraviesa todavía un buen momento. No el mejor momento, el de los seis títulos en una temporada, o el del único gol en una final del Mundial para la Historia de España en el año que ganó el balón de oro sin que nadie lo supiera. Pero en un buen momento. De Liga amarrada y final de Copa. El último trago de Iniesta en el Barça donde creció hasta una altura inverosímil para un joven de Fuentealbilla de metro setenta. Hasta superar por alto rivalidades y complejos propios del deporte que practica y convertirse en futbolista indiscutible en un país en el que todo se discute. Desde el himno a los minutos de añadido. Se va a China, Iniesta, a practicar fintas, controles y conducciones de largo recorrido en el Chongquing Dangdai Lifan. Y a vender vino.

El jugador aplaudido en cada campo -también en el Wanda, en el que hoy pondrá en juego su último título en azulgrana, con el de la regularidad resuelto a falta de un trámite matemático- es empresario además de artista y representará en el Lejano Oriente a la familia que apellida y a unas bodegas a su nombre. Su nuevo club lo tiene todo para el negocio; un dueño que lo es también del Granada y de un fondo de inversión asociado a Gerard Piqué y a Media Base Sports, la agencia de representación controlada por Mediapro y Pere Guardiola, el hermano de quien entrenara a Iniesta en, aquella sí, su mejor temporada en el Barça.

El jugador, de 34 años aún por cumplir, pasará tres temporadas en China, según anunció ayer el canal PPTV, operador de televisión de los derechos de LaLiga. Antes de irse a desaparecer de los mejores momentos del fútbol de alta exigencia, con dieciséis campañas inmaculadas, más de sesenta goles, ciento cuarenta asistencias, cero expulsiones y 33 trofeos colectivos (que podrían llegar a los 36 en Rusia), disputará esta noche en Madrid su última final de clubes. De titular, como en otros 34 partidos de esta campaña. «Qué difícil tener que dejarte sin que sienta que ya no me quieras». Se escapa vivo, Iniesta.